Škoda Superb Berlina (2015) | Impresiones de conducción

Hemos probado las siguientes versiones: 2.0 TDI 150 CV DSG, 2.0 TDI 190 CV DSG 4x4 y 1.4 TSI 150 CV manual. Las dos primeras son Diesel y la última es de gasolina. Estas unidades tenían numerosas tecnologías relacionadas con la seguridad y la ayuda a la conducción, de las que damos nuestras impresiones en el apartado llamado Algunos elementos de equipamiento.

El motor de gasolina es especialmente silencioso y desde dentro del coche apenas se oye su sonido. Los Diesel, como es habitual, son más ruidosos y transmiten más vibraciones al habitáculo, circunstancia que es particularmente notable al ralentí y a velocidades bajas. A media y alta velocidad, el sonido del motor queda enmascarado por el aerodinámico y el de rodadura, que en ningún caso es alto.

La respuesta del motor 1.4 TSI 150 CV es magnífica en toda la gama de revoluciones. En ocasiones favorables, cuando no se demanda mucha potencia con el acelerador, tiene la peculiaridad de poder funcionar con dos de sus cuatro cilindros. La transición entre dos y cuatro cilindros es inapreciable. Uno sabe que cambia de un modo a otro porque se indica en el cuadro de instrumentos. No hay ningún otro indicio que permita deducir que algo ocurre en el motor. Ni por sonido ni por vibraciones. Aun prestando mucha atención en notar la transición, no lo hemos conseguido.

Foto de - skoda superb 2015

Los motores 2.0 TDI 150 y 190 CV son menos agradables de utilizar que el 1.4 TSI 150 CV por la comentada diferencia de ruido y vibraciones, pero comparados con otros motores Diesel son absolutamente satisfactorios y recomendables. El Superb 2.0 TDI 190 CV es 2000 € más caro que el 2.0 TDI 150 CV, sensiblemente más rápido y su consumo medio homologado es sólo 0,1 l/100 km más alto (ficha técnica comparativa). ¿Tiene sentido pagar esa diferencia de precio por ese extra de prestaciones? Es complicado dar una respuesta categórica a esta pregunta porque el motor de 150 CV no se siente en absoluto falto de energía. Lógicamente, con cuatro personas a bordo y su correspondiente equipaje la aceleración se resiente, pero en ningún caso da la sensación de ser un coche lento. Ahora bien, si esos 2000 € de diferencia entran dentro del presupuesto y lo que se quiere es un coche rápido con independencia de la carga, no vemos impedimento alguno para recomendar el motor de 190 CV.

Se opte por el Diesel de 150 CV o por el de 190, nos parece muy recomendable adquirir el cambio automático de doble embrague DSG, que supone 2290 € adicionales sobre el cambio manual de seis relaciones que viene de serie en ambos. De hecho, y continuando con lo comentado al final del párrafo anterior, creemos que es preferible destinar esos aproximadamente 2000 € a montar el cambio DSG en el motor de 150 CV que a comprar la versión de 190 CV con el cambio manual (en el caso de que haya que elegir en donde invertir ese dinero). El cambio automático es rápido, suave, aporta confort de conducción y mejora la respuesta del motor porque lo mantiene siempre en la zona buena de funcionamiento. Asimismo, evita tener que pisar un pedal de embrague y estar pendiente de que el régimen del motor baje de 1500 rpm, momento en que a ambos Diesel les cuesta mucho ganar velocidad.

El cambio DSG tiene tres modos de funcionamiento, que también afectan a la respuesta del motor: Normal, Sport y Eco. El modo Sport se diferencia del Normal porque el motor responde más rápidamente al acelerador, porque los cambios de una marcha a otra se hacen a más revoluciones y porque la transmisión reduce más marchas de golpe cuando se hunde el acelerador. Si se pisa a fondo (sobrepasando el punto del kick-down), se reducen las mismas marchas con independencia del modo y la aceleración máxima es la misma. En el modo Eco la respuesta del motor se dulcifica, se vuelve más lenta, y justo en el momento en que se deja de pisar el acelerador, el cambio inserta el punto muerto para dejar al coche avanzar por su propia inercia. Si avanzando por inercia se pisa el freno, el cambio inserta rápidamente una marcha para dar mayor retención. Además de estos tres modos, también es posible hacer un uso manual del cambio, seleccionando las marchas con la propia palanca o con unas levas que hay tras el volante (imagen e imagen).

