Uno de los aspectos que más llama la atención del interior del Macan sale a relucir en cuanto nos sentamos en el asiento del conductor. Es un coche al que no hay que subirse, sino que uno se deja caer en él. Es un SUV, sí, pero los asientos delanteros van muy bajos para un coche de este tipo (48 mm más que en el Macan de primera generación) y hacen que la postura de conducción se asemeje a la de algunas berlinas tradicionales, con las piernas estiradas y con el volante en posición muy vertical.
Habrá a quien le parezca un aspecto positivo (a mi me lo ha parecido), aunque también habrá quien le parezca lo contrario porque, en cierta medida, pierde una de las ventajas que suelen tener los SUV: la facilidad de acceso al interior. No es que en este caso sea mala, ni muchísimo menos, pero hay que asumir que para entar en el coche es necesario doblar el tronco más de lo normal en un vehículo de estas características. Sea como fuere, una vez acomodados, el puesto de conducción es un lugar muy agradable en el que pasar el tiempo tanto por la mencionada postura como por confort de los asientos (al menos los de la unidad probada, que eran los opcionales deportivos) o ubicación de los mandos, que quedan muy a mano y donde uno se los espera encontrar.
La única salvedad al respecto está en el módulo del climatizador, que si bien conserva bastante botones y mandos «reales», hay otros que se han de activar o desactivar pulsando en una zona lisa, un poco a ciegas (por ejemplo, la climatización de los asientos, el modo automático del mismo o el acceso al menú completo del climatizador, que se muestra en la pantalla del sistema multimedia. Además, es un módulo acabado en negro brillante, lo cual nos parece un error porque se trata de una zona de uso frecuente y que, por norma general, acaba muy sucia (y rayada también; imagen).
Otro aspecto llamativo del interior es la cantidad de pantallas que puede llevar el salpicadero. A las habituales de la instrumentación y sistema multimedia, se puede añadir una tercera frente al pasajero que, eso sí, forma parte del listado de opciones (imagen). Sirve para controlar algunas funciones del coche (sistema de sonido, navegador o teléfono, entre otras) y, cuando el vehículo está en marcha, solo es visible desde el asiento del pasajero (tiene una función de «privacidad» que impide que el conductor vea el contenido, evitando despistes).
Todas las pantallas tienen una calidad fabulosa, especialmente las que son de serie (instrumentación y multimedia). La resolución es muy elevada, responden muy rápido y tienen una visibilidad sobresaliente incluso ante condiciones de luz desfavorables (cuando el sol pega en ellas directamente, por ejemplo). Eso sí, sobre todo en el caso de la del sistema multimedia, hay tantos menús y submenús que, al menos inicialmente, cuesta manejar con soltura. Además, la superficie en la que se ha de pulsar no siempre es amplia, dificultando en cierta medida si uso (sobre todo en marcha).
Este último sistema está basado en Android Automotive, pero no dispone, como en otros coches con este sistema operativo, del navegador de Google Maps, sino el propio de Porsche. La marca dice que tiene un sistema de cálculo de rutas tan rápido y eficaz que hace innecesario tener que recurrir al móvil y aplicaciones de terceros, pero nuestra experiencia nos dice que no es así ni por asomo (principalmente porque faltan muchísimos puntos de carga que están totalmente operativos). Sea como fuere, es un sistema que permite introducir parámetros para ajustar los cálculos de rutas a los deseos del conductor. Por ejemplo, se puede establecer la carga mínima de batería con la que se quiere llegar a un punto y descartar los cargadores que no lleguen a un determinado nivel de potencia. Y también se le pueden enviar rutas desde el móvil (desde la aplicación de Porsche). De todos modos, el sistema multimedia es compatible con Apple CarPlay y Android Auto sin necesidad de cables, por lo que también es posible usar otros navegadores si así se desea.
El sistema de reconocimiento de órdenes orales se activa sin la necesidad de pulsar ningún botón. Basta con decir «Hey Porsche» y a continuación, sin esperar, dar la instrucción deseada. Entiende el lenguaje natural y distingue entre conductor y acompañante. No nos ha parecido de los mejores, pero sí que facilita mucho la tarea de activar/desactivar funciones cuando no podemos estar atendiendo a la pantalla o, directamente, no nos apetece (en ocasiones hay que repetir las órdenes, pero normalmente las consigue ejecutar).
