El actual Passat sigue siendo un coche con una calidad y un precio superiores a la media. La relación entre valor y precio no me parece mejor que la de algunos coches menos costosos y no peor equipados, como un Citroën C5, un Ford Mondeo o un Toyota Avensis, salvo si se valoran especialmente sus dos mejores cualidades: confort de marcha y un equipamiento que puede ser abundante.
Lo mejor de este Passat con relación al anterior y con relación a la mayoría de los modelos de la competencia es su comodidad de suspensión y poco ruido (en las dos versiones que hemos probado: FSI de 150 CV y TDI de 140). Es también un coche seguro y estable, aunque con unas reacciones algo distintas de lo normal entre las berlinas de su tamaño; ese tipo de reacciones solo se aprecian si se conduce de una forma que no es normal, o en situaciones de emergencia.
La relación entre tamaño y espacio no es particularmente buena (hay coches más pequeños e igual de espaciosos), pero lo cierto es que cuatro personas pueden viajar con mucha amplitud, aunque las que vayan atrás sean altas.
Cinco no porque, como ocurre en la mayoría de los turismos actuales, la plaza central trasera parece hecha para no usarla.
El acabado de las versiones «Sportline» y «Highline» es bueno, y cualquiera de ellas da una cierta sensación de solidez, por el ajuste de las piezas fijas y el movimiento de las que no lo son. Ahora bien, la diferencia que había en anteriores generaciones entre un Passat y otros modelos ya no es tan grande.
El equipamiento de serie es normal en las versiones menos costosas y abundante en el «Highline». Puede tener algunos elementos que no están disponibles en otros modelos, como freno de estacionamiento automático, airbags laterales traseros, sistema de iluminación en curva, toma de corriente de 230 V, indicador de presión de los neumáticos o un paraguas plegable que se guarda en un hueco específico de la puerta del conductor.
Hemos probado una versión con motor de gasolina FSI de 150 y otra con motor Diesel TDI de 140 CV (la que aparece en las fotos). El de gasolina tiene las prestaciones que caben esperar de una berlina de este tipo con motor de 150 CV; el motor es más que suficiente para mover al coche con soltura, bien en carreteras amplias y llanas, o bien en las que son sinuosas y con desniveles.
Entre las berlinas de su potencia, sólo las que tienen motor sobrealimentado son claramente más rápidas. Es capaz de acelerar tanto como la versión de TDI de 140, siempre que se use el cambio para aprovechar al máximo la potencia que puede dar el motor.
Es también un motor suave y agradable de utilizar en ciudad o en carretera, y con muy buen tacto de acelerador.
El consumo es normal; sería algo mejor con otros desarrollos de transmisión, porque va muy corto (sobre todo si tenemos en cuenta que tiene cambio de seis velocidades de serie).
El TDI de 140 CV también tiene unas prestaciones acordes con su potencia. Como ocurre con el gasolina de 150 CV, la prestaciones de este Diesel no pueden ser un motivo para elegirlo o descartarlo con relación a otras berlinas de este tamaño y potencia. El consumo de este TDI sí es algo más bajo que la media, no obstante las diferencias entre coches que gastan tan poco son poco determinantes del coste por kilómetro.
De las versiones disponibles, considero que las dos más costosas —«Sportline» y «Highline»— tienen mejor relación entre precio y equipamiento, aunque solo sea por elementos como los asientos.