Mazda3 MPS (2006) | Conducción
Lo interesante del Mazda3 MPS es que sus cualidades como deportivo no limitan su uso para una utilización cotidiana.
Aunque es un coche estable, no me parece el mejor deportivo en términos absolutos que se puede conseguir por una cantidad de dinero similar. Por ejemplo, no es tan ágil como un SEAT León Cupra, ni tiene tanta adherencia lateral (con los neumáticos que tienen cada uno de ellos de serie). En conjunto, sí puede ser preferible a otros que son más caros, como un Opel Astra OPC, que tiene peor relación entre estabilidad y confort.
La mayor limitación del Mazda MPS para una utilización rápida por zonas lentas son los frenos. Tienen una resistencia al calentamiento algo escasa para lo que requiere un coche tan veloz. En frío (es decir, en una frenada repentina después de una utilización normal), sí hemos obtenido buenos valores de frenada.
En carreteras con curvas se desenvuelve bien, pero tiene con reacciones peculiares a causa del autoblocante, cuando se exige mucha aceleración a la salida de los giros más cerrados.
Al acelerar fuerte y sin cuidado a la salida de las curvas lentas, inicialmente hay un subviraje hasta que el autoblocante hace efecto en la trayectoria. En ese momento, como ocurre en otros traccción delantera con autoblocante, tiende a cerrar la trayectoria y se nota un tirón en el volante.
La motricidad me parece buena teniendo en cuenta la energía de su motor, pero probablemente no tanto como cabe esperar de un coche que tiene autoblocante. Aun con este elemento, hay que acelerar con cierto cuidado a la salida de las curvas más lentas. Los coches que tienen tracción total, como el Audi S3 o el Golf R32 consiguen transmitir mejor la fuerza al suelo en estas circunstancias.
La suspensión tiene un equilibrio bien conseguido. Su dureza no limita mucho la comodidad con la que se puede realizar un viaje, salvo si se circula constantemente por carreteras en muy mal estado.
El ruido que se aprecia en el interior es más bien bajo. A partir de una cierta velocidad aparece un cierto ruido aerodinámico y de rodadura, que no es mayor que el de cualquier Mazda3.
Con respecto a cualquier otro Mazda3, en el MPS hay que hacer más fuerza para mover el cambio de marchas, el volante y la palanca del embrague.