El 307 es un coche cómodo y fácil de conducir. Su carrocería no se mueve mucho lateralmente en curva y la suspensión aísla convenientemente a los pasajeros de la carretera. Peugeot ha conseguido hacer un coche cómodo sin que la suspensión sea demasiado blanda.
Por la forma en que entra en las curvas por carreteras lentas, parece más pesado que coches como un Focus o un Mégane. Las reacciones que tiene en caso de fuerte deceleración en curva tampoco son tan buenas como las de esos dos modelos citados, aunque sí mejores que las de un Xsara o un Corolla. No es un coche difícil de conducir porque, al sobrepasar sus límites, no reacciona con brusquedad. Lo que sí puede tener en ciertas circunstancias es un ligero movimiento de carrocería cuando está en apoyo.
En carreteras rápidas mantiene bien la trayectoria y no se mueve mucho cuando está sujeto a una aceleración transversal fuerte y, además, pisa un suelo irregular (juntas, baches, cambios de asfalto o las roderas que no son infrecuentes en el carril derecho).
En cualquier caso, el tacto de la dirección esconde un poco cómo está apoyado el coche, aunque es una cuestión de tacto a la que es posible acostumbrarse. He probado el coche las ruedas que tiene de serie, unas ruedas 195/65 15.
También en estabilidad el 1.6 de gasolina debería tener ventaja sobre el Diesel, porque pesa menos y tiene un reparto de masa más equilibrado. Si verdaderamente hay una diferencia palpable, yo no la he notado.