Foto de - skoda superb 2015

Por el momento, sólo tenemos datos propios de aceleración y consumo de la versión 2.0 TDI 150 CV DSG. Los resultados son buenos en ambos apartados, en concordancia con sus alternativas de idéntica potencia. Así, la unidad que hemos probado tardó 7,6 segundos en acelerar de 80 a 120 km/h, prácticamente lo mismo que un Ford Mondeo Berlina 2.0 TDCi 150 CV (7,4 s) y un Volkswagen Passat Berlina 2.0 TDI 150 CV DSG (7,5 s). Una alternativa que fue claramente (y extraordinariamente) más rápida en esta prueba fue el Mazda6 Wagon SKYACTIV-D 150 CV (carrocería familiar), que sólo necesitó 6,6 segundos. Tabla comparativa de prestaciones.

El gasto de gasóleo en la habitual prueba de consumo de km77.com —144 km recorridos a 120 km/h de media por una autopista con frecuentes cambios de pendientes y con el aire acondicionado desconectado— fue 6,1 l/100 km, casualmente lo mismo que los citados Passat y Mondeo y un poco menos que el Mazda6 Wagon. Esta prueba de consumo la hemos hecho con el modo Eco activado y, por tanto, circulando en punto muerto en aquellos puntos en los que no había que acelerar.

El sistema Stop&Start es un poco lento arrancando el motor, pero es suave tanto al apagarlo como al encenderlo. La comentada lentitud no me ha resultado molesta, o por lo menos no tanto como para desconectar esta función. El Start&Stop del Superb comienza a funcionar incluso con el motor frío.

El Superb rueda por autopista con gran suavidad y silencio. Es un coche tremendamente confortable en estas condiciones y una de las mejores opciones que actualmente existen para viajar. No obstante, con respecto al Passat, tengo la impresión de que aísla un poco peor a los ocupantes de las vibraciones que produce el rodar y de que es ligeramente más ruidoso. Curiosamente, en el Passat detecté un ligero silbido en la zona del retrovisor izquierdo que no escuché en el Superb. Puede que fuera casual por la forma en que soplaba el viento en ese momento o puede ser que, efectivamente, la forma y el anclaje del retrovisor a la carrocería supongan una diferencia en este sentido (imagen de retrovisor del Superb y del Passat). En cualquier caso, la diferencia es minúscula y, en mi opinión, es un factor totalmente descartable en la elección del vehículo.

Foto de - skoda superb 2015

Todos los Superb que hemos probado tenían la suspensión de dureza variable DCC (Dynamic Control Chasis), la cual tiene tres posibles ajustes: Comfort, Normal y Sport. En cualquiera de los modos el paso por curva es intachable, pero hay diferencias. Con el modo Sport el coche apoya antes, la carrocería tiene menos balanceo y da la sensación de mayor precisión y agilidad. Es apabullante sentir como un coche con una distancia entre ejes de casi tres metros entra así de bien en las curvas. Es cierto que hoy en día la mayoría de berlinas grandes entran con diligencia en las curvas, pero no por ello deja de sorprender. Con el modo Comfort los baches se filtran con mayor suavidad y la carrocería tiene movimientos más amplios, tanto en sentido transversal (en curvas), como en longitudinal (al frenar y acelerar). El modo Normal se sitúa en un punto intermedio.

La suspensión DCC cuesta 935 € para los niveles Ambition y Style, es de serie en el Laurin & Klement y no está disponible para el Active. No podemos decir si compensa pagar o no este coste porque no hemos conducido un Superb con suspensión normal. Por nuestra experiencia con el Volkswagen Passat (que también está disponible con suspensión normal y DCC y es un coche muy próximo estructuralmente al Superb), pensamos que la mayor parte de la gente se sentirá satisfecha con la suspensión estándar, si bien siempre es recomendable que cada uno la pruebe si es posible.

El sistema DRIVING MODE SELECT viene incluido dentro de la opción de suspensión DCC (cuesta 100 € si se pide sin esta suspensión). Permite variar la dureza de la suspensión DCC, la asistencia de la dirección, la respuesta del motor y del cambio automático, la respuesta del programador de velocidad activo (ACC), la del climatizador y el funcionamiento de la luz de curva. Hay cuatro modos preconfigurados — Eco, Comfort, Normal y Sport— y otro adicional llamado Individual con el que se puede hacer un ajuste independiente de cada uno de los parámetros. De este modo es posible programar el modo Comfort de la suspensión y el Sport del motor y del cambio.

