La posibilidad de regular el volante en altura y distancia, junto con los reglajes del asiento, permite encontrar una postura de conducción adecuada. Los elementos distintivos del interior del GTA son sus asientos delanteros de tipo bacquet, los pedales en aluminio y un volante de corte deportivo con el aro más grueso en la posición «10 y 10», y con una forma muy agradable de empuñar.
Sus bacquet delanteros tienen ajuste del apoyo lumbar (mediante una ruedecilla de accionamiento mejorable situada en el lateral) y un mando manual para regular fácilmente la altura. Tienen un mullido cómodo y ofrecen una sujeción lateral correcta, aunque las personas delgadas seguirán echando en falta algo más de sujeción. Me ha llamado la atención la longitud de la banqueta, de excelente apoyo para las piernas de personas altas. A mí, que mido 1,70, me ha resultado incluso demasiado larga, aunque tampoco plantea problemas en la conducción. Los reposacabezas están integrados en los asientos delanteros y quedan algo lejos de la cabeza.
Los pedales son metálicos y están rematados con múltiples elementos de goma antideslizante. Me ha gustado mucho su posición y tacto, sobre todo, para realizar el punta-tacón con facilidad. También me parece muy cómodo el reposapié izquierdo.
Todos los mandos se encuentran a mano y son fáciles de accionar. Los faros del 147 GTA son de doble parábola y ofrecen una luz potente, pero en conducción nocturna se ven poco los laterales. Los proyectores antiniebla (integrados dentro de los faros delanteros) ayudan ligeramente a mejorar el campo de visión, pero se apagan automáticamente en cuanto se conectan las luces largas. No puede llevar faros de xenón ni en opción.
La instrumentación ofrece la información necesaria y está complementada con un indicador de temperatura de aceite. Sin embargo, los indicadores analógicos están tan metidos hacia dentro que a veces les falta algo de luz. En otras ocasiones se producen ciertos reflejos en el cristal que impiden su correcta visión.
La habitabