SEAT Leon Sportstourer (2020) - Prueba | Impresiones del interior

15/06/2022 |Carlos Fernández (@CarlosFP_77)

El espacio en las plazas traseras del SEAT León Sportstourer (imagen) es muy parecido al del modelo de cinco puertas (impresiones del interior del SEAT León 5p). La única diferencia es que el familiar tiene dos centímetros más de altura libre al techo (según nuestras mediciones). El León de carrocería familiar tiene unas ventanillas traseras de mayor tamaño, lo que influye en que el interior sea más luminoso y también ayuda al conductor a tener mejor visibilidad en según qué maniobras. 

El habitáculo de este coche es muy confortable para cuatro adultos altos. Por espacio para las piernas en la fila trasera es uno de los mejores entre sus alternativas (según nuestras mediciones, solo lo superan modelos más grandes, como el Volkswagen Passat Variant). Hay algunos modelos más anchos atrás, como el Ford Focus Sportbreak, pero en el SEAT se viaja con más desahogo porque el espacio interior está mejor aprovechado y los dos ocupantes de los laterales viajan más cerca de los extremos. 

 

La altura también es de las mejores (98 cm, lo mismo que el Škoda Octavia Combi y el KIA Ceed Tourer), lo que significa que hasta las personas altas pueden viajar detrás sin tocar el techo con la cabeza. Como es habitual, la plaza central es más incómoda que las laterales porque tiene un mullido mucho más duro y es más estrecha. El túnel central obliga a poner los pies en sus laterales, pero no es particularmente grande y molesto. Los pasajeros de la fila trasera disfrutan de una consola con salidas del sistema de ventilación y regulación independiente de la temperatura y dos puertos USB C (imagen). El Focus Sportbreak, por ejemplo, no ofrece estos elementos. 

El maletero es grande y práctico, con formas muy regulares que lo hacen muy aprovechable (imagen). Tiene una altura hasta la cortinilla particularmente grande (54 cm, solo superada por el Škoda Octavia Combi), algo que permite disponer con desahogo dos filas de maletas grandes, unas encima de otras (imagen). La bandeja del piso se puede colocar a dos alturas, una que la deja enrasada con el borde de carga (imagen) y otra más baja (imagen). 

Para aumentar el espacio de carga, el respaldo de las plazas posteriores se abate automáticamente al tirar de unas palancas (imagen; para recuperar su posición original, hay que hacerlo a mano). La superficie de carga resultante no tiene escalones (imagen; tampoco es totalmente plana), y mide 160 cm, aunque se pueden cargar objetos algo más largos si contamos hasta el respaldo de los asientos delanteros.

En el maletero hay varias soluciones prácticas de esas que pueden hacer la vida un poco más fácil. Por ejemplo, puede haber una toma de corriente de 230 voltios (imagen) y en los laterales quedan un par de huecos profundos (imagen) que pueden resultar útiles, por ejemplo, para guardar los típicos objetos que no suelen salir del maletero durante un tiempo. También hay varios ganchos: algunos sirven para fijar la carga (son metálicos) y el que hay en el lateral, que es de plástico, viene bien para colgar unas bolsas de la compra y que no se muevan. En esta imagen se ven los dos tipos de ganchos. 

Si molesta la cortinilla cubreequipaje, se puede almacenar por debajo de la bandeja del piso en un espacio que SEAT ha creado a tal efecto (imagen). Hemos echado de menos que el proceso para quitarla y almacenarla sea un poco más sencillo, pues requiere de desmontar unas piezas de plástico en los laterales que luego cuesta volver a encajar. Por debajo de este espacio, va la rueda de repuesto de tamaño más pequeño que las demás que SEAT ofrece como opción. 
 
La instrumentación de pantalla (SEAT Digital Cockpit; imagen) se ve bien durante el día con condiciones cambiantes de luz y se consulta con facilidad. Tiene varios estilos para presentar la información y, además, el conductor puede configurar qué datos ver y cuáles no. Curiosamente, el indicador de carburante es una barra muy pequeña con la que cuesta hacerse una idea precisa de la cantidad disponible.
 
 
 
Al menos en el sistema multimedia con pantalla de 10 pulgadas (hay otra de 8,25), los menús están dispuestos de una forma relativamente ordenada y es fácil encontrar lo que se busca (al menos lo más importante). Para agilizar más su uso y retirar lo menos posible la vista de la carretera, existe la posibilidad de configurar accesos directos a la funciones que se utilicen con mayor frecuencia (por mucho que se configure todo al gusto de uno, al final hay que dejar de mirar la carretera en mayor o menor medida, aunque siempre a intervalos cortos).
 
De todas formas, la pantalla del sistema multimedia es lo que menos nos convence del interior de este coche. Aunque no funciona mal, hay cosas que dejan que desear. Ya nos ha pasado en varias unidades que llevan esta pantalla (es común a otros coches, como el Volkswagen Golf), que en ocasiones funciona erráticamente y hasta se apaga durante unos segundos. En una unidad del León, durante unos minutos no pudimos reiniciar el ordenador de consumo porque ese apartado del sistema estaba congelado. También nos parece engorroso el modo en que se regula la temperatura del climatizador: las superficies táctiles que quedan por debajo de la pantalla (de color rojo y azul) no responden demasiado bien (imagen de la pantalla). 
 
Como es habitual en los coches de este nivel de precio, los ajustes entre piezas son correctos. La calidad y el aspecto del interior del León deja una buena impresión, mejor que en el Ford Focus Sportbreak, por ejemplo, que está un poco más descuidado en este sentido. Los materiales más vistosos están en las plazas delanteras, especialmente en la parte superior del salpicadero, donde hay un plástico blando que aparenta ser de muy buena calidad. En las plazas posteriores los plásticos de recubrimiento son claramente más sencillos. Un ejemplo es que la parte superior de las puertas es de plástico duro, cuando esa misma pieza es de plástico mullido en las delanteras.