Škoda Superb Berlina (2015) | Algunos elementos de equipamiento

El programador de velocidad activo (ACC, de Active Cruise Control) es suave en las aceleraciones y en las frenadas y detecta a los vehículos precedentes con antelación suficiente como para no realizar maniobras bruscas. Funciona de diferente modo con el cambio manual y con el cambio automático. Con el cambio manual tiene un rango de actuación entre 30 y 180 km/h. Con el cambio automático funciona hasta cuando el coche se para. Si el vehículo precedente no obliga al Superb a detenerse más de un segundo, el ACC es capaz de reiniciar el movimiento por sí mismo. De lo contrario, el conductor debe dar un toque al acelerador para indicarle al ACC que prosiga la marcha.

Una de las características particulares de su funcionamiento con el cambio manual es que se mantiene activo cuando el conductor cambia de marcha. Esta peculiaridad hace que al recuperar la velocidad de crucero indicada, la máxima aceleración venga determinada por la marcha insertada. No recupera con la misma celeridad en cuarta que en sexta. De esta forma el conductor le indica al coche cómo quiere que recupere su velocidad de crucero, con mayor o menor presteza. Con el cambio automático también se puede determinar la aceleración del ACC, jugando con los tres modos que hay para este sistema (Eco, Normal y Sport) a través del DRIVING MODE SELECT.

Otra de las características reseñables del ACC es que al poner el intermitente para cambiar al carril de la izquierda, presumiblemente para adelantar, el coche empieza a acelerar antes de girar el volante para iniciar la maniobra. Cada día es más frecuente que sea así. Si uno pone el intermitente pero no gira el volante, la distancia con el vehículo precedente se reduce más de lo establecido. Por este motivo, el coche sigue acelerando hasta un punto en el que pega un frenazo. Esto no sucede con el modo Eco, con el que no empieza a acelerar hasta que no ve el frente de la carretera despejado.

Foto de - skoda superb 2015

Curiosamente, aunque el sistema detecte que viene un coche por el carril al que nos queremos incorporar, y nos alerte mediante la luz en el espejo (la del sistema de alerta de vehículos en el ángulo muertoimagen), si está el programador activo de velocidad conectado y se pone el intermitente, acelera de todas formas, aunque no pueda realizarse la maniobra de cambio de carril. Esto le ocurre al ACC del Superb y a todos los sistemas similares que he probado de otros fabricantes.

El sistema de asistencia para mantenerse en el carril funciona como se espera. Normalmente detecta bien las líneas que delimitan el carril y actúa sobre la dirección para colocar el coche más o menos centrado. Cuando se sueltan las manos del volante, el sistema sigue activo durante unos segundos y mantiene el coche dentro del carril con buena eficiencia en recta y con peor resultado en curva. Para que el coche gire en la curva, la velocidad y el radio de la curva tienen que ser compatibles con el máximo de fuerza que puede aplicar a la dirección, que es poca. Algunas curvas las toma correctamente y en otras el giro es insuficiente y si el conductor no interviene se produciría un accidente. Es normal que sea así. El sistema no está diseñado para que el conductor suelte las manos.

Circulando con el programador de velocidad ajustado a 90 km/h, a los 14 segundos de tener las manos fuera del volante el sistema lanza un pitido y un mensaje en el cuadro en el que solicita al conductor hacerse cargo del volante. Con solo mover un poco el volante, se puede volver a soltar y el coche puede estar otros 14 segundos bajo su propio control. De todos modos, si no se hace caso a la primera advertencia, el sistema sigue activo y 21 segundos después vuelve a dar otro aviso sonoro. Unos tres segundos después, vuelve a sonar otro aviso y el coche da un pequeño frenazo. De nuevo, unos tres segundos después, da otro aviso y un segundo frenazo. Si aun así sigue sin haber reacción por parte del conductor, a los 46 segundos de haber soltado el volante se produce un frenazo más brusco e inmediatamente el sistema comienza a detener el vehículo a la vez que enciende los intermitentes de emergencia. Unos 55 segundos después de haber soltado las manos del volante y ante la impasividad del conductor, el coche se detiene automáticamente.

