Acomodarse en el habitáculo de un 911 es más sencillo que hacerlo en el de un Audi R8 y mucho más que en el de un Mercedes-Benz SLS AMG . Para llegar al asiento no hay que salvar una distancia grande ni superar obstáculos en forma de umbral voluminoso. Además, es relativamente espacioso, tan sólo la anchura disponible no es generosa —los dos ocupantes quedan próximos—; pero ni la altura ni el espacio para las piernas es una limitación para que un conductor de casi dos metros de estatura pueda acomodarse sin problemas.
Hay tres tipos de asientos: los denominados «confort» (que son los únicos que pueden tener el sistema de ventilación), unos deportivos y otros de tipo «baquet» (imagen de los tres asientos). Nuestra unidad tenía los deportivos (imagen), en su variante adaptable. Es decir, además de las regulaciones habituales era posible ajustar el contorno, tanto en la zona inferior de la espalda como en los muslos. Me han parecido cómodos e impiden con eficacia que el cuerpo se desplace en las curvas. En el 911 Turbo se conduce con las piernas estiradas.
El volante tiene regulación en altura y profundidad, con 40 mm de recorrido en ambos casos. En la versión con cambio PDK el volante puede ser de dos tipos, siempre de tres radios. Uno tiene dos pulsadores para seleccionar las marchas. Cada pulsador sirve para subir o bajar de relación, en función de si se empuja o se tira de él (imagen de este volante en un 911 Carrera). El otro tiene unas levas de gran tamaño tras el aro (imagen)—un sistema que hace tiempo Porsche dijo que era innecesario (y puesto que lo están ofreciendo en varios modelos, supongo que ya no opinan igual)—; con la de la izquierda se reduce y con la derecha se suben marchas. A mí me parece mucho mejor el sistema de las levas: como son de gran tamaño (imagen) es más fácil encontrarlas y accionarlas. Una ventaja del volante de serie es que puede tener mandos para el ordenador, el teléfono y del equipo de sonido en el propio volante; el de levas, no. En el radio izquierdo del volante se iluminan las leyendas «Sport» y «Sport Plus». En el derecho, la del «Launch Control». Si se trata del volante con pulsadores, estos testigos están por encima de la tapa del airbag.
El cuadro de instrumentos (imagen) proporciona mucha información, incluida la presión del aceite —mediante un indicador de aguja— y la de los turbocompresores —en la pantalla del cuadro, en forma de una barra horizontal; si se activa la función overboost aparece una flecha junto a esta barra—. También informa sobre la presión de cada neumático y del nivel de aceite (no hay varilla en el motor).
En la pantalla del navegador se pueden visualizar informaciones del ordenador de viaje referidas al consumo, la velocidad y la autonomía. Si el coche tiene el paquete «Chrono Sport Turbo», también se muestra el modo «Sport», que permite registrar tiempos en un circuito, comparar en cada instante si se es más rápido o no que en la mejor vuelta realizada y analizar posteriormente los tiempos de cada vuelta (que se pueden transferir a un ordenador, bien por Bluetooth o mediante USB). También da la autonomía y el número de vueltas que aún se pueden dar al circuito.
Las dos plazas traseras (imagen) sirven para salir de un apuro. Y siempre que sus ocupantes sean de pequeña estatura, porque hay muy poca altura y espacio para las piernas. Para lo que si son útiles es para colocar algo de equipaje, como unas mochilas y unos abrigos.
Los respaldos traseros se pueden abatir y dejar horizontales; de este modo se crea una superficie (imagen) sobre la que se pueden dejar más cosas. Esta zona trasera tan amplia es algo de lo que no pueden presumir ni el Audi R8 ni el Mercedes-Benz SLS AMG.
También sirven para llevar a un niño en un asiento infantil; cualquiera no vale, hay que probar uno que se ajuste al espacio disponible. Lo que no hay es espacio en el maletero para guardar la sillita.
El maletero está bajo el capó delantero. Tiene 105 litros de capacidad, lo que equivale a una maleta pequeña y poco más (imagen). En el habitáculo no hay muchos huecos donde dejar las cosas que se suelen llevar habitualmente en los bolsillos. Hay bolsas de las puertas, que se cierran con una tapa (imagen).