El C 220 CDI en esta segunda versión con 150 CV es un coche menos ruidoso, menos áspero y tiene menos vibraciones que el anterior de 143 CV. Aún así, las diferencias son solo de grado porque creo que el sonido y tacto general del coche es muy semejante.
Sigue teniendo un sonido característicamente Diesel, sobre todo en frío y al ralentí. En esas condiciones también se nota más vibración que en otros Diesel de este tipo, principalmente en el volante y el pomo de la palanca. La aspereza se siente principalmente en la respuesta del coche al pisar el acelerador.
Cuando el coche ha ganado velocidad o ha alcanzado la temperatura de funcionamiento, el ruido, las vibraciones y la aspereza disminuyen considerablemente. Un Peugeot 407 es mucho más silencioso y suave en frío o al ralentí, pero esa diferencia claramente palpable en esas condiciones prácticamente desaparece cuando los coches circulan por carretera a una velocidad constante.
En consecuencia, si se conduce este coche principalmente por ciudad y en trayectos cortos, puede dar la impresión de que suena y vibra mucho. Por el contrario, si se conduce por carretera y en trayectos largos, parece un coche suave y silencioso.
La versión que hemos probado tenía cambio automático de cinco velocidades. Pese a ello, hemos obtenido unos resultados de consumo semejantes al de otras berlinas con esta potencia y cambio manual.
En este recorrido ha gastado 7,5 l/100 km (7,4 indicaba el ordenador), aunque las condiciones del tráfico han sido peores que en otras ocasiones (ha sido necesario acelerar más veces). En ese mismo recorrido, un Volvo S40 2.0D ha gastado menos; un Peugeot 407 HDI 136 y un Honda Accord 2.2 i-CTDi han gastado ligeramente más (todos ellos con cambio manual).
En un recorrido de 615 km por carretera de doble sentido, a ritmo variado (muy rápido durante un tercio del viaje), ha gastado 8,7 l/100 km (lo mismo que indicaba el ordenador).
En esta ocasión no he medido un consumo que se podría considerar máximo, pero en un recorrido de 135 km por carretera de doble sentido, a ritmo muy rápido, ha gastado 9,9 l/100 km. No será fácil gastar mucho más.
La aceleración de esta unidad de pruebas con cambio automático es algo menor de la que tendría con el cambio manual. En parte debido a esto, un C 220 CDI de 150 CV es ligeramente más lento en aceleración que algunas berlinas menos potentes pero rápidas, como el Volvo S40 de 136 CV o el Honda Accord de 140. En velocidad máxima, en cambio, el C 220 CDI es más rápido que los modelos citados y que prácticamente cualquier berlina Diesel de este tamaño y potencia.
Las mediciones de recuperación del C 220 CDI son comparativamente peores que la de aceleración, a causa de unos desarrollos más bien largos y un peso superior a la media (con cambio automático y el equipamiento mínimo, 1.560 kg).
Dadas estas prestaciones, el C 220 CDI no me parece recomendable para quien espere sentir en el coche una aceleración muy intensa; para eso hay mejores alternativas a menor precio, como el BMW 320d. Ahora bien, el ritmo al que se puede ir con el C 220 CDI por una carretera rápida, y la respuesta que tiene en una carretera no tan rápida, me parece que son más que suficientes para que las prestaciones no determinen la duración del viaje.
Efectivamente, un 320d acelera notablemente más, pero no creo que eso haga que se llegue antes con él que con un C 220 CDI. Por una parte, durante un viaje medianamente largo es muy poco el tiempo en que se está acelerando a fondo (salvo que sea preciso hacer muchos adelantamientos). Por otra, creo que el Clase C es la mejor berlina de este tamaño si consideramos conjuntamente estabilidad y confort.