El Montero de cinco puertas tiene un habitáculo muy amplio y que se beneficia de un diseño de la carrocería de hace unos cuantos años, en el que los laterales ascienden hacia el techo en una trayectoria cercana a la vertical. De este modo, la anchura se mantiene casi constante a la altura de las caderas y los hombros, lo que posibilita que tres ocupantes viajen sin apreturas en las plazas traseras. Además el suelo es completamente plano, facilitando el colocar los pies sin molestar al pasajero de al lado y, también, el pasar de un lado a otro si es necesario.
Es, por tanto, un todoterreno recomendable para llevar a tres adultos o tres niños en la segunda fila de asientos, siempre que ninguno de ellos vaya en una sillita con anclajes Isofix. El motivo es que los enganches están desplazados hacia el centro del coche y la silla ocupa tres cuartos de la plaza lateral y aproximadamente un tercio de la central, lo que imposibilita que alguien quepa ahí. Que sea así también es una ventaja si sólo se necesita llevar a un máximo de dos pasajeros, ya que la sillita queda alejada de la puerta y su ocupante, más protegido en caso de un impacto lateral.
En caso de necesidad se puede recurrir a la tercera fila de asientos (imagen), compuesta por una pequeña baqueta y respaldo, que puede ir plegada bajo el piso del maletero (imagen). Por sus dimensiones, forma y el espacio que hay a su alrededor, no es un lugar cómodo para viajar. Como tampoco lo es acceder hasta ahí. Para hacerlo hay que accionar el mecanismo que abate una de las dos partes (60:40) de los asientos de la segunda fila (imagen) y pasar por el pequeño hueco que queda libre entre la carrocería y el asiento.
Colocar la tercera fila de asientos es sencillo —primero se quita la tapa del maletero que la oculta, luego, se gira hacia delante todo el asiento para que las patas se enganchen en los anclajes que hay en el piso. Se despliega el respaldo y, por último, se colocan los dos reposacabezas (imagen). Para recogerla, se invierten las operaciones, teniendo cuidado al girar el asiento para alojarlo en el hueco del maletero, ya que lo hace con fuerza y es posible hacerse daño.
Las plazas delanteras son sólo correctas. Hay mucha anchura y altura pero no se puede alejar mucho el asiento del salpicadero, algo que notarán los conductores de más de 1,90 metros de estatura, ya que las rodillas quedan muy cerca del ángulo que hay en la parte inferior del salpicadero. Además, el volante tampoco tiene regulación en profundidad. Los asientos proporcionan un confort normal y sujetan poco el cuerpo en las curvas.
No hay muchas diferencias de amplitud respecto al Land Cruiser y el Discovery 4. El Montero es el que ofrece mayor espacio libre hasta el techo pero el que menos permite alejar del salpicadero el asiento al conductor.
En el diseño del salpicadero y la consola se nota el paso de los años por la ausencia de líneas curvas y porque algunos mandos están colocados aprovechando huecos disponibles, como por ejemplo los de la calefacción de los asientos, que están en la consola junto al del bloqueo del diferencial trasero y al lado de la toma de corriente de 12 V (imagen).
En el techo hay seis asideros para que se puedan sujetar los pasajeros de todas las filas (excepto el que vaya en la plaza central de la segunda). Además, hay otros dos en los pilares delanteros, que sirven de ayuda para subir al coche (al Montero hay que subir, literalmente) o, en el caso del pasajero, para poder apoyarse al bajar una pendiente muy pronunciada. En las plazas traseras hay salidas de ventilación en el techo (imagen) y mandos para manejar la climatización en la segunda (imagen).
Para facilitar el acceso, hay unos estribos que, además, dificultan que el marco inferior de la puerta se ensucie con barro —lo que evitará mancharse el pantalón— y que también sirven de protección al pasar zonas en las que esa parte del coche roza contra el suelo.
La instrumentación es sencilla (imagen) y los mandos también. La pantalla que hay en la parte superior de la consola (imagen) es la del equipo de sonido y el ordenador de viaje, que muestra datos habituales como el consumo, la velocidad media y otros que no lo son tanto, como la altura y la presión atmosférica, con una gráfica que muestra sus evoluciones en las últimas cuatro horas. Cuando la luz del sol incide directamente sobre la pantalla resulta muy difícil leer la información.
El maletero es muy grande si la tercera fila de asientos no está colocada. Es alto, ancho y profundo. En el suelo hay argollas para sujetar mediante una red o cintas la carga y, en los laterales, cuatro prácticos ganchos para colgar bolsas. En el techo hay una luz y en un lateral una toma de corriente (de 12 V). Si la tercera fila está colocada, hay muy poco espacio entre el respaldo y el portón pero si la carga no son objetos rígidos voluminosos, es posible aprovechar el espacio que queda bajo el asiento (donde va guardado cuando no se usa).
El portón se abre hacia el lado derecho, el más adecuado en los países que circulan por la izquierda pero el equivocado en los que lo hacemos por la derecha, ya que la acera suele quedar en ese lado y para cargar o descargar hay que situarse en el izquierdo, el lado de la calzada, que no es el más seguro.
La rueda de repuesto va colgada en el portón, cubierta parcialmente por una pieza de plástico que lleva integrados la matricula, la luz antiniebla y dos sensores de aparcamiento (los otros dos están en las esquinas del paragolpes).