Todas la versiones tienen ahora volante con regulación en altura y profundidad.
La gama anterior sólo tenía regulación en altura y algunos conductores no conseguíamos una postura al volante muy buena, porque era difícil conseguir una distancia correcta de la cadera a los pedales y de los hombros al volante (más información). Lo que no ha cambiado es la posición del asiento, que sigue siendo más adecuada par aquien prefiera una banqueta situada en una posición más bien alta con respecto al piso.
Ahora habrá más personas que se sientan cómodas a los mandos de un Corolla, pero el puesto de conducción sigue teniendo algún detalle mejorable: los mandos de regulación de altura e inclinación de las plazas delanteras son difíciles accionar con las puertas cerradas, porque queda muy poco hueco para meter la mano.
El nuevo motor Diesel de 1,4 litros y 90 CV (que no llegará hasta otoño), me ha parecido mejor desde el punto de vista de la respuesta que en sonoridad (tampoco es muy ruidoso). Tiene una capacidad de aceleración buena desde un régimen muy bajo (algo que se echa en falta en el D-4D de 116 CV que tambien tiene el Corolla y otros coches de Toyota).
El nuevo Diesel da la potencia máxima a 3.800 rpm; a partir de 4.000, se nota que disminuye su fuerza y su capacidad para subir de vueltas. Comprobé que es capaz de llegar en marchas cortas a 5.000 rpm, no creo que sea útil para nada pasarlo de unas 4.000 rpm (lo confirmaremos cuando tengamos la oportunidad de medir prestaciones de forma habitual).
Como otros modelos Diesel de Toyota, tiene unos desarrollos de transmisión cortos, algo que es inusual en coches de estas características. A régimen de potencia máxima el coche circularía a sólo 158 km/h, mientras que la velocidad máxima es 180 km/h. A esta velocidad el motor giraría supuestamente a 4.315 rpm (muy por encima de la potencia máxima).
En palabras de los responsables de Toyota: «los cambios en el Toyota Corolla T-Sport, han sido con el objeto de hacerlo más radical». No tengo referencias del modelo anterior, pero el nuevo modelo está claramente por debajo en tacto de suspensiones, dirección o reacciones deportivas y directas que un Civic Type R, que un Ford Focus RS 200, León Cupra R o un Ibiza Cupra TDI.
Una de las causas de que no reacciones como los modelos citados son los neumáticos. Al menos las unidades de la presentación, son unos Michelín Pilot Primacy de medida 195/55 R16 87V. Además de ser algo estrechos comparados con lo que ofrecen otros coches de este tipo, no son unos neumáticos que destaquen por su adherencia.
Las suspensión no es muy elástica, aunque sí tiene una capacidad de absorción de irregularidades suficiente para poder viajar con cierta comodidad.
La dirección es más directa que en el resto de los Corolla (3,2 vueltas de tope a tope en lugar de 3,5). En general el Corolla T Sport se muestra claramente más duro y más preciso que el resto de las versiones Corolla. El cambio de marchas tiene unos recorridos cortos y un accionamiento más firme.
No hay cambios en el motor de esta versión. Sólo se nota una aceleración acorde con la potencia declarada a partir de 6.500 rpm. Aunque da la potencia máxima a 7.800 rpm y la zona roja empieza a 8.100 rpm, hay que llevarlo hasta prácticamente el corte de inyección (8.300 rpm) para aprovechar todo lo que es capaz de dar. Por debajo de ese régimen es un motor con una respuesta muy directa al acelerador, un bonito sonido, pero con las prestaciones de un motor de mucha menos potencia.
El problema es que con un márgen de revoluciones tan estrecho (desde 6.500 a 8.300 rpm) es difícil aprovechar lo mejor de este motor. Por ejemplo, si se cambia a 8.300 rpm, el motor queda 6.500 rpm en primera, segunda y tercera.