El equipamiento de serie incluye algunos automatismos muy útiles y que, en cualquier caso, se pueden desconectar si al conductor no le gustan. El retrovisor derecho puede bajar automáticamente al meter la marcha atrás, lo cual es útil para aparcar contra un bordillo pero no para retroceder entre obstáculos. Las puertas pueden cerrarse automáticamente a partir de 15 km/h. Tiene una función llamada «apertura y cierre de verano», que sirve para abrir o cerrar todas las ventanillas y el techo corredizo de una vez, con el mando a distancia.
Hay opcionalmente (10.649 pesetas) un cargador de seis CD en la guantera, que está muy bien. Además de que es el mejor sitio para llevarlo, no elimina totalmente la capacidad de la guantera y deja el hueco exacto para guardar las cajas de los discos.
La versión que hemos probado tenía el equipamiento «Elegance» y funciones como que los faros se enciendan al dar el contacto, y se queden encendidos un tiempo después de cerrar el coche (para iluminar un garaje, por ejemplo).
Una función curiosa y útil es que se pueden dar «ráfagas de intermitentes». Si se pulsa un poco la palanca de los intermitentes, sin vencer la resistencia para que se quede enclavada, hay cuatro destellos de intermitente. Está bien para cosas como cambios de carril o incorporaciones.
El equipamiento de serie incluye cosas como tensores de emergencia para los cuatro asientos laterales, seis airbags, programador de velocidad o un equipo de música con 7 altavoces (que suena bien, pero no tanto como cabría esperar). Quedan como opción otras más o menos útiles, como llantas de aleación, limpiaparabrisas automático, retrovisor automático, airbags laterales traseros, faros de xenón o lavafaros (útil para quien circule con nieve). El catálogo de opciones es particularmente extenso, e incluye desde el mando de garaje integrado en un retrovisor, hasta una suspensión más alta y un protector del cárter.