Algunos conductores sentimos satisfacción por conducir coches económicos de consumo, especialmente si esa economía no se consigue por unas prestaciones deficientes. Para esos conductores el Octavia sería un coche ideal.
Es perfectamente posible hacer viajes a ritmo ligero por carreteras amplias, sean o no de sentido único, con un consumo inferior a 7 l/100 km/h. No es imposible, si el viaje no es rápido y la conducción es suave, bajar de 6 l/100 km.
En mi recorrido por carretera de sentido único ha gastado 7,1 l/100 km, en unas condiciones de tráfico muy poco favorables para una velocidad constante. Gran parte del recorrido lo he hecho a una velocidad inferior a la media, y lo he tenido que compensar con mucha aceleración y una velocidad alta en otras ocasiones.
El consumo máximo que he medido ha sido por carretera de montaña, con continuas aceleraciones y frenadas (pero sin desniveles muy grandes), y ahí ha gastado 11,7 l/100 km.
El ordenador da un error de consumo que varía según la cantidad que se reposta. Da la impresión de que no tiene en cuenta una parte de la capacidad del depósito. Es posible que esa parte sea el espacio de seguridad, que se puede llenar si se aprieta la válvula en la boca del depósito. El error del cuentakilómetros es un 2 por ciento en exceso.
Las prestaciones están ahí y necesitan poco comentario. Que este coche sea casi tan rápido como un BMW 320 D, y lo sea más que un Volvo S60 D5, indica en qué nivel está.
Si no es tan rápido en recuperación como otros modelos que llevan este motor y esta caja de cambios —como el A4 o el Passat— se debe a que tiene desarrollos más largos; el Seat Toledo y Volkswagen Bora tienen unos desarrollos más parecidos a los del Octavia, aunque ligeramente más cortos. La apreciación de la respuesta del coche al acelerador es una cuestión de gustos pero creo —en general— los desarrollos que lleva este Octavia son acertados. Es posible circular en sexta velocidad con reserva de aceleración, incluso con el coche cargado o en rampas.
También es posible circular por carreteras muy lentas sin bajar de tercera velocidad, salvo si se quiere acelerar mucho al salir de las curvas más lentas. El desarrollo sí me parece demasiado largo en primera velocidad. Los motores con turbo no suelen dar mucha aceleración desde parado si no se pisa mucho el pedal; para salir con suavidad y cierta rapidez de un semáforo, en condiciones desfavorables (con el aire acondicionado conectado, con el coche cargado o en una rampa fuerte), hay que dejar patinar el embrague más de lo deseable.
El ruido en un viaje es principalmente aerodinámico, aunque el motor se deja oír perfectamente. Me parece que el ruido y la vibración están mejor amortiguados que en los primeros TDI 115 ó 130 que he llevado, y ya no llama la atención por ser un motor áspero. No obstante, cuando se solicita la máxima fuerza del motor, especialmente si es en marchas largas, la vibración del motor es bien patente.