Škoda Elroq (2025) - La clave está en el equilibrio | Impresiones del interior

22/08/2025 |Alfonso Herrero (@alf_reguart)

Al sentarse en el Elroq uno podría pensar que está dentro de cualquier modelo de combustión de Škoda, salvo por un detalle que da una pista: el cuadro de instrumentos. Este es una pantalla de 5", un tamaño muy inferior al que tienen esos coches que funcionan con un combustible.

Por lo demás, Škoda no ha apostado por innovar ni hacer rarezas. En el centro hay una pantalla para el infoentretenimiento, en la consola algunos botones (accesos directos a los asistentes de conducción, los modos de conducción y el climatizador, junto a otros que accionan elementos como las luces de emergencia o el cierre centralizado). Luces y retrovisores se manejan también con mandos ubicados en los lugares en los que estamos habituados a encontrarlos.

Ni siquiera el pequeño selector de movimiento llama la atención dado que hay marcas, como BMW o Peugeot, que usan componentes parecidos.

La pantalla central es grande (13"), pero no de las que deja boquiabierto ni tampoco de las que parecen ya del pasado. Škoda, supongo que consciente de que el mal ya está hecho (casi todo se maneja desde esa pantalla), ha colocado por los márgenes superior e inferior un montón de funciones. Nada menos que doce elementos sobre los que se puede pulsar arriba y diez más en la zona de abajo; veintidós en total. Son siempre los mismos, por lo que uno se acaba acostumbrando a que están ahí, al igual que cuando tenemos botones repartidos por el coche, lo que permite que la interacción con ellos acabe siendo algo intuitivo, evitando distracciones innecesarias.

La zona principal de la pantalla, el espacio que queda entre ambas franjas, también se puede configurar para elegir qué elementos se muestran. Es una solución que me gusta y aunque Škoda no es la única marca que lo permite, diría que es de las más flexibles con los gustos del usuario.

La pantalla de la instrumentación da datos sobre la velocidad, los asistentes, además de poderse ver ahí el ordenador de viaje o indicaciones del navegador. Creo no haber echado nada de menos. El sistema de proyección de información en el parabrisas hace casi inútil el cuadro. En un primer plano, a una distancia virtual que diría que es un palmo por delante del coche,  muestra la velocidad, el consumo y unos gráficos sobre los asistentes; en un segundo, ya a varios metros por delante, se proyectan flechas y otros símbolos relativos al navegador o los asistentes de seguridad.

Habitabilidad

El Elroq es un coche con una amplitud normal para sus dimensiones (4,49 metros de longitud). Delante y detrás hay espacio para que puedan acomodarse personas de casi dos metros de estatura sin ir apretados. La cota menos generosa es la anchura. Las tres cotas (espacio para las piernas, anchura a la altura de los hombros y distancia de la banqueta al techo) están a la par de modelos como el Renault Scenic, Ford Explorer y Kia e-Niro, y por encima de otros como el Peugeot E-3008, que tiene mucho menos espacio para las piernas y la cabeza, aunque es el que ofrece mayor anchura (tabla comparativa de mediciones).



La postura al volante no es la de un SUV típico, sino más bien la de un turismo porque la banqueta no está alta respecto al piso ni al asfalto (en un Škoda Karoq se va más alto). Entrar y salir del Elroq es más cómodo que en un turismo. Las puertas traseras tienen una forma relativamente cuadrada, el techo no cae mucho ni el pilar trasero va muy inclinado. Esto no sólo facilita el acceso a esa fila de asientos, también hace que sea más cómodo colocar a un niño en su sillita.

Materiales y detalles

La unidad que hemos probado es visualmente atractiva: salpicadero, puertas y asientos bitono (gris oscuro y gris claro), cinturones de seguridad de un color anaranjado, casi rojo, a juego con las costuras de la falsa piel de color gris claro.

Los ajustes son correctos, sin más. Hay detalles nada habituales en coches de este tamaño y, hoy en día, tampoco en los de su precio (aunque sea casi 50 000 euros), como que los bolsillos de las puertas, la guantera y el pequeño cajón del lado izquierdo del salpicadero estén tapizados. La calidad disminuye en las plazas posteriores: el plástico de la parte superior de las puertas no es blando, como en las delanteras, y el tapizado de las bolsas de las puertas no existe.

Los lugares donde dejar cosas son abundantes. Delante, además de los sitios ya mencionados, hay una consola de tipo puente, con la zona inferior separada en dos partes por un pequeño tabique que evita que si se dejan cosas muy pequeñas puedan deslizarse por toda ella. En la zona superior hay una bandeja para dos teléfonos, dos portabebidas, un cajón y otro más abajo en el apoyabrazos, con una pequeña bandeja a media altura para aprovechar esta.

Los ocupantes traseros, además de en las puertas, pueden dejar cosas en los bolsillos de los respaldos delanteros o en un cajón que se puede colocar en el piso (a costa de no poder poner los pies en la zona central). También disponen de dos tomas USB C, salidas de ventilación orientables, un selector para la temperatura en esta zona, mandos para calefactar los asientos y cortinillas enrollables en las ventanillas. En el techo tienen asideros y un plafón de luces.

El maletero tiene unos cuantos detalles bien pensados: los estantes en los laterales, la red bajo la bandeja (para dejar ahí el cable y que no nos moleste con la compra) o la sencilla y efectiva solución de utilizar una pieza de plástico con velcro que se puede colocar a voluntad para evitar que se desplace una caja o una maleta en las curvas. La iluminación de este área la proporcionan un punto de luz en el lado izquierdo y otro en el portón.

La capacidad del maletero es suficiente para una cantidad comedida de equipaje si viaja una familia. El volumen (470 litros) es similar al que ofrece el Ford Explorer e intermedio respecto a modelos que tienen menos —como el Scenic y el BYD Atto 3 (ambos con 440 litros)— y los que tienen más —el Kia Niro (495 litros) y el E-3008 (520 litros)