Peugeot 208 GTi 200 (2013) | Impresiones de conducción

Peugeot admite que el 208 GTi no es un deportivo radical y que no está pensado para circuito, sino para carretera, en buen o mal estado. Efectivamente así me ha parecido.

El 208 GTi es un coche que no exige gran destreza para conducirlo con rapidez y seguridad en carreteras sinuosas. Reacciona siempre con mucha limpieza, sin brusquedad, sin nada que desconcierte o ponga en alerta al conductor. Permite frenar con fuerza en línea recta o en apoyo y entrar en las curvas y llegar al punto de máximo apoyo sin desviarse de la trayectoria indicada con el volante.

Las sensaciones que se experimentan a bordo de un Fiesta ST y un Clio RS son similares, sin embargo, en cualquiera de estos dos modelos las acciones sobre los pedales causan efectos más evidentes en los movimientos del coche, lo que deviene en una mayor capacidad para alterar la trayectoria en curva y, en definitiva, en una mayor agilidad en carreteras reviradas. Por ejemplo, en el 208 GTi es difícil conseguir un cambio de trayectoria o el deslizamiento del eje trasero soltando el acelerador en un apoyo, incluso con el control de estabilidad desconectado.

Las reacciones descritas en el párrafo anterior son habitualmente un estímulo positivo para aquellas personas que gustan de conducir rápido en este tipo de carreteras y, consecuentemente, hacen que tanto el Fiesta ST como el Clio RS sean modelos más gratificantes que el 208 GTi en este tipo de carreteras.

Foto de - peugeot 208 2012

La agilidad del 208 GTi también es inferior a la de un Opel Corsa OPC y un MINI.

Los frenos del 208 GTi tienen una buena resistencia a las frenadas fuertes y continuadas. Asimismo, proporcionan mucha capacidad de deceleración. En nuestra prueba de frenada han sido necesarios 53,0 metros para detener por completo el vehículo desde 120 km/h (es probable que hubiera frenado en menos espacio con unos neumáticos delanteros sin el desgaste que tenían los de la unidad de prueba; imagen). Un Fabia RS necesita 51,2 metros, mientras que un Fiesta ST frena en una distancia parecida (tabla comparativa de frenadas).

He necesitado un pequeño periodo de adaptación para sentirme cómodo y confiado con la dirección cuando se trataba de circular rápido en las curvas. Creo eso fue debido a dos motivos: uno, a que el grado de asistencia (eléctrica) es elevado y, dos, a que el tamaño del volante es más pequeño de lo habitual y el aro no forma una circunferencia perfecta, ya que está ligeramente achatado. Una vez superado ese periodo de adaptación, la precisión y la rapidez de la dirección son buenas y en concordancia con las prestaciones del coche.

En el resto de situaciones, tanto la asistencia de la dirección como la forma del volante no suponen ningún problema. Es más, me parece que este tamaño de volante es muy conveniente para realizar maniobras de aparcamiento porque hay que mover menos los brazos al dar un giro. La desmultiplicación es 16,2 a 1 y el volante gira casi unas 2,5 vueltas entre topes.

La suspensión del 208 GTi es firme y sujeta bien la carrocería en las curvas, pero no compromete su uso a diario, incluso me ha parecido confortable, dentro de lo que cabe esperar en un vehículo pensado para practicar una «conducción deportiva». Creo que es destacable que no reaccione con sequedad en los baches que producen movimientos breves y rápidos (como las bandas de reducción de velocidad).  

El motor tiene un funcionamiento agradable en términos generales. En una conducción normal, por ciudad o autopista, no hay que estar atento de las revoluciones ni del cambio —de tacto correcto por precisión y longitud de los recorridos— para tener una respuesta firme, porque empuja bien desde regímenes bajos. De todos modos, la fuerza del motor aumenta notablemente a partir de unas 2500 rpm y, cuando se quiere conducir con rapidez por las curvas, conviene mantenerlo alrededor de ese régimen para salir con premura. De lo contrario, da la sensación de que el motor no tiene fuerza suficiente. El régimen máximo de giro está en unas 6750 rpm, 500 después del comienzo de la zona roja, punto al que llega con notable facilidad. No es un motor ruidoso ni de sonido muy llamativo.

