Renault Twingo 1.2 16v (2003) | Funcional y peculiar
Que el Twingo tenga «forma monovolumen» es casi lo de menos, desde un punto de vista práctico. Lo interesante es cómo se puede aprovechar esa forma desde el salpicadero hacia atrás.
El motor ocupa muy poco espacio; por tanto, la proporción de superficie interior útil es grande. En las plazas delanteras no falta altura y el recorrido longitudinal de asiento es suficiente para una persona normalmente alta. Sí falta anchura bastante para que el pasajero no moleste al cambiar, especialmente si lleva el asiento muy adelantado.
Una de las principales ventajas del Twingo es que el asiento trasero tiene un desplazamiento longitudinal de 17 cm. De esta manera, se puede repartir el espacio disponible entre las plazas traseras y el maletero. De cara a llevar pasajeros, lo ideal es que el asiento esté retrasado: si van adultos, porque así tienen más espacio para las piernas; si van niños, porque viajan tanto más seguros cuanto más lejos de los respaldos delanteros.
Los dos únicos inconvenientes de llevar el asiento muy retrasado (además de perder maletero) son que —cuando está atrás del todo— queda al descubierto una parte del bastidor que tienen una arista y da en las pantorrillas. En segundo lugar que, como el techo es redondeado, la altura queda tanto más limitada cuanto más atrás va el asiento. El paso hacia las plazas traseras (sea para pasar, o sea para colocar a un niño en la silla) es franco, pero con el inconveniente de que el asiento delantero no vuelve a su posición original tras moverlo.
Con el asiento retrasado del todo, el maletero que queda vale para poco más que unas bolsas de la compra (170 litros), pero sigue seindo mayor que el de algunos coches de tamaño semejante. Si hace falta más maletero, este volumen aumenta casi un cincuenta por ciento al mover el asiento adelante del todo. Además, se puede abatir el respaldo trasero (fácilmente); de esta manera no queda un espacio uniforme, pero sí extraordinariamente amplio (1.095 litros) para un coche que mide 3,43 m.
Una de las facetas menos favorables de la carrocería del Twingo es que resulta muy calurosa. Es uno de los pocos coches en los que, a las 12 de la mañana, el sol da en las piernas de quienes vayan delante. Renault no ha aprovechado los cambios que le hizo en septiembre de 2000 para poner en el Twingo el parabrisas que tienen otros de sus modelos, que bloquea gran parte de la radiación solar. El sistema de ventilación funciona bien desde todo punto de vista pero, cuando da el sol, la molestia que causa no lo evita ni un ambiente muy fresco. El aire acondicionado es casi imprescindible.
El acabado es el normal para un coche utilitario. Hay algunos materiales de recubrimiento toscos de aspecto aunque prácticos (por ejemplo, para limpiarlos). También hay cosas que no están bien rematadas, como unos mandos de los aireadores muy duros de mover.