El Opel Corsa OPC tiene un motor sobrealimentado de 192 CV, cambios en el bastidor y algunos elementos decorativos que lo distinguen del resto de la gama. Se vende únicamente con carrocería de tres puertas y cambio manual.
Como deportivo es interesante por la fuerza de su motor, por su agilidad y por la sujeción que proporcionan los asientos Recaro que trae de serie. Como utilitario tiene una suspensión dura y unos asientos poco confortables para hacer viajes largos.
Está a la venta por 22.950 €, un precio ligeramente superior al de un Peugeot 207 RC, un Renault Clio 2.0 16v RS o un SEAT Ibiza 1.8 20 VT 180 CV Cupra; un MINI Cooper S es más caro (tabla comparativa de precio). De este grupo, el MINI me parece preferible al resto porque tiene un tacto mejor y es, al menos en la unidad que hemos probado, el más rápido según las mediciones que realizamos. En cambio, cualquiera de los otros es más recomendable que el MINI por amplitud y funcionalidad. Más adelante, FIAT tendrá una versión del Grande Punto con 180 CV (más información).
Por motor, el Corsa OPC me parece preferible a un Clio 2.0 RS tanto por las sensaciones que transmite al acelerar como por comodidad al conducir (no hace falta utilizar el motor a un régimen alto para que la aceleración sea grande). Comparándolo con el Cooper S o el 207 RC, el Opel es más agradable de utilzar en ciudad y gasta más.
El motor del OPC es de inyección indirecta de gasolina, de 1,6 l y sobrealimentado mediante un turbocompresor; da 192 CV. Es un motor con mucha fuerza durante un margen amplio.
La respuesta al acelerador es casi la de un atmosférico por lo poco que tarda en comenzar a empujar, pero tiene la fuerza que sólo se encuentra en los motores turbo. Aunque es evidente el funcionamiento de la sobrealimentación, no se aprecia un incremento de fuerza muy grande en instante concreto.
Este motor es una variante más potente del que tienen el Meriva OPC y el Astra (donde da 180 CV de potencia). En ocasiones puntuales puede aumentar un 15 por ciento el par máximo (desde 230 Nm hasta 266 Nm). La caja de cambios es manual de seis velocidades y su funcionamiento no presenta inconvenientes destacables.
La conducción a un ritmo rápido del OPC es distinta al resto de utilitarios deportivos de reciente aparición porque redondea las curvas como ningún otro. Esta reacción lo convierte en un coche muy ágil aunque, también, más exigente con quien lo conduce. En cualquier caso, con el control de estabilidad conectado es un coche tan seguro como el resto.
Opel ha partido del chasis del Corsa Sport para realizar las modificaciones que ha considerado necesarias en el OPC. Con respecto a cualquier otro Corsa, el OPC tiene distinta suspensión, frenos y dirección.
La suspensión tiene unos ajustes específicos: el eje torsional trasero es un 25 por ciento más rígido para reducir el balanceo (la estabilizadora delantera no cambia), los amortiguadores son más duros y los muelles diferentes.
Según Opel, esta suspensión deja la carrocería 15 mm más cerca de suelo aunque, según la ficha técnica, la altura del OPC no es distinta a la cualquier otro modelo de la gama Corsa.
De serie tiene neumáticos 215/45 R17, aunque opcionalmente puede tener llantas de 18" de diámetro con neumáticos de 235 mm de anchura. Los discos de freno delanteros son ventilados y tienen 308 mm de diámetro; los traseros son macizos y tienen 264 mm de diámetro.
En la carrocería del Corsa OPC hay detalles diferenciadores con respecto a los otros modelos de la gama: la parrilla, los paragolpes, los elementos de plástico en la parte baja y los retrovisores son distintos; los pilotos están oscurecidos.
Tiene otros cambios que pueden afectar a la aerodinámica, como el alerón al final del techo o el difusor en la parte central del paragolpes trasero (integrado con la salida de escape triangular, imagen).
El puesto de conducción es en general satisfactorio pero lo sería más si el asiento pudiese ir colocado más abajo (incluso en la posición más baja, queda alto respecto al suelo).
Los asientos son de tipo bacquet, fabricados por Recaro y llevan los airbags laterales integrados en su estructura. Proporcionan una sujeción excelente y no resultan incómodos para el tipo de asiento que son.
El equipamiento de serie incluye elementos habituales como seis airbags, el control de estabilidad, el aire acondicionado o los retrovisores eléctricos (no abatibles); además, hay un sistema que frena automáticamente el coche durante un par de segundos para facilitar el arranque en rampa. A diferencia de otros dispositivos similares, en el de este Opel no es necesario pisar el embrague para que funcione.
Entre los elementos opcionales hay dispostivos como el navegador, un techo practicable de gran tamaño, un sistema de alumbrado en curva o conexión automática de luces y limpiaparabrisas (ficha con todo el equipamiento posible)