Hemos probado los dos Arkana disponibles en la actualidad: E-TECH Híbrido de 143 CV y TCe Micro Híbrido de 143 CV. A continuación exponemos nuestras impresiones de conducción:
Renault Arkana E-TECH Híbrido 143 CV
La versión híbrida no enchufable del Arkana es 99 kg más pesada que la híbrida ligera (ficha comparativa). Esto se nota en las reacciones en carretera, ya que es menos ágil y no tiene una respuesta tan directa como el TCe. Cambia de apoyo con mayor lentitud y parece la carrocería se balancea más. La diferencia no está en los neumáticos, ya que ambos coches tenían los mismos, unos Kumho Ecsta HS51 en medidas 215/55 R18 95H.
El Arkana E-TECH da muy buen resultado en la ciudad y sus alrededores. Como los motores eléctricos pueden impulsar por sí solos al vehículo (siempre de forma limitada porque la batería es pequeña (1,2 kWh), la respuesta al acelerador es inmediata y muy suave. Eso permite salir de los semáforos con agilidad y, una vez en marcha, es muy sencillo conducir de forma fluida. El Arkana TCe 140 no iguala al E-TECH en agrado de uso en circulación eminentemente urbana o por sus alrededores, aunque tampoco es incómodo porque el cambio de marchas automático funciona bien y el motor responde de forma correcta.
En un uso cotidiano de ciudad y vías de circunvalación, el consumo que hemos registrado con el Arkana E-TECH ha estado entre 4,5 y 6,0 l/100 km, que es poco. Además, es sencillo conseguir un consumo así aunque el conductor no se proponga gastar poco.
El E-TECH no se encuentra tan cómodo como el TCe en carretera abierta, especialmente cuando hace falta mucha aceleración. Según nuestras mediciones, ha empleado 8,8 segundos para pasar de 80 a 120 km/h, mientras que el TCe ha necesitado 7,2 segundos.
La aceleración del E-TECH depende del estado de carga de la batería. Si se descarga mucho, se reduce el apoyo de la parte eléctrica. En el TCe, no existe esta pérdida de prestaciones bajo un uso exigente, ya que sólo está impulsado por el motor de combustión.
La batería de alta tensión se puede descargar si se conduce de forma exigente o la orografía es complicada. Por ejemplo, si se desea mantener una velocidad de unos 140 km/h en una pendiente del 5% de desnivel, es posible que en unos tres kilómetros la batería tenga poca carga para alimentar a los motores eléctricos. También puede ocurrir si se realizan varias aceleraciones seguidas a fondo o si se viaja de forma constante a un velocidad elevada. Si se conduce de forma tranquila, máxime en carreteras sencillas, no hay una pérdida de prestaciones sensible.
Con el Arkana E-TECH he realizado el mismo recorrido de consumo por autovía que con el TCe Micro Híbrido. Como era de esperar, el E-TECH ha consumido menos, si bien la diferencia no ha sido enorme (6,4 l/100 km, frente a 6,9).
El sistema de impulsión de este Arkana es similar al del Renault Clio E-TECH o el Captur E-TECH. Se diferencia del que tiene el Renault Mégane E-TECH híbrido enchufable o el Renault Captur E-TECH híbrido enchufable en que el sistema eléctrico funciona a menor tensión y la batería es de menor capacidad y no se puede cargar en un enchufe. Información técnica.
Renault Arkana TCe Micro Híbrido 140 CV
Su tacto de conducción es mejor que el del Arkana E-TECH. Este Arkana, al menos con la línea de equipamiento señalada, tiene una dirección con buen tacto y una suspensión que contiene muy bien los movimientos de la carrocería. No es tan cómodo como el Kadjar, pero la pérdida de suavidad de rodadura no me parece grande para quien quiera disponer de un vehículo más preciso.
De algún modo, el Arkana TCe y el CUPRA Formentor son SUV pensados para quien, sin renunciar a un uso principalmente familiar, aprecie ir a los mandos de un vehículo con buen tacto. No obstante, el resultado no es idéntico. Creo que el CUPRA es más ágil (más sensible a los cambios de apoyo) y también más incómodo porque es menos suave de rodadura cuando el asfalto es rugoso y más seco de suspensión en algunas circunstancias (esta afirmación hay que tomársela con precaución porque no he probado los dos modelos con los mismos neumáticos, que a fin de cuentas determinan en gran medida tanto el resultado dinámico como lo que percibe el conductor). El Renault Arkana es silencioso en términos generales, aunque no tanto como un Peugeot 3008 o un Citroën C5 Aircross.
En la maniobra de esquiva (que simula una situación de emergencia de cambio de carril) el Arkana TCe reacciona muy bien y la impresión que tuve es que es fácil de guiar en todo momento y que circula entre los pasillos de conos con relativa fluidez. El balanceo de la carrocería es moderado y mucho más parecido al de un turismo que al de un SUV corriente (vídeo de esquiva y eslalon).
Lo que no ha hecho tan bien es frenar, ya que para deterse desde 120 km/h ha empleado un mínimo de 55,0 metros, que no es poco. Un buen dato de frenada para un coche de este tipo está por debajo de 52 o 53 metros; por ejemplo, un Ford Kuga ST-Line X 2.5 PHEV 165 kW (225 CV) empleó 52,6. El Arkana E-TECH frenó un poco mejor: 53,8 metros.
El Arkana con motor de gasolina de 140 caballos y cambio automático da buen resultado. Según nuestras mediciones, para pasar de 80 a 120 km/h ha necesitado prácticamente el mismo tiempo que empleó el Kadjar con el mismo motor aunque sin hibridación ligera (este modelo ya está descatalogado). Respecto a la competencia, es un tiempo ligeramente superior al que empleó un Volkswagen Tiguan 1.5 TSI de 150 caballos (6,6) y claramente superior al de un CUPRA Formentor 1.5 TSI de 150 CV (6,0 segundos). La diferencia de aceleración máxima entre este CUPRA y el Renault es evidente y superior a la que cabe esperar por la diferencia de potencia declarada (10 CV).
No obstante, la capacidad máxima de aceleración del Arkana TCe 103 kW (140 CV) EDC es suficiente para viajar con agilidad y aunque la orografía se desfavorable, algo que no siempre ocurre en el E-TECH.
El sistema de hibridación ligera del Arkana TCe 140 (y del futuro TCe 160) funciona a 12 voltios. El motor eléctrico no puede mover al coche por sí solo y, teóricamente, contribuye a reducir el consumo. En nuestro recorrido de referencia por autovía —143 kilómetros con varias pendientes fuertes y que completamos a una velocidad media de 120 km/h—, gastó 6,9 l/100 km (según el ordenador, pues no hemos podido medir el error), un dato que es bueno para un vehículo de este tipo. El Kadjar Tce 140 CV consumió 7,2 l/100 km reales, lo mismo que un CUPRA Formentor 1.5 TSI 150 CV. Hay más detalles sobre las prestaciones del Renault Arkana en el apartado Mediciones propias.
El cambio de marchas funciona bien. En la ciudad y en recorridos urbanos permite dosificar el acelerador con precisión y conseguir que el vehículo se mueva con la suavidad deseada. En carretera actúa con la rapidez suficiente, y hay levas detrás del volante para seleccionar marchas (una utilidad de las mismas es, por ejemplo, poder preparar un adelantamiento).