Desde principios de 2016, todos los Toyota Yaris pueden tener un paquete de equipamiento denominado «Safety Sense» que incluye un sistema de aviso por cambio involuntario de carril, uno de frenada de emergencia pre-colisión y uno que cambia automáticamente entre luces cortas y largas. Es de serie con el nivel de equipamiento más completo (Advance) y opcional por 600 euros para el resto (City, Active y Feel!).
El sistema de aviso por cambio involuntario de carril utiliza una cámara situada en la parte superior del parabrisas para determinar si el conductor sigue la trayectoria delimitada por las líneas viales. En caso de se desvíe de ella sin dar el intermitente, el sistema avisa mediante una señal acústica y otra luminosa en el cuadro de instrumentos, pero no actúa en la dirección ni produce ningún tipo de vibración. Su funcionamiento no me ha parecido especialmente bueno porque en ocasiones avisa con demasiada antelación y otras, directamente no lo hace.
El de frenada de emergencia utiliza una cámara y un sensor láser para detectar la presencia de los vehículos que hay por delante en la vía por la que circula. Cuando el sistema determina que hay riesgo de colisión, se enciende un testigo en el cuadro de instrumentos, suena una alerta y el sistema de frenos se prepara para una posible intervención. Si el conductor no actúa ante estas señales, los frenos se activan automáticamente para evitar la colisión o para mitigar las consecuencias de la misma. Es posible elegir el momento en el que el sistema emite las advertencias: lejos, intermedio (es el predefinido) y cerca.
Para activar el asistente de cambio entre luces cortas y largas hay que seguir dos pasos: en primer lugar hay que pulsar un botón situado en la parte izquierda de la consola, en una posición baja y poco accesible (imagen); a continuación es necesario empujar la palanca de luces de la columna de la dirección del mismo modo que se hace al conectar las de carretera. A partir de ese momento, el sistema determina el empleo de uno u otro tipo de iluminación en función de la información recogida por una cámara que hay en el parabrisas. Su funcionamiento es normalmente bueno, pero en ocasiones he recibido advertencias de algunos conductores a los que les deslumbraba el haz de luz. En general, el alumbrado del Yaris es bueno, teniendo en cuenta que este se realiza a través de bombillas halógenas. El haz es largo, suficientemente ancho y no produce sombras irregulares.
Todos los Yaris, a excepción de aquellos con el nivel de equipamiento City (el más bajo), tienen un sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas y una resolución de 800x480 píxeles, conexión Bluetooth para el teléfono móvil, conexiónes para USB y iPod y cámara trasera de ayuda al estacionamiento («Toyota Touch 2»). Por 600 € más se puede completar con el sistema «Toyota Touch 2 & GO», que añade a todo lo anterior la navegación con mapas de todo Europa, conectividad Bluetooth con recepción y envío de mensajes de texto, llamada de emergencia y asistencia Eurocare y acceso a aplicaciones como Coyote o Aupeo! mediante conexión a Internet .
La unidad que hemos probado tenía este último sistema y en general nos ha gustado su funcionamiento porque tiene unos menús bien estructurados que discurren entre sí con suficiente fluidez. La pantalla está integrada en la parte superior del salpicadero y ligeramente desplazada hacia el asiento del pasajero, aunque el conductor llega a ella sin ningún problema. En las versiones híbridas hay un menú específico donde se pueden consultar los flujos de energía que transcurren entre los componentes del sistema de impulsión (imagen).