Salvo por la posición al volante (los asientos están situados muy altos y el volante está más tendido respecto al cuerpo), la conducción del Volkswagen Caddy no es muy diferente a la de un turismo porque reacciona con seguridad y aplomo ante maniobras bruscas y ofrece una buena estabilidad lineal en autopistas. No está tan bien aislado acústicamente como un turismo o un monovolumen de tamaño similar (por ejemplo un Golf o un Touran), pero el ruido que se filtra al habitáculo no llega a ser molesto en ningún momento.
La suspensión tiene un ajuste más bien blando y provoca movimientos amplios de la carrocería al circular con rapidez por carreteras de curvas, pero proporciona un buen nivel de comodidad a los pasajeros en la mayoría de situaciones. El algunas ocasiones, sobre todo al circular por carreteras en mal estado, el eje posterior tiende a robotar ligeramente, aunque influye más en la comodidad que en la estabilidad.
Durante la presentación del modelo a la prensa he conducido el Caddy con los motores Diesel de 102 y 122 CV (tracción total) y con el de gasolina de 125 CV. Todos ellos tienen un funcionamiento agradable (sobre todo el de gasolina) y proporcionan una aceleración suficiente para circular con normalidad con poca carga o por vías fáciles. Si por el contrario se circula habitualmente por carreteras con muchas pendientes, se necesita adelantar en poco espacio o se va a utilizar con frecuencia toda la capacidad de carga del vehículo (ya sea de mercancía o de personas), pueden llegar a resultar escasos. Para este tipo de uso puede que sea más adecuada la versión de 150 CV (no la he probado).
El consumo de combustible indicado por el ordenador de viaje fue muy dispar entre todas las versiones que conduje, aunque los recorridos tampoco fueron exactamente los mismos. Como es lógico, los Caddy 2.0 TDI 102 CV y 2.0 TDI 122 CV consumieron menos que el 1.4 TSI 125 CV (aproximadamente un 35 por ciento menos).
El sistema de apagado y encendido automático del motor en las detenciones (Start&Stop), que es de serie en toda la gama, tiene un buen funcionamiento en cuanto a rapidez y suavidad, aunque es más satisfactorio en combinación con el motor de gasolina (con los Diesel se percibe una ligera pero perceptible sacudida cada vez que actúa).