Nueva imagen y similares sensaciones
El Impreza 2.0 WRX STI también tiene leves mejoras en el motor que han permitido reducir el consumo, aunque mantiene el mismo valor de potencia (265 CV) gracias a la puesta a punto específica de los especialistas de Subaru Tecnica Internacional (STI). Este motor parte sobre la base del motor bóxer 2.0 16V turboalimentado que lleva la versión 2.0 WRX.
Respecto al modelo anterior, el 2.0 WRX sólo ha subido 375 €, mientras que el 2.0 WRX Sports Wagon cuesta 1.224 € más y el WRX STI tiene un precio 2.777 € superior.
Los cambios externos están en los faros (imagen), los dos paragolpes, el capó (de aluminio), las aletas y los pilotos traseros (que tienen algunos rasgos en común con los faros). El STI tiene un alerón de mayor tamaño y una entrada de aire sobre el capó más grande. Las llantas de 17" de diámetro mantienen el mismo diseño, aunque ahora son de color gris oscuro en los WRX.
Estas modificaciones no son sólo un cambio de aspecto del Impreza; según Subaru, ha mejorado el coeficiente aerodinámico Cx, la estabilidad en alta velocidad (debido a la aerodinámica) y el flujo de aire hacia el motor. Subaru también ha modificado los limpiaparabrisas y los retrovisores, para que eventualmente sean menos agresivos en caso de atropello.
Amortiguadores y muelles son nuevos en el WRX, aunque las sensaciones percibidas al volante me han parecido muy similares a las del anterior modelo. La versión STI no cambia de amortiguadores, pero sí tiene casquillos distintos; según Subaru, esto evita modificaciones en la alineación de las ruedas cuando el coche está fuertemente apoyado.
Por su tamaño y tipo de carrocería, el Impreza WRX ofrece ciertas ventajas en cuanto a habitabilidad y capacidad de maletero que no encontramos en otros modelos con su mismo nivel de prestaciones y reacciones deportivas (Audi S3, Ford Focus RS 200 o Seat León Cupra R). Parece pues una opción interesante para conductores que quieran un deportivo pero no puedan prescindir de espacio, aunque comparado con otras berlinas de su longitud, tiene una habitabilidad más bien escasa, muy por debajo de coches como el Ford Mondeo ST220.
Aunque la presentación interior es buena y el ajuste de todos los elementos parece correcto, el Impreza tiene plásticos mejorables en su tacto y acabado. El equipamiento de serie es abundante, pero carece de elementos que son casi obligatorios en un coche de su nivel y precio, como el control de estabilidad, airbags de cabeza o faros de xenón. Aun así, su relación valor/precio me sigue pareciendo competitivo, pues el equipamiento mecánico sí parece abundante: tiene tracción permanente a las cuatro ruedas, pinzas de freno monobloque de cuatro pistones (delante), cambio de seis velocidades (STI) y llantas de aleación de 17" de diámetro, entre otras cosas.