El salpicadero del Volvo XC40 tiene un diseño prácticamente idéntico al de los XC60 y XC90, aunque presenta pequeñas diferencias. Para arrancar el motor, por ejemplo, Volvo utiliza un botón convencional junto al volante (imagen) en lugar de un mando giratorio en la consola (imagen del mando de otro Volvo); y el selector de los modos de conducción está colocado en el salpicadero, en lugar de entre los asientos delanteros (imagen de un XC40 e imagen de un XC60).
La pantalla del sistema multimedia es exactamente la misma que tienen otros modelos recientes de la gama y, por lo tanto, conserva las mismas virtudes y defectos. Tiene nueve pulgadas de diagonal. Es una pantalla que proporciona una calidad de imagen muy buena y que se maneja con la precisión y rapidez de una buena tablet, pero como es mucha la información que puede llegar a mostrar, requiere de un periodo de aprendizaje relativamente largo. Además, también se echan en falta algunos botones mecánicos para las funciones que se utilizan con más frecuencia, como por ejemplo la selección de temperatura del climatizador o la velocidad del ventilador. Los que Volvo ha dispuesto son los del equipo de sonido (imagen), que redundan con los mandos del volante (imagen).
En algunos menús, la cantidad de funciones aglutinadas supera lo que consideramos conveniente para encontrarlas en una situación de conducción frecuente (abajo a la izquierda en esta imagen), como por ejemplo el asistente de aparcamiento semiautomático o la cámara de ayuda exterior: es difícil activar ambas funciones con rapidez cuando se está buscando una plaza de aparcamiento.
Todos los XC40 tienen una pantalla de 12,3 pulgadas donde se muestra la instrumentación y que permite cierto grado de personalización (imagen), sin llegar a la flexibilidad que da la que Audi ofrece en algunos de sus modelos (imagen de la pantalla). La visibilidad de la misma es buena, incluso en situaciones de mucha luminosidad. Los datos principales, como la velocidad, las revoluciones a las que gira el motor o el nivel de carburante, son fáciles de consultar, pero el ordenador de viaje es muy farragoso y aparece en una porción de pantalla demasiado pequeña (imagen).
Los asientos delanteros son especialmente cómodos y sujetan bien el cuerpo en las curvas. Opcionalmente, pueden estar tapizados en piel (con un tacto muy bueno) y tener ajustes eléctricos, memorias de posición o calefacción, pero no ventilación o masaje. Estos asientos también disponían de la posibilidad de extender la banqueta (imagen).
Los pasajeros de atrás disponen de dos salidas de ventilación independientes, sin control de temperatura (el caudal se regula abriendo o cerrando más el paso de las rejillas; imagen). Opcionalmente estos asientos también pueden tener calefacción y una toma micro USB (imagen).
Los huecos están bien repartidos para quedar siempre a mano de los pasajeros. En la columna central hay un total de cuatro: uno bajo la consola, con superficie para recargar dispositivos móviles, conexión USB y toma de 12 voltios (imagen); un portavasos doble (imagen) y dos espacios por debajo y frente al reposabrazos que, aunque separados por una pieza de plástico (imagen) están, en realidad, en un vano común (imagen). La portezuela que cierra el más pequeño de estos dos huecos tiene una apertura incómoda y el borde de plástico con el que choca el dorso de la mano es un tanto rasposo (imagen). En las puertas delanteras hay una bandeja de tamaño generoso (imagen), notablemente más grandes que en las traseras (imagen).
Los materiales que Volvo ha empleado para recubrir todo el habitáculo causan una muy buena sensación a la vista y al tacto. No son tan lujosos como los que utiliza en modelos más grandes (XC60 y XC90), pero son claramente mejores que los de, por ejemplo, un Mercedes-Benz GLA, un BMW X1 o un Land Rover Range Rover Evoque. Son muchos los detalles que contribuyen a generar la impresión de estar ante un vehículo de calidad y bien construido: las puertas, por ejemplo, tienen amplias zonas tapizadas con una especie de moqueta muy agradable al tacto (incluidas las traseras; imagen), todos los huecos portaobjetos repartidos por el habitáculo tienen un fondo de goma y además todas las piezas que componen el salpicadero están muy bien ajustadas entre sí (no se oyen ruidos por desajustes incluso al circular por vías en mal estado).
En una unidad que hemos conducido hemos encontrado dos detalles descuidados: la moldura de plástico que hay junto a la rodilla del conductor, que estaba mal pegada con un velcro (se aprecia ligeramente en esta imagen), y la zona enmoquetada a la izquierda del pedalier, por encima del reposapiés, que dejaba al descubierto parte del cableado (se observa a simple vista aquí). Eso no ha pasado en otras.
La visibilidad es buena hacia adelante y hacia los lados, pero no hacia atrás porque la luneta es pequeña y las puertas posteriores tienen una porción de chapa que asciende ocupando un espacio que habitualmente es de cristal (imagen). Opcionalmente, el XC40 puede tener un conjunto de cámaras periféricas con muy buena resolución que resultan de mucha ayuda a la hora de aparcar o maniobrar en zonas estrechas (imagen). Su tiempo de respuesta en ciertas maniobras es, a veces, un poco lento y la imagen tarda unos segundos en aparecer en pantalla.
El acceso a las plazas delanteras no admite tachas y, para quien busque un vehículo más alto que una berlina por la comodidad que supone tener que agacharse menos, el XC40 puede ser una buena alternativa a un V40 o un V60, por ejemplo. Las puertas traseras dejan un vano más estrecho y el acceso no es tan amplio, especialmente a nivel de los pies (imagen e imagen), aunque la altura al techo y la distancia entre el suelo y la banqueta sí facilitan tareas como la de colocar una silla de sujeción infantil.
Según nuestras mediciones, el XC40 es un vehículo amplio en el que dos adultos de hasta 1,85 metros de estatura (aproximadamente) pueden viajar cómodamente detrás de otros dos que midan más o menos lo mismo. Un tercer ocupante en las plazas posteriores no viajará cómodo porque la anchura a la altura de los hombros es escasa (algo que ocurre en mayor o menor medida con todas sus alternativas) y, además, el respaldo del asiento central es muy duro e incómodo. En las plazas posteriores hemos medido 70 centímetros de espacio para las piernas (con el asiento del conductor a 100 cm del pedal de freno), que es más de lo que ofrecen alternativas como el Land Rover Range Rover Evoque 5p, el Mercedes-Benz GLA o el Audi Q3 (ficha comparativa). Un BMW X1, en cambio, tiene un poco más de espacio en esta cota y además tiene una banqueta con ajuste longitudinal (el XC40 no la puede tener ni opcionalmente).
El maletero del XC40 tiene 460 litros de capacidad, es decir, mucho menos que un Audi Q3 (530 l), un Land Rover Range Rover Evoque (575 l) o un BMW X1 (505 l). Sus formas son muy regulares y es fácil aprovechar el espacio disponible. No obstante, hay que tener en cuenta que el borde de carga está situado a 77 centímetros del suelo, que es mucho (imagen; en un BMW X1 está a 70 cm; imagen).
El piso está dividido en dos mitades; la más cercana al portón se puede colocar en posición vertical, creando de esta manera un tabique que separa el maletero en dos partes diferenciadas (imagen). Es un sistema sencillo y muy bien pensado. También hay ganchos metálicos, una toma de 12 V y, en algunas versiones, unos mandos eléctricos con los que se pueden abatir los respaldos de los asientos posteriores (imagen). El portón también puede tener un sistema de apertura y cierre automáticos con función manos libres (pasando el pie bajo el portón, se abre o cierra).