El Passat R-Line se diferencia del resto de la gama Passat por ciertos detalles de aspecto. Está disponible tanto con carrocería de cuatro puertas como familiar («Variant»), con tracción delantera o a las cuatro ruedas y con cambio manual o automático.
Su precio parte desde 30.410 € con motor de gasolina de 160 CV (precios de todos los Passat «R-Line» con carrocería de cuatro puertas y familiar).
Los elementos que distinguen a la versión «R-Line» (que son estos) cumplen una función estética, salvo la suspensión deportiva, que está específicamente desarrollada para este modelo.
El resto de los elementos de equipamiento que tiene el «R-Line» también los pueden tener otros Passat, bien de serie u opcionalmente, como los asientos deportivos con regulación eléctrica para el conductor (que son muy buenos).
El Passat R-Line está disponible en combinación con dos motores de gasolina y dos Diesel. Los de gasolina son el 1.8 TSI de 160 CV y el 2.0 TSI de 200 CV. Los Diesel tienen 140 y 170 CV de potencia, ambos 2,0 l de cilindrada.
Los Passat R-Line fabricados desde los primeros días de marzo de 2008 llevan el motor 2.0 TDI de 140 CV con inyección por «conducto común», en lugar de bomba-inyector.
El motor 1.8 TSI de 160 CV (reemplazó en la gama Passat al FSI de 150 CV) también lo pueden tener otros Passat, aunque no sean con el acabado «R-Line».
He conducido el Passat 1.8 TSI de 160 CV con acabado «R-Line». Con esta combinación, el Passat es un coche muy rápido y con una suspensión bien conseguida para que la carrocería tenga movimientos contenidos sin perjudicar la comodidad sobre asfalto en mal estado.
La suspensión deportiva del Passat R-Line está desarrollada por «Volkswagen Individual» es más dura y deja la carrocería 15 mm más cerca del suelo comparada con la que la que tienen de serie otros Passat (no la deportiva opcional). «Volkswagen Individual» es una empresa subsidiaria de Volkswagen. Se creó en 2003 y empezó su trabajo añadiendo paquetes de equipamiento al Phaeton. Actualmente también fabrica pequeñas series de otros coches de Volkswagen, como el Passat y el Touareg y diferentes elementos de equipamiento.
Tengo la impresión de que el Passat con el cambio de marchas manual (al menos en combinación con el motor 1.8 TSI de 160 CV) no funciona a la perfección. Cuando se cambia rápido de una marcha a otra, la palanca ofrece un punto de resistencia un poco incómodo que hay que vencer haciendo más fuerza sobre ella. Teniendo en cuenta lo bien que funciona el cambio automático DSG, nos parece una opción muy interesante.
El consumo que tiene esta versión no es bajo pero los datos son moderados cuando se conduce a ritmo normal. El Passat 2.0 TDI de 140 CV tiene una ventaja clara de consumo respecto al TSI de 160 CV, pero también una desventaja importante en prestaciones.