Porsche Boxster (2005) | Impresiones de conducción
El Boxster tiene un tacto duro y preciso de todos los mandos que intervienen en la conducción. Esto también se extiende al accionamiento del freno, donde hay que ejercer una fuerza un poco mayor a la habitual para obtener una determinada deceleración.
Me parece un coche destacable por agilidad de reacciones, el mejor por la rapidez con la que es capaz de desenvolverse por las carreteras más lentas (comparado con coches como el Mercedes SLK 350 o el Audi TT Roadster 3.2). En estas circunstancias, creo que no hay una desventaja clara con relación a un Porsche 911, al margen de la que dan las prestaciones. Las diferencias que puede haber son favorables al Boxster: tiene reacciones más suaves cuando hay una fuerte deceleración en curva y unos movimientos de carrocería menos peculiares.
En carreteras rápidas un 911 requiere algo más de atención cuando se aprovechan las posibilidades del motor; sobre todo, si el asfalto no está en buen estado (por ejemplo curvas rápidas bacheadas). A la larga, el Boxster el más sencillo de conducir y más relajado. A pesar de todo, el Boxster es un coche deportivo pensado para ir rápido en curvas, no es lo más adecuado para viajar mucho y rápido, si se busca comodidad. Requiere más atención que una berlina de prestaciones semejantes.
La respuesta que tiene el motor en todo momento al acelerador es enérgica y muy directa (algo no muy común). Entre 4.000 y 5.000 rpm se aprecia un incremento notable de la aceleración y un sonido más intenso. Lo mejor del motor está a partir de ese punto y hasta unas 7.100 rpm, que es donde corta inyección (da la potencia máxima a 6.400 rpm).
La aceleración que es capaz de dar es buena, pero no extraordinaria. Es decir: no hay que comprarse este Porsche si lo que se busca es unas prestaciones inalcanzables para la mayor parte de los coches que circulan por una carretera. Para eso hay alternativas mucho más baratas que aceleran lo mismo (al menos hasta una velocidad que no sea muy alta dado que el Boxster tiene mucha velocidad punta), como un Alfa Romeo 147 3.2 GTA, o un León Cupra R 225 CV. También los hay más potentes pero no más rápidos como un Audi TT Roadster 3.2 (250 CV) o un Mercedes SLK 350 (272 CV).
Queda un poco descolgado cuando se trata de recuperar velocidad desde marchas largas, sobre todo comparado con los que tienen motor con motores turbocompresor. Tiene un desarrollo en quinta de 38,7 km/h cada 1.000 rpm lo que da una velocidad de 248 km/h a régimen de potencia máxima, cuando la velocidad declarada por el fabricante es 256 km/h; es decir va corto de desarrollos. Por lo tanto si no es más rápido no es a causa de unos desarrollos inadecuados.
Un aspecto destacable de este coche es su capacidad de frenada; hemos obtenido datos de deceleración semajantes al Porsche 911. No estoy seguro si su capacidad de resistencia al trabajo intenso será igual.