Foto de - peugeot 208 2012

Los datos de recuperación en cuarta, quinta y sexta velocidad demuestran la buena capacidad para ganar velocidad desde bajo régimen mencionada en el párrafo anterior. Es, a excepción del Fabia RS de 179 caballos, el más rápido entre sus alternativas (tabla comparativa).

El 208 GTi es ligero y tiene un motor potente —la relación peso potencia es 6,18 kg/CV— y, por tanto, es un coche que acelera con intensidad cuando así se solicita. En nuestra prueba de aceleración de 80 a 120 km/h ha sido, sin excepción, el más rápido entre sus alternativas. Ha necesitado 4,4 segundos utilizando la tercera velocidad. Un Renault Clio RS con 200 CV da una aceleración parecida (4,5 segundos), mientras que un Škoda Fabia RS (179 CV) y un Ford Fiesta ST (182 CV) son más lentos (tabla comparativa). Ahora bien, que un coche sea unas décimas de segundo más rápido que otro acelerando de 80 a 120 km/h no implica necesariamente que lo sea en cualquier otro intervalo de velocidad.

En la prueba de consumo que habitualmente hacemos en km77.com —un recorrido de 143,3 kilómetros por una autovía y buscando una media real de 120 km/h— ha gastado 6,9 l/100 km (valor corregido, pues el ordenador marca un 5,8% menos del consumo real). Es un buen dato, que coincide con el del Fiesta ST (del cual no pudimos obtener el valor real de consumo; más información) y que es notablemente inferior al que hemos obtenido con el Clio RS (7,8 l/100 km, valor corregido). Durante la semana que he tenido el coche, utilizándolo en ciudad y carretera y aprovechando en varias ocasiones toda la aceleración, el consumo no ha subido de 8,0 l/100 km.

 

Peugeot 208 GTi 200 (2013) | Peugeot 208 GTi 30th

El Peugeot 208 GTi 30th es una versión del Peugeot 208 GTi que conmemora los 30 años que han pasado desde el inicio de la comercialización del 205 GTi. Su producción está limitada a 500 unidades, de las cuales únicamente 20 llegan al mercado español. Tiene numerosos cambios mecánicos y una decoración específica —el 23 de febrero de 2015 Peugeot España nos comunica que todas las unidades se han vendido ya—.

Se puso a la venta por 26 930 €, 3800 más que el 208 GTi (ficha comparativa) y 2670 menos que un DS 3 Racing, modelo con el que comparte motor y otros elementos mecánicos (ficha comparativa). Un Volkswagen Polo GTI, un Ford Fiesta ST y un Renault Clio RS cuestan menos (ficha comparativa). 

Las sensaciones que me ha transmitido el 208 GTi 30th durante las tres vueltas en las que lo he conducido en el circuito del Jarama son las del un deportivo, entendiendo como tal un vehículo que reacciona rápido a las solicitudes del volante y en el que los errores de conducción o las maniobras bruscas tienen un efecto claro en la trayectoria. Mi compañero Pablo David González, que probó detenidamente por carretera el 208 GTi, escribió lo siguiente: «El 208 GTi es un coche que no exige gran destreza para conducirlo con rapidez y seguridad en carreteras sinuosas. Reacciona siempre con mucha limpieza, sin brusquedad, sin nada que desconcierte o ponga en alerta al conductor». El 208 GTI 30th es distinto; el eje trasero permite redondear las curvas soltando el acelerador en plena curva, provocando un ligero deslizamiento de las ruedas y ganando agilidad en los cambios bruscos de apoyo. Estas reacciones le convierten en un coche con una conducción más exigente, pero también más gratificante y divertida para algunas personas.

