Porsche aplica en sus modelos Boxster una tecnología similar a la empleada en el 911. Como éste, el Boxster S tiene un motor de seis cilindros horizontales y opuestos (de tipo bóxer) fabricado en aluminio. Dicho motor está derivado del motor del Boxster con 2,7 litros, pero tiene la cilindrada aumentada hasta 3,2 litros. Lleva dos culatas con cuatro válvulas por cilindro, tiene un sistema de distribución variable (denominado VarioCam), similar al utilizado en los Porsche 911, y un sistema de admisión variable con colector de dos cuerpos. Desarrolla 252 CV de potencia máxima a 6.250 rpm, y el par máximo es 305 Nm a 4.500 rpm.
Porsche ha recurrido a una cilindrada alta para obtener muchos caballos, pero su potencia específica es baja (79,17 CV/litro) comparado con otros motores de coches similares, como el del BMW M Roadster (100,12 CV/litro), el Mercedes SLK 32 AMG (110,65 CV/litro) o el del Honda S2000 (120,68 CV/litro).
No obstante, este motor da una gran sensación de empuje, incluso desde bajo régimen. A partir de 4.000 rpm, el eficaz trabajo de la distribución y la admisión variables torna el sonido del motor todavía más grave y se aprecia un mayor empuje hasta superar la zona roja del cuentavueltas a 7.000 rpm.
Curiosamente, uno de los aspectos en los que trabajaron expresamente los ingenieros de Porsche fue en conseguir que el motor de los Boxster tuviera un sonido similar al del 911, algo que han conseguido.
No hemos realizado mediciones de consumo pero, a tenor de los datos homologados, el Porsche Boxster S se mantiene en una cifra media razonable (10,7 l/100 km), aunque en conducción deportiva exigente, el ordenador de viaje indica consumos medios que pueden llegar a superar los 25 l/100 km.