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Los Superb con ACC y cambio DSG tienen la función Traffic Jam Assist (asistente en atascos). Ésta está diseñada para facilitar la conducción durante los atascos. Funciona hasta 60 km/h y controla la aceleración, el freno y la dirección. La gestión de la dirección la hace en base a las líneas que delimitan el carril y al movimiento que sigue el vehículo precedente. Funciona correctamente, pero no exime al conductor de su obligación de estar al control del vehículo, entre otras cosas, porque el sistema no es capaz de anticiparse a los cambios de carril repentinos y sin aviso de otros conductores.  

La alerta de vehículos en el ángulo muerto (Blind Spot Detect según Škoda) y el asistente de mantenimiento de carril (Lane Assist) son opciones independientes, aunque hay un paquete llamado Smart Light Assist que incluye ambas y añade el sistema de cambio automático de luces cortas y largas. Este último sistema pasa de la luz corta a larga y viceversa de golpe, sin un paso progresivo entre los dos niveles de potencia lumínica. Según el fabricante, hay una versión más avanzada de este sistema que hace una atenuación de determinadas partes del haz para evitar el deslumbramiento de los coches que hay delante.

Los faros pueden ser de lámparas halógenas o de xenón. Los de xenón tienen una función de alumbrado adaptativo con tres modos operativos: carretera nacional, tráfico urbano y autopista. El primero de ellos se activa entre 0 y 15 km/h y entre 50 y 90 km/h, y es prácticamente como la luz de cruce normal, ya que ambos faros están en la posición base. En modo de tráfico urbano (entre 15 y 50 km/h), el haz de luz es más ancho y corto que en el de carretera, lo que resulta útil dado que es más importante la iluminación óptima de los pavimentos y cruces que no el alcance de la luz. Por el contrario, el alcance del haz de luz y la iluminación de los carriles a derecha e izquierda es importante en conducción rápida por autopista. En este modo, el módulo del faro delantero izquierdo pivota hacia arriba y a la izquierda en relación a su posición base, mientras que el módulo derecho solo se eleva ligeramente. El modo de autopista se activa a partir de los 90 km/h y logra su máximo efecto a partir de los 120 km/h.

Foto de - skoda superb 2015

La alerta de tráfico cruzado por la parte trasera (Exit Assit), no sólo avisa al conductor de un posible riesgo de colisión con otro coche al salir marcha atrás de un aparcamiento en batería o en paralelo, sino que además, da un pequeño frenazo para hacer más evidente la advertencia y evitar en último caso el accidente. A mí me ha llegado a dar ese frenazo sin existir un verdadero riesgo, pero el sistema juzgó como una amenaza la impaciencia del vehículo que esperaba a ocupar la plaza que dejaba libre en ese momento.

La cámara posterior (opción que cuesta 360 €) es muy útil para las maniobras de marcha atrás. La calidad de la imagen es buena, más que suficiente para interpretar bien los objetos visualizados (imagen), pero la que tiene el Passat da una resolución un poco más alta, mientras que la de un BMW Serie 3 es claramente mejor. Si aún con los sensores de distancia de los parachoques (delante y detrás; de serie en Style y L&K y en opción en el resto) y la cámara posterior no es suficiente, se puede pedir un sistema de aparcamiento semiautomático, Park Assist, por 350 €.

Park Assist funciona tanto en aparcamientos en línea como en paralelo. Se activa con un botón que hay a la derecha de la palanca del cambio (imagen) y, a partir de ese momento, comienza a buscar espacios que sean al menos 60 cm más largos que el coche (para aparcamiento en línea). Por defecto, empieza buscando a la derecha; si se quiere aparcar a la izquierda hay que indicárselo con el intermitente. También por defecto se activa para aparcamiento en línea, para aparcamiento en paralelo hay que hacérselo saber pulsando un botón en la pantalla central. La velocidad máxima a la que se puede circular durante el proceso de búsqueda es 40 km/h para aparcamiento en línea y 20 km/h en paralelo. Una vez encontrado un hueco e insertada la marcha atrás, el sistema se hace cargo de la dirección, mientras que el conductor debe acelerar y frenar (y no superar 7 km/h) y seguir las instrucciones para retroceder y avanzar cuando así se indique en el cuadro de instrumentos. Todas las veces que lo he utilizado ha funcionado correctamente. Es un proceso rápido y el coche queda bien pegado a la acera.

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