Bajo criterios muy distintos, el Clio 1.5 dCi es el mejor de los Diesel pequeños hasta 75 CV. Es el mejor en seguridad activa, por estabilidad y frenada, especialmente cuando el control de estabilidad sea opcional para la versión Dynamique (otoño de 2001).
En prestaciones sólo lo supera el Ford Fiesta 1.8 TDdi. Es más rápido que cualquier otro de sus competidores sin turbocompresor (Saxo, Punto, Micra, Corsa, Ibiza o Polo). Por poco no es el que menos gasta, pero la diferencia de consumo en coches que están normalmente por debajo de 7 l/100 km es ridícula, comparada con otros factores que determinan el costo por kilómetro.
En lo que falla el Clio es en espacio interior. Para quien piense ocupar las plazas traseras, es más desfavorable que coches como el Punto, el Ibiza, el Fabia o el Corsa; está bien de anchura, pero tiene poca altura y espacio para las piernas. Para un conductor alto puede ser poco apropiado, por el recorrido máximo longitudinal del asiento y porque la altura es justa si el asiento no está en la posición más baja.
Es más recomendable la versión más costosa Dynamique que la Expression. Cuesta 49.916 pesetas más, pero tiene un equipamiento más valioso y sobre todo un asiento mejor.
El problema del Clio 1.5 dCi, como el de cualquier otro Diesel pequeño, es la diferencia de precio que hay con relación a una versión de gasolina. El Clio 1.2 16v de 75 CV es más rápido en un adelantamiento y prácticamente igual en una recuperación, su consumo medio homologado es 5,9 en lugar de 4,3 y cuesta 166.386 pesetas menos (1.000 euros). Con esa diferencia de precio y consumo, con la gasolina a 140 ptas. y el gasóleo a 120, el 1.5 dCi no empieza a ahorrar dinero hasta que tiene unos 55.000 km (ficha comparativa de estas dos versiones).