El Opel Vectra tiene de serie faros con bombilla halógena para luces de cortas y de carretera (largas). Opcionalmente, existen dos maneras de mejorar la iluminación: añadir faros de xenón sólo para luces cortas (602 €, en el caso del 1.9 CDTI ) ó doble xenón donde están incluidos los faros adaptativos delanteros (1.229 € en la misma versión). Resulta curioso que no pueda tener ni en opción, conexión automática de luces.
Los faros adaptativos delanteros (en inglés AFL, Adaptive Forward Lighting) incluyen la «iluminación activa en curva y en cruce». Su funcionamiento me ha parecido tan bueno como el de otros sistemas similares que he probado hasta ahora (el de BMW y el de Audi).
Este sistema tiene luz para curvas y luz para cruce, que son dos sistemas independientes. La luz de curva consiste en que los proyectores de luces cortas y largas son capaces de girar hasta 15 grados desde el sentido de la marcha, que es suficiente para iluminar el interior de la mayor parte de las curvas.
La luz de cruce» es un haz de luz halógena que sale reflejado a 90 grados a la derecha o a la izquierda partiendo desde el sentido de la marcha del coche y tiene una longitud eficaz de unos 30 metros (según Opel). Esta iluminación sólo se enciende por debajo de 40 km/h, al accionar un intermitente o al girar el volante más de media vuelta.
Le he encontrado utilidad, para ver posibles obstáculos, animales, personas y para hacerse una idea de cómo es el trazado de los primeros metros de la nueva carretera hacia la que nos dirigimos, aunque también le he encontrado utilidad en horquillas, donde los faros giratorios no suelen ser suficientes.
Otro motivo para aconsejar estas luces, es que dan una iluminación muy potente (Opel dice que «unas luces de xenón modernas dan una luminosidad entre dos y tres veces mayor a la de una bombilla halógena H7») y un tono de luz mejor para conducir (es más blanca y da más contraste a los objetos y mucho más brillo al material reflectante).
Según la Oficina de Estadística Alemana, «más del 40 por ciento de los accidentes con víctimas mortales ocurren por la noche, a pesar de que el tráfico es un 80 por ciento menor que durante el día».
El AFL de Opel, como cualquier tipo de iluminación, no elimina todos los problemas que se encuentran en conducción nocturna, como por ejemplo, la carencia de una visión global de la carretera y del paisaje que la rodea (algo muy importante para que se pueda dar la anticipación), o de la carencia de visibilidad que se da a partir de una velocidad no muy alta en luces cortas.
Nuestro Opel Vectra ha frenado desde 120 km/h en 55 metros, en condiciones tan ideales que son irreproducibles en una conducción normal (no está incluido el tiempo de reacción, el asfalto donde está hecha la medición es perfectamente adherente y el freno se pisa con toda la intensidad posible desde el principio hasta el final). Según unas mediciones aproximadas, con las luces cortas conectadas se comienzan a distinguir objetos desde unos 65 metros de distancia (y es un buen dato).