El Mégane Renault Sport me ha parecido un coche bien puesto a punto en líneas generales, equilibrado de reacciones y fácil de conducir. Además, a pesar de la dureza de suspensiones, tampoco me ha parecido un coche excesivamente incómodo para el uso diario, claramente menos incómodo que un Ford Focus RS 200 o un Seat León Cupra R.
La dirección eléctrica con asistencia variable transmite tal sensación de suavidad, que parece que está rota y no movemos las ruedas, pero conforme adquirimos velocidad ofrece un tacto más duro y deportivo.
Entra con precisión en las curvas y es fácil apuntar el coche por donde queremos. Probando el Mégane RS en el circuito de Albi (Francia) he tenido la sensación de que, al límite, es un coche subvirador, aunque también permite inducir un cierto giro por deslizamiento de la parte trasera.
Los controles de tracción y estabilidad están bien adaptados a las características deportivas de este modelo y permiten disfrutar sin problemas de una conducción a fondo. El control de estabilidad no es desconectable y me parece acertado que sea así; ni siquiera los conductores con más control sobre el coche echarán en falta la posibilidad de quitarlo.
Mediante un botón situado a la izquierda del volante, sí se puede desconectar el control de tracción, pero éste se vuelve a conectar automáticamente al superar 50 km/h. Aunque el control de tracción me ha parecido muy efectivo, lo cierto es que no entiendo muy bien para qué se vuelve a conectar automáticamente si optamos por quitarlo. Un conductor con buen tacto sobre el acelerador sí podría llegar a ir más rápido con él desconectado.
Tiene unos frenos potentes, con buen tacto y mucha resistencia. Incluso rodando en el circuito de Albi (que tiene unas frenadas muy exigentes), han aguantado el esfuerzo con buena nota.
El motor me ha parecido muy progresivo en todo momento y su capacidad de aceleración y de recuperación resulta satisfactoria. Sin realizar las mediciones con el Correvit no me atrevo a asegurar que sea capaz de acelerar tan rápido como Renault anuncia, pero lo cierto es que, sensación de empuje, no falta. Acelerando a fondo en marchas cortas, destaca también su correcta motricidad sobre asfalto seco en buen estado, aunque el control de tracción entra en funcionamiento cuanto el piso es algo más deslizante.