Renault Twingo 1.2 16v (2003) | Mejor en ciudad que en carretera
El Twingo sería un buen coche de carretera por motor, pero no lo es por bastidor. Aunque ha mejorado con relación al que se vendía hasta septiembre de 2000, sigue siendo un poco blando de suspensión. Normalmente no es un problema (más bien al contrario), pero cuando hay que hacer alguna maniobra brusca o si el conductor comete un error, reacciona peor que otros coches. También le falta algo de agarre a causa de los neumáticos que lleva (Continental Eco Contact), hechos para que ofrezcan poca resistencia al avance y, por ello, contribuyan a que el consumo sea bajo.
La dirección tiene asistencia eléctrica y no funciona tan bien como otras de este tipo (por ejemplo, la del Punto). En ciudad es muy suave, pero hay que mover mucho el volante para girar; de tope a tope tiene 3,9 vueltas, y no porque las ruedas tuerzan mucho. De hecho, el diámetro de giro del Twingo es 10 metros; poco en términos absolutos, pero no tanto para un coche de su tamaño.
También en parte por los neumáticos, el antibloqueo de frenos (opcional) es muy necesario. En los coches con ABS nos basta hacer dos o tres pruebas para medir la frenada y ya obtenemos un resultado fiable. Con el Twingo tuve que hacer ocho pruebas y los resultados fueron muy malos en cualquier caso. En recta, sobre un suelo completamente liso y uniformemente adherente, la frenada es estable; en cualquier otro caso no lo es. En una frenada fuerte, los neumáticos quedan bloqueados con relativa facilidad y eso hace que el coche pierda la trayectoria durante la frenada. Eso no ocurriría con ABS.
No hay muchos coches pequeños que vayan bien en carretera, pero alguno sí hay: un Ford Ka (no tan pequeño), un Seat Arosa o un Volkswagen Lupo.