El Clase T tiene cualidades para agradar a personas que conduzcan con calma y que vayan a dar al coche un uso familiar y de ocio. La suspensión es confortable ante los baches, blanda en curva y está ajustada de tal manera que la sensación de estabilidad y control están siempre presentes. A alta velocidad, pongamos por encima de unos 100 km/h, el ruido aerodinámico en el interior es mayor que en un monovolumen de su tamaño. Es algo que también le pasa al Renault Kangoo Combi y al Volkswagen Caddy, si bien tengo la impresión de que el Clase T está ligeramente mejor aislado que estos dos, sobre todo que el Caddy. No obstante, en monovolúmenes de concepción clásica como un BMW Serie 2 Gran Tourer y un Volkswagen Touran se viaja con mayor confort acústico.
El manejo a baja velocidad es sencillo por lo poco que cuesta mover el volante y la buena visibilidad del exterior desde el puesto de conducción. Tiene sensores de proximidad delante y detrás y una cámara posterior de correcta resolución. El cambio automático 7G-DCT es una opción aconsejable para hacer la vida más fácil. Con él desaparece el embrague, el miedo a que el motor se cale y no hay que estar pendiente de las revoluciones. Este cambio trabaja con discreción, pasando de una marcha a otra sin que te enteres.
De las cuatro versiones disponibles he conducido las dos más potentes: T 180 y T 180 d (ficha técnica comparativa). El motor de gasolina da más aceleración y permite salir con mayor brío desde parado, pero ninguno de los dos convierte al Clase T en un coche rápido. He probado ambos yendo solo, sin equipaje, y son para viajar sin prisa.
Entre el T 180 y el T 180 d no solo hay una diferencia de prestaciones, sino también de funcionamiento. El gasolina es más suave y silencioso. Las vibraciones del Diesel y su ruido característico a Diesel llegan con claridad a los oídos de los ocupantes, sobre todo cuando se circula a baja velocidad (en autopista queda disimulado por el ruido aerodinámico). Entran dentro de lo aceptable y para la mayoría de las personas no será un inconveniente.
La ventaja del Diesel, sin duda, es su menor consumo de carburante, que según los datos de homologación es 1,1 l/100 km inferior, aunque a mí me ha dado la impresión de que la diferencia real está más cercana a los 2,0 l/100 km. No obstante, utilizando las cifras oficiales y la calculadora Diesel o gasolina, sale que se han de recorrer 57 000 km para amortizar los 1258 euros extra que Mercedes-Benz pide por el T 180 d (precio de la gasolina: 1,959 €/l; precio del Diesel; 1,949 €/l).
No he probado el T 160 d, pero sí el Renault Kangoo Combi con ese mismo motor Diesel de 95 CV. Dado que las características técnicas y las prestaciones de ambos vehículos son prácticamente un calco (ficha comparativa), no recomiendo esta versión salvo para casos muy particulares: a aquellos que conduzcan lentamente, que hagan ciudad o carreteras muy sencillas, sin pendientes, y que habitualmente no vayan cargados.