El C 180 K me ha parecido un coche en el que prevalece el confort de marcha y la seguridad en cualquier circunstancia, aunque también tiene una estabilidad elevada.
Nuestra unidad de pruebas llevaba la opción de llantas de aleación de 16” con neumáticos más anchos y de perfil más bajo (205/55 R 16 91 V) que los de serie (195/65 R 15 V). Con dichos neumáticos, sus reacciones son progresivas y es un coche muy fácil de conducir siempre y cuando no busquemos ir a velocidad elevada por curvas, donde muestra una clara tendencia a subvirar. Es de movimientos lentos y no tiene ningún tacto deportivo; eso es una característica, no un defecto.
Sin embargo, es un coche que transmite mucha confianza al volante y resulta muy agradable de utilizar, tanto en ciudad como en carretera. Como la mayor parte de las berlinas de su categoría lleva de serie control de tracción y control de estabilidad, elementos electrónicos de ayuda en la conducción que incrementan su nivel de seguridad activa. En este caso, el control de tracción se agradece especialmente al tratarse de un coche de propulsión trasera. Dicho elemento impide toda posibilidad de sobreviraje por acelerar demasiado en una curva.
El control de estabilidad también es muy eficaz a la hora de evitar el sobreviraje, pero no igualmente en caso de subviraje. Sólo llega a actuar en situaciones de subviraje realmente forzado. En la parte superior de la consola tiene un mando que permite desconectar con facilidad el control de tracción y estabilidad, algo sólo recomendable en determinadas situaciones (para circular con cadenas). Aquellos que desconecten el control de tracción para buscar reacciones «deportivas» echarán en falta un diferencial autoblocante (la rueda interior pierde tracción en ciertos casos).
Pocos coches de su categoría son tan cómodos como el C 180 K. La suspensión filtra con gran eficacia las irregularidades del terreno. Aunque muy suave e incapaz de evitar ciertos movimientos de balanceo y cabeceo, la suspensión permite al conductor mantener la trayectoria apropiada con facilidad. La excelente comodidad que aportan las suspensiones se remata con un elevado confort acústico. A diferencia del anterior C 180 (que era muy ruidoso), el actual C 180 K me ha parecido un coche silencioso y en su interior sólo se escuchan algunos silbidos aerodinámicos cuando se va a mucha velocidad, aunque tampoco me han parecido molestos.
Destaca especialmente su capacidad de frenada, tanto por potencia como por resistencia al trato exigente; no es fácil que el equipo de frenos se sobrecaliente. Aunque el tacto es muy progresivo y fácil de dosificar, el recorrido inicial entre que pisamos el pedal del freno y comienza a frenar es algo más largo de lo deseable.
La dirección tiene un grado de asistencia agradable, aunque tampoco me ha parecido demasiado directa a pesar de tener sólo 2,95 vueltas de volante y una excelente capacidad de giro.
También me ha parecido deficiente el tacto del cambio manual de seis velocidades. Aunque ya no es tan esponjoso como el cambio manual de cinco marchas que tenía antes Mercedes, sigue sin ser tan rápido de accionamiento como en otros modelos similares (por ejemplo los BMW Serie 3). En cualquier caso, en un uso cotidiano me ha parecido suave y suficientemente preciso. El cambio de nuestra unidad de pruebas rascaba ligeramente al intentar reducir a segunda velocidad con rapidez.