El mando a distancia que Renault llama «de manos libres» me parece uno de los elementos de confort más interesantes de los últimos tiempos; es muy fácil acostumbrarse a él y muy difícil volver a usar un coche que no lo tiene (más información sobre el sistema de cierre).
Otro dispositivo que me parece muy útil es que el cierre de seguridad para niños de las puertas traseras se conecta mediante un botón, cuando lo normal es que hay que manipularlo con la llave en la misma puerta del coche.
Este cierre elimina simultáneamente que se puedan abrir las puertas o las ventanillas traseras. De esta manera se puede evitar que un niño abra accidentalmente una puerta, pero es posible permitirle salir cuando el conductor lo crea conveniente. Además, es posible accionar el bloqueo de seguridad mecánicamente en la propia puerta y con la llave, como en cualquier otro coche.
Hay una función que cierra las puertas automáticamente cuando el coche alcanza 10 km/h. Es muy recomendable conectarla en ciudad, para evitar que alguien pueda entrar en el coche o abrir el maletero (ocurre). El problema es que, según señala el manual: «Si decide circular con las puertas bloqueadas, sepa que ello puede dificultar el acceso de los socorristas al habitáculo en caso de urgencia». Otras marcas tienen un sistema que desbloquea las cerraduras en caso de accidente.
Los retrovisores exteriores no están en las puertas delanteras, sino en la parte superior de la aleta. De esa manera, no se mueven al abrir la puerta, lo que elimina el riesgo de golpearlos retrovisores (con una columna, por ejemplo). Si los retrovisores están plegados se despliegan automáticamente al accionar el tirador interior exterior o interior de la puerta; de esa manera la puerta no empuja el retrovisor al abrirse (funciona bien, hemos intentado golpear el retrovisor con la puerta abriéndola lo más rápidamente posible, y no lo hemos conseguido).
No le he encontrado mucha utilidad al cajón móvil central. Por la forma y dimensiones que tiene, vale para un mapa de carreteras grande pero, si se guarda verticalmente, se acaba doblando. Sí puede ser útil para llevar algún objeto grande ocasionalmente, porque cabe una carpeta gruesa tamaño A4 o una botella de agua de litro y medio. Me parece un fallo que este espacio no esté refrigerado; el anterior Scénic tenía menos espacio, pero estaba refrigerado.
Este cajón tiene una tapa de tipo persiana y una luz que se puede encender automáticamente al abrir la tapa, además de llevar un interruptor. Mediante un mando eléctrico, este cajón se puede desbloquear y desplazar manualmente 31 cm, lo cual es fácil cuando está vacío y no tanto cuando está lleno.
Hay un espejo interior adicional con el que se pueden ver las tres plazas traseras. Puede ser útil, pero creo que la mejor forma de usarlo es hacerlo lo menos posible; lo mejor para el niño es que el conductor no se distraiga. Lo bueno de este espejo es que puede estar plegado contra el techo; con un mínimo de práctica, es posible desplegarlo sin dejar de mirar hacia delante, echar una ojeada por el espejo y volverlo a plegar ya mirando a la carretera.
El sistema de control de presión de los neumáticos no indica la presión que tiene cada uno de ellos. Lo que hace es avisar si alguna rueda está baja de presión, si se pincha, o si la presión de todas las ruedas es insuficiente para la velocidad del coche («Inflar neumático autopista», dice entonces). El inconveniente de este sistema es que reconoce a cada una de las cuatro ruedas (no a la de repuesto), por lo que las ruedas no son intercambiables. Eso significa que, si hay que cambiar solo las delanteras, hay que desmontar las cuatro para poner las ruedas nuevas en el eje trasero.
El acabado y el ajuste me parece normal. Se pueden encontrar algunas piezas con un borde afilado, pero ninguna de ellas son de las que se manipulan normalmente. Después de llevarlo rápidamente por carreteras con baches no han aparecido ruidos.