SEAT Tarraco (2019) | Impresiones del interior
De acuerdo con nuestras mediciones (vídeo explicativo de cómo medimos), el respaldo de la segunda fila de asientos está a 75 centímetros del asiento delantero, exactamente igual que en un Škoda Kodiaq 2017 y un Volkswagen Tiguan Allspace 2018, los modelos con los que el Tarraco comparte plataforma. En un KIA Sorento 2018 y un Nissan X-Trail 2017 hay 72 y 74 cm respectivamente. En un Peugeot 5008 2017 y un Honda CR-V 2019 hay 78 y 80 cm respectivamente.
Esta segunda fila tiene la banqueta dividida en dos partes asimétricas (proporción 60/40). Cada una de ellas se puede deslizar hacia delante 16 centímetros (imagen), con lo que se reduce el espacio para las piernas de sus ocupantes y se gana para los que están detrás (en caso de tener instalada la tercera fila opcional) o el maletero. El respaldo está dividido en tres partes (40/20/40) que se pueden abatir de manera independiente (imagen). También es posible cambiar su inclinación, hay tres posiciones, aunque en este caso la plaza central y la que está detrás del conductor se mueven solidarias (imagen).
La anchura entre puertas en la segunda fila es 141 cm. Son dos más que en un Honda CR-V, tres menos que en un Peugeot 5008 y cuatro menos que en un KIA Sorento. El Peugeot es el más indicado para llevar dos sillas infantiles detrás y un adulto sentado en el centro, no solo por ser uno de los más anchos, sino también porque es el único en el que las tres plazas traseras son individuales y cada una de ellas se puede deslizar (imagen). También es el único de ellos con anclajes ISOFIX en la plaza central.
De la banqueta al techo hay 92 cm (hemos medido un Tarraco con techo solar). En un 5008, también con techo solar, hay 90 cm. En un CR-V y un Sorento sin techo solar hay 95 y 94 cm respectivamente. En cualquier caso, es una distancia que da para que alguien de 1,85 metros pueda sentarse sin el problema de tocar el techo con la cabeza.
En todos los Tarraco los pasajeros de la segunda fila de asientos disponen de unos mandos para regular la temperatura del aire en su zona, una toma de corriente de 12 voltios y una entrada de tipo USB (imagen). En opción se puede pedir la calefacción para las dos butacas de los extremos (regulable en tres niveles) y dos mesitas de tipo avión en los respaldos de los asientos delanteros (imagen).
La tercera fila es una opción que cuesta 850 euros y está compuesta por dos plazas poco espaciosas. Además, la banqueta queda muy cerca del suelo, lo que obliga a llevar las rodillas muy arriba y a adoptar una postura incómoda. Nos parecen poco adecuadas para llevar a adultos de estatura normal en desplazamientos largos, aunque puede ser interesante para los trayectos cortos. Para acceder a ella hay que tirar de un mando que hay en la parte superior del respaldo de los asientos de la segunda fila y a continuación empujar la banqueta hacia delante (no es necesario hacer mucha fuerza). El hueco liberado es de dimensiones reducidas y tiene formas muy irregulares, por lo que entrar y salir requiere agilidad.
La altura al techo en este fila es 83 centímetros y eso dificulta mucho el acomodo de personas que midan más de 1,70 metros. Por espacio para las piernas no hay demasiado problema, siempre y cuando se muevan los asientos de la segunda fila unos centímetros hacia delante (lo que es inevitable es llevar las rodillas muy arriba, como hemos comentado antes). Cuando no se utilizan, estos dos asientos se pueden plegar y formar parte del piso del maletero de una manera sencilla y rápida tirando de unos mandos que hay en la parte superior de los respaldos (imagen).
Los Tarraco de cinco plazas tienen un maletero de 760 litros. Es más grande que el de todos los modelos de características similares contra los que compite: listado de todoterrenos de cinco plazas de entre 4,70 y 4,80 metros de longitud, ordenados por volumen de maletero. El piso se puede colocar a dos alturas. En la superior queda enrasado con los respaldos de los asientos abatidos (imagen) y en la inferior deja un escalón de unos 12 centímetros (imagen). Bajo el piso hay un espacio destinado a la cortinilla enrollable y otro para una rueda de repuesto de menor tamaño que las otras cuatro (imagen).
