Peugeot 308 (2008) | Impresiones de conducción
Unos de los cambios más notables del Peugeot 308 respecto al 307 está en la suspensión. El 308 tiene una amortiguación más dura, que favorece que la carrocería tenga movimientos amplios más controlados y que responda mejor a las indicaciones del volante.
En la gama 308, hay una diferencia apreciable en la dureza de suspensión entre las versiones menos potentes y las que tienen motor de gasolina de 1,6 l de 150 CV y las Diesel 2,0 l HDI. Las menos potentes son las más indicadas para quien busque el mejor equilibrio entre estabilidad y confort.
Con cualquiera de las suspensiones, no es una referencia por sus cualidades dinámicas. No es un coche muy ágil en carreteras con curvas, pero sí es estable y tiene unas reacciones seguras incluso en condiciones exigentes. Va muy bien en carreteras rápidas, porque tiene una estabilidad lineal buena (no hay que hacer muchas correcciones en la dirección cuando se circula a una velocidad alta en línea recta) y absorbe bien las irregularidades del asfalto.
Lo hemos probado con las ruedas de medidas 225/45 R17 (modelo Continental Premium Contact 3) y con las 205/55 R16 (Michelín Energy Saver). Estas últimas están hechas para que tengan una baja resistencia a la rodadura, a pesar de ello, nos han gustado por la adherencia que dan (al menos sobre suelo seco dan buen resultado en frenada y en curva). Al menos en este aspecto nos han parecido mucho mejores que las antiguas Michelín Energy.
Las ruedas de 17” pueden dar más adherencia en algunas circunstancias, pero hacen al coche algo más incómodo (al tener menos perfil se sienten más los baches).
Una cualidad interesante del Peugeot 308 es que está bien aislado de los ruidos aerodinámicos y de rodadura. El ruido del motor también pasa bastante desapercibido y eso ocurre tanto en las versiones Diesel como de gasolina.
308 1.6 VTi 120 CV y 1.6 HDI 109 CV
Con el motor de gasolina de 1,6 l y 120 CV, es algo más silencioso que otros coches similares con motor atmosférico y cinco marchas, como el KIA cee´d o el Toyota Auris. La diferencia respecto a estos se nota, sobre todo, a la hora de mantener una velocidad alta (a partir de unos 130 km/h).
El 308 1.6 VTi de 120 CV defrauda por sus prestaciones: tiene la misma capacidad de aceleración que el C4 1.6 de 109 CV (que ya no se vende). Cabe considerar que nuestra unidad de pruebas tenía mucho equipamiento, que siempre perjudica el peso (entre otros, unas llantas de 17" y un techo panorámico de cristal). El motor de esta versión VTi 120 CV no es malo, lo que ocurre es que el peso y la voluminosa carrocería del 308 hacen que no luzca. Lo contrario que en el MINI Cooper con el mismo motor, que tiene unas prestaciones claramente mejores y un consumo inferior.
El peso y el tamaño se aprecia más en la capacidad de aceleración que en el consumo, que es contenido. En un recorrido la mitad por autovía y la otra mitad por carreteras secundarias rápidas y muy poco transitadas a una media de 112 km/h gastó 7,4 l/100 km.
En el mismo recorrido que antes, pero con más tráfico y más cambios de ritmo, pero una velocidad media de 103 km/h gastó 7,0 l/100 km. El 1.6 HDi gastó 5,4 l/100 km en un recorrido similar, pero con algo menos de tráfico.
El consumo del 1.6 HDi es tan contenido que lo normal es que esté por debajo de 6,0 l/100 km si se conduce con suavidad (lo que no significa ir despacio), salvo que se haga mucha ciudad o se aproveche con frecuencia su capacidad de aceleración máxima.
308 1.6 THP 150 CV
La diferencia de prestaciones que hay entre el 308 con motor Diesel de 109 CV y el gasolina 120 CV se da al contrario en las versiones del 308 con motor de 2,0 l HDi y el 1,6 l THP. De hecho, con este motor de gasolina de 1,6 l, es un coche con unas prestaciones sólo al alcance de otros con motor turboalimentado (como el Golf 1.4 TSI o el Bravo 1.4 T-Jet).
Nos ha gustado mucho esta versión de 150 CV, principalmente por su suavidad y silencio de funcionamiento. Tiene una buena respuesta y mucha fuerza, siempre que el motor se mantenga por encima de 3.000 rpm. Desde ese régimen hasta casi 7.000 rpm, el rendimiento del motor es extraordinario, por la rapidez con la que sube de vueltas, por la fuerza con lo que lo hace y por la aceleración que es capaz de dar.
Por debajo de 3.000 vueltas se echa en falta algo más de fuerza; un C4 con el mismo motor -que pesa menos- tiene algo más a bajo régimen. Eso implica que el 308 sea un poco incómodo de conducir en ciudad, ya que hay que pisar mucho el acelerador para que salga bien desde parado o para ganar velocidad con el motor a bajo régimen. No obstante, resulta más agradable de conducir que la versión VTI de 120 CV, que tiene menos fuerza en cualquier circunstancia y sólo responde bien cuando el motor va a un régimen alto.
De igual forma, en carretera o autovía si el motor va a un régimen inferior al comentado, hace falta mucha carga de acelerador para obtener una aceleración acorde con la potencia o bien para mantener la velocidad en un repecho.
Esta sensación cambia totalmente cuando el motor va por encima de ese régimen. No obstante, no se trata de uno de esos coches con los que se puede ir a una velocidad alta a punta de gas y, en los que una leve presión sobre el acelerador, produce un aumento de velocidad grande.
El 308 THP de 150 CV consume poco si se conduce con suavidad y a un ritmo constante. En el momento que se lleva un ritmo variable o se apuran las marchas con frecuencia, por ejemplo, para adelantar, el consumo aumenta notablemente.
Realizando un recorrido de 230 km por una autovía, con algunos desniveles y con poco tráfico, intentando realizar una conducción suave y a una velocidad media real de 125 km/h, gastó 7,2 l/100 km (consumo real). Un Golf IV 1.4 TSI de 122 CV, que tiene unas prestaciones acordes con un coche de mayor potencia, gastó 7,8 l/100 km en el mismo recorrido.
En una utilización normal por carretera abierta, ciudad y vías de circunvalación a ritmo suave, hemos obtenido un consumo en torno a 7,4 l/100 km. En un recorrido de 70 km por una carretera de doble sentido, a una velocidad media de 91 km/h, con cambios de ritmo frecuentes y realizando varios adelantamientos en los que se usó la capacidad máxima de aceleración, el consumo fue de 9,6 l/100 km. En ciudad, con paradas frecuentes, no hemos logrado bajar de 10 l/100 km de media.
El ordenador de consumo tiene un error de un 4 por ciento por defecto. Todos los consumos comentados son reales, es decir, tienen en cuenta el error del ordenador de viaje.
El 308 con el motor Diesel de 140 CV es una alternativa valiosa al de gasolina de 150 CV para quien recorra muchos kilómetros al año. Si no se van a realizar muchos kilómetros o si se valora más la capacidad de aceleración o el tacto que tienen los buenos motores de gasolina, el de 150 CV es preferible.