Primera advertencia antes de subir al 206 CC: si llenas mucho el maletero no vas a poder plegar el techo. Y para saber cuánto de lleno puede ir hay una cortinilla retráctil en el maletero, a media altura, que marca el nivel que puede alcanzar el equipaje. Si esta cortinilla está demasiado tensada (porque tiran de ella los bultos colocados por debajo), el controlador electrónico advierte que no tiene espacio para colocar el techo en la zona de equipajes e impide la operación de plegado. La solución de la cortinilla no es ideal. Si no está extendida, aunque el maletero esté vacío, el techo tampoco se mueve, por lo que hay que bajarse del coche para colocar la cortinilla. Si está continuamente extendida (para aprovechar cualquier rayito de sol) entonces hay que desengancharla y engancharla cada vez que se quiera colocar algo en el maletero.
Puesta la cortinilla en situación, hay que desenganchar dos fijaciones situadas en los extremos delanteros del techo. Un sólo pasajero, de tamaño medio, no llegará bien a las dos palancas si no se cambia de asiento o se sienta encima del freno de mano. Una vez sueltas las dos fijaciones (una central sería más cómoda, pero más difícil para coseguir un buen ajuste) la operación resulta sencilla. Un botón situado en la consola central sirve tanto para colocar el techo en el maletero como para volver a cubrir el coche. Primero bajan las cuatro ventanillas (las posteriores primero y luego las delanteras, que se mueven con el mismo botón) y luego empieza el movimiento del techo. En medio minuto la operación está acabada.
Con el techo bajado y las ventanillas subidas hay pocos remolinos de aire por dentro del coche para personas de hasta 1,75 metros de altura en los asientos delanteros. A 140 km/h se puede hablar bajo todavía y los pasajeros situados en los asientos delanteros se entienden bien. Incluso a más velocidad, las turbulencias son poco molestas y el nivel sonoro aceptable. Con las ventanillas bajadas no conviene circular a más de 120 km/h. Otros periodistas más altos que yo se quejaban de que el montante superior del techo les quedaba muy cercano a la frente.
El parabrisas está muy inclinado para conseguir un techo corto, de peso reducido y que quepa en el maletero. Este compromiso dificulta la utilización de este coche por personas altas, tanto con el coche tapado como destapado.
Con el techo en su lugar propio, el 206 CC pierde su encanto. Le pasa a todos los coches descapotables. Al tratarse de un techo rígido, uno espera una insonorización idéntica a la de cualquier otro coche cubierto. Y no es así. Es mejor solución que una capota flexible, pero el sonido del viento se filtra por las junturas entre las dos ventanillas y el techo. Por el camino de asfalto bacheado que conducía al hotel, sonaban mil y un ruidos por dentro del coche. Pregunté a otros periodistas y sus coches también sonaban mucho en ese trayecto.
Un descapotable no es en general un coche idal para largos viajes, pero sí puede ser divertido para escapadas de fin de semana, con poco equipaje. Para quienes disfruten al conducir por carreteras de curvas, puede ser una opción. Tranquilos y con el cielo de capota durante algunos ratos. Con el techo en sus sitio y a buen ritmo por curvas en otros. Con el techo puesto el 206 CC se retuerce poco en las curvas y es muy divertido de conducir, especialmente con el motor de 136 CV.