Foto de - peugeot 208 2012

La motricidad es muy buena y permite salir de giros cerrados con buena aceleración. A ello contribuyen los neumáticos Michelin Pilot Super Sport en medidas 205/40 y un diferencial autoblocante Torsen, que actúa sin que se produzcan movimientos extraños en la dirección o cambios en la trayectoria. El control de estabilidad, que se puede desconectar por completo, cumple muy bien su función, actuando sólo cuando realmente es necesario y de manera muy sutil. 

La vía delantera del 208 GTi 30th es 22 milímetros más ancha que la del 208 GTi. Además, Peugeot ha variado el ángulo de caída y la alineación de las ruedas delanteras y modificado el grosor y el anclaje de la barra estabilizadora. La vía trasera es 22 milímetros más ancha (ficha técnica comparativa). La suspensión me ha parecido dura, pero no lo puedo afirmar con absoluta convicción porque el asfalto del circuito tiene pocas irregularidades. El sistema de frenos, con discos delanteros más grandes que el 208 GTi y pinzas de cuatro pistones fabricadas por Brembo, aguantaron correctamente las tres vueltas al circuito a un ritmo alto sin síntomas de agotamiento y matuvieron un tacto bueno durante todo el recorrido.

El motor, de gasolina, es una evolución del que tiene el 208 GTi. Tiene cuatro cilindros, 1,6 litros de cilindrada y turbocompresor. Sin embargo, en el 30th da más potencia (208 CV en vez de 200) y más par motor (300 Nm en vez de 275), gracias a la modificación de la gestión del motor y al aumento de la presión de la sobrealimentación. Además cumple con la norma europea de emisiones Euro 6 (el del 208 GTi estándar cumple con Euro 5). Proporciona un empuje notable desde unas 2000 rpm hasta el corte de encendido. El sonido que emite es claramente perceptible en el habitáculo, pero no molesto.

La dirección, que también ha sido retocada por Peugeot para hacerla más directa (la desmultiplicación pasa de 16,2:1 a 16,5:1), me ha parecido el aspecto menos conseguido del vehículo, principalmente por el elevado grado de asistencia y porque apenas aporta información de lo que ocurre entre las ruedas y el asfalto. Además, al igual que en el resto de versiones de la gama 208, el puesto de conducción requiere un pequeño periodo de adaptación porque el aro del volante es muy pequeño y está situado más bajo de lo habitual.

Foto de - peugeot 208 2012

El 208 GTI 30th acelera de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y puede recorrer un kilómetro partiendo de parado en 26,5 segundos (el 208 GTi necesita 6,8 y 26,9 segundos respectivamente). El consumo medio homologado también es mejor que el del 208 GTi (5,4 frente a 5,9 l/100 km), en parte porque ahora tiene un sistema Stop&Start.

Las partes cromadas que hay en la carrocería del 208 GTi van pintadas en negro mate en el 208 GTi 30th. Del mismo color van pintadas las molduras decorativas que rodean los faros antiniebla, los faldones y las llantas. Las pinzas de los frenos delanteros son de color rojo. La carrocería puede ir pintada en color blanco (Pearl White), rojo (Ruby Red) o en una combinación de rojo y negro que es exclusiva para esta versión.

En el habitáculo hay numerosas partes coloreadas de rojo y negro, como las manetas de las puertas (en negro), los cinturones de seguridad o las alfombrillas (en rojo). Los asientos son de tipo baquet y están tapizados en Alcantara (imagen).

El Peugeot 208 GTi 30th aún no aparece en nuestro comparador de seguros. Como referencia para obtener un precio aproximado hemos tomado de ejemplo un Peugeot 208 GTi de 200 CV. La póliza a todo riesgo (sin franquicia) más asequible cuesta 444 euros y la ofrece Balumba. El tomador es un hombre de 32 años, residente en Barcelona, que aparca en un  garaje colectivo y recorre unos 10 000 km anuales.

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