En el salpicadero hay una barra fina de luz compuesta por 56 ledes que recorre el salpicadero y las puertas delanteras y traseras. No solo tiene un función ornamental, sino que también cambia de color, parpadea y hace diferentes animaciones para indicar cosas como el estado de carga de la batería cuando el coche está conectado a la red o para darle más dramatismo a la función Launch Control. También avisa cuando tenemos intención de abrir alguna de las puertas y detecta un vehículo aproximándose (función de salida segura).
Asimismo, en opción, se puede pedir un sistema de proyección de información en el parabrisas (HUD; imagen) con función de realidad aumentada (esto quiere decir que, por ejemplo, proyecta flechas justo encima de la calle donde debes girar; imagen). Las imágenes se proyectan a gran tamaño y a una buena distancia del coche. Nos ha parecido uno de los mejores, si no el mejor, de los que hemos tenido oportunidad de probar, aunque su coste es elevado (2214 €).
La calidad de los materiales empleados en el habitáculo es el habitual en Porsche, es decir, muy por encima de la media. Cierto es que la unidad probada tenía muchas opciones que magnifican esa sensación de calidad percibida (por ejemplo, el salpicadero tapizado en piel), pero aún aquellas versiones menos equipadas, el Macan está muy bien resuelto en este sentido. Eso sí, no hay un avance evidente con respecto al modelo anterior en este sentido (que ya era muy bueno) y, al menos en la unidad que probamos durante más tiempo, de cuando en cuando se escuchaba algún ruido por desajuste proveniente del techo panorámico de cristal (especialmente de la parte posterior del mismo; probablemente fuera un problema de esa unidad).
Espacio para los pasajeros y maleteros
De acuerdo con nuestras mediciones, el Macan eléctrico no tiene un habitáculo especialmente amplio, aunque tampoco es pequeño en términos generales. En las plazas delanteras no hay problemas en ninguna cota, incluso si está instalado el techo panorámico de cristal. En las plazas traseras, en cambio, escasea la anchura entre puertas (139 cm) y, sobre todo, la altura libre al techo. En esta última cota hemos medido 93 centímetros, lo mismo que un Ford Capri y un Volkswagen ID.5, pero menos que un Nissan Ariya (95 cm), un Tesla Model Y (97 cm) y un XPENG G6 (98 cm).
Por espacio longitudinal no hay problemas. Los 74 centímetros que hemos medido son una buena cifra que lo sitúa en una posición intermedia frente a sus rivales: 69 cm el Audi Q6 e-tron (modelo con el que comparte plataforma), 72 cm en el Nissan Ariya, 73 cm en el Opel Grandland elécrico y 79 cm tanto en el Ford Mustang Mach-E como en el Tesla Model Y. Estas plazas no tienen ni banquetas con ajuste longitudinal ni respaldos con posibilidad de variar el ángulo de inclinación. De lo que sí disponen los pasajeros de esta fila es de un climatizador bizona independiente del de las plazas delanteras, unas cortinillas para las ventanillas laterales (con funcionamiento automático), un par de tomas USB de tipo C y calefacción para las plazas de los extremos.
Hay dos maleteros y, entre ambos —624 l—, es uno de los modelos que más espacio ofrece para depositar objetos (solo lo mejoran el Peugeot E-5008, con 748 l y el XPENG G9, con 731). (Listado de SUV eléctricos de entre 4,7 y 4,9 metros de longitud ordenados por volumen de maletero). El volumen del trasero (el principal) es de 540 litros, 82 más que en un Macan de primera generación. Un BYD Sealion 7 tiene 571 litros, pero no cuenta con otro espacio bajo el capó. No podemos hacer la comparación con el Model Y porque Tesla no da el dato con el método VDA, sino de litros de agua. El maletero delantero —que está cuidado, no es un simple cajón de plástico (imagen)—, tiene 84 litros. Ficha comparativa.