Este motor hace del Astra un coche con unas prestaciones y un consumo normales para su potencia. Según nuestras mediciones, es todo lo rápido que debe ser con 150 CV teóricos y 1.450 kg de peso.
Por debajo de 1.800 rpm no tiene mucha fuerza, algo que en ciudad resulta incómodo porque para circular con agilidad requiere hacer uso del cambio de marchas con mayor frecuencia de lo habitual. También es de esos motores que hay que acelerar más de la cuenta al arrancar desde parado para que no se cale.
Desde ese régimen se empieza a notar que empuja y, a partir de 2.000 rpm, es donde lo hace con más fuerza. Llega bien hasta cerca de 4.500 rpm; este motor en su variante de 120 CV tenía más facilidad para llegar hasta 5.000 rpm.
De todos modos, no merece la pena llevar al motor hasta un régimen tan alto, ni siquiera en un adelantamiento. Tiene buena respuesta en marchas largas.
El consumo por autovía, sin tráfico ni fuertes desniveles y a una velocidad que me permitió recorrer 205 km en hora y media, fue 7,2 l/100 km.
En carretera, con mitad del trayecto circulando despacio y la otra mitad a ritmo rápido, el consumo alcanzó 10,2 l/100 km; en la parte que iba rápido el ordenador indicaba una media de 12,3 l/100 km. El consumo medio total, durante los algo más de 1.000 km que hice con el coche, fue 8,3 l/100 km.