El Passat es un coche confortable y muy bien amortiguado, al menos con la suspensión de serie. Absorbe muy bien las irregularidades y transmite poco movimiento a los ocupantes. Si bien es blando de suspensión, no me ha dado la impresión de que la carrocería se pueda mover de forma descompensada al pasar por baches, badenes o cambios de rasante. No ocurre como en el anterior Passat, que suspensión parezca dura en compresión y blanda en extensión (si no tenía suspensión deportiva opcional).
No puedo decir con certeza si se trata de un coche ágil o no, dadas las condiciones de las carreteras donde se desarrolló la toma de contacto. Probablemente no sea éste uno de los aspectos donde más sobresale. Independientemente de que sea capaz o no de cambiar muy rápido de dirección (algo que solo se aprecia en carreteras lentas conduciendo rápido), es un coche muy agradable de conducir por el tacto de la dirección o por la forma que tiene de apoyar en las curvas (en este sentido puede recordar a otros coches que tienen esta plataforma).
La diferencia de prestaciones del motor 2.0 TDI de 140 CV con respecto al nuevo 2.0 TDI de 170 es notable. También la hay de respuesta: el más potente da la fuerza con mucha más busquedad a partir de unas 2.000 rpm. No hay una diferencia clara entre uno y otro respecto al ruido o las vibraciones que se perciben en el interior.
Los motores FSI ahora no son de mezcla estratificada, sino homogénea. El 1.6 FSI de 116 CV puede ser algo escaso de potencia en condiciones de circulación complicadas (por ejemplo si hay que hacer frecuentes adelantamientos en poco espacio). Tiene un desarrollo en sexta de 32,1 km/h cada 1.000 rpm, con el que se consigue la velocidad máxima (200 km/h, un buen valor para un coche de su tamaño y potencia) por encima del régimen de potencia máxima. Es decir, va corto de desarrollos; a diferencia de otros coches, la sexta no es una marcha de desahogo. Este motor tiene un sonido, que aunque está lejos de ser estridente, a la larga puede ser algo molesto en determinadas condiciones de utilización.
El motor 2.0 FSI me parece muy bueno por respuesta al acelerador, también es muy suave (para ser de cuatro cilindros) y silencioso. Si bien sus prestaciones no serán muy distintas al TDI de 140 CV, sí hay una diferencia grande de suavidad, favorable al de gasolina. A igualdad de equipamiento, el FSI de 150 CV es entre 730 y 750 € más barato que el TDI de 140 CV.
Para poner el Passat en marcha hay que meter el mando a distancia en una ranura y mantener pulsado este mando hasta que el motor arranque. No es como otros coches con arranque con botón, donde una ligera pulsación suele ser suficiente para poner en marcha el motor.
El freno de mano es eléctrico, lo que supone un paso adelante en comodidad de uso con respecto a la tradicional palanca mecánica. El freno de mano se desconecta sólo cuando el conductor comienza la marcha, siempre y cuando tenga el cinturón de seguridad abrochado y su puerta esté cerrada. Sin cualquiera de estas dos condiciones el freno de mano no se desbloquea automáticamente. A diferencia de otros frenos de mano eléctricos, el del Passat no se bloquea automáticamente cuando el conductor apaga el motor o quita el contacto.
Opcionalmente puede ir equipado con el freno de mano con activación automática «Auto Hold» (100 ó 104 € en función de la versión) que activa el freno de mano automáticamente cuando el coche se detiene en rampa.
En este coche se conectan los intermitentes de emergencia cuando se pisa con mucha fuerza el pedal y además, cuando el conductor gira al mismo tiempo el volante.