Los Tarraco con siete plazas tienen un maletero de 700 litros con la tercera fila de asientos escondida (es decir, en modo cinco plazas), que es de mayor tamaño que el sus principales alternativas.
Con las siete plazas en posición de servicio, el volumen queda reducido hasta los 230 litros, suficientes para llevar un par de maletas de tipo cabina de avión (imagen). Como en los Tarraco de cinco plazas, bajo el piso del maletero (que en este caso no es regulable en altura) hay espacio para meter la cortinilla cubre equipajes y una rueda de repuesto de emergencia.
Las versiones con el nivel de equipamiento Xcellence tienen de serie un portón de apertura y cierre automáticos que se puede operar desde el mando, desde un botón destinado a tal efecto en la puerta del conductor (imagen) y mediante un gesto de pie por debajo del parachoques trasero.
Los asientos delanteros sujetan el cuerpo correctamente en las curvas y tienen un mullido que se siente firme y confortable. Las posibilidades de regulación son las habituales: en longitud, altura, inclinación del respaldo y apoyo lumbar. En esta imagen se ven los mandos para ajustar los tres últimos parámetros, en este caso de manera manual, aunque se pueden pedir que sean eléctricos y que tengan memoria. Pueden tener calefacción, pero no un sistema de ventilación o uno que dé un masaje. En el asiento del acompañante hay una palanca para abatirlo y así permitir el transporte de objetos de mucha longitud (imagen).
En el habitáculo del SEAT Tarraco hay muchas partes compartidas con el Volkswagen Tiguan Allspace, como los paneles de las puertas, la zona baja del salpicadero, la consola central y los asientos. Como en el Volkswagen, estas piezas están bien ensambladas entre sí, hay poco espacio entre las uniones de unas con otras y los materiales empleados transmiten una impresión de calidad muy positiva, tanto a la vista como al tacto.
La instrumentación, a la que SEAT denomina Digital Cockpit, se muestra en una pantalla de 10,25 pulgadas. Los gráficos tienen una resolución alta y se mueven con fluidez. La información se lee muy bien casi con independencia de las condiciones de iluminación (es posible que cuando la luz del sol incide directamente en ella haya partes que cueste más ver). Hay tres diseños de presentación de los datos: uno de estilo convencional (imagen), otro en el que el velocímetro y el cuentarrevoluciones no son circulares y un último en el que el mapa del navegador ocupa casi toda la superficie (imagen de los últimos dos). Para cambiar de uno a otro hay que pulsar el botón VIEW del volante.
Todos los Tarraco tienen un sistema multimedia con una pantalla táctil de 8,0 pulgadas, ocho altavoces, tres entradas USB (dos delante y una detrás) y compatibilidad con Bluetooth, Android Auto y Apple CarPlay. Es un sistema que nos parece sencillo de utilizar y que resta poca atención a la conducción. La pantalla está ubicada en la parte alta de la consola, cerca del volante (imagen), la velocidad de respuesta de esta a las pulsaciones es rápida y la estructuración de los menús sigue una lógica fácil de comprender.
También es posible realizar muchas funciones con el sistema de reconocimiento de comandos vocales. Funciona bien, aunque no es tan rápido ni permite hablar con un lenguaje tan natural como en el caso de los sistemas de última generación de esta clase, como el MBUX de Mercedes-Benz. En opción también puede tener reconocimiento de gestos, aunque con ellos se pueden hacer pocas cosas, solo pasar de una canción o una emisora a otra o cambiar entre las diferentes pantalla del menú. En los BMW con manejo gestual es posible también subir y bajar el volumen.
A diferencia de, por ejemplo, un Peugeot 5008, hay una serie de botones dedicados exclusivamente al manejo del sistema de climatización (imagen), por lo que no es necesario interactuar con la pantalla para realizar ajustes en él, aunque existe la posibilidad de hacerlo. Nos parece una organización que evita movimientos adicionales para efectuar pequeños ajustes, como disminuir o subir la temperatura (además, mientras se hacen no se pierde la visión de informaciones que pueden ser útiles, como las indicaciones del navegador, como sucede en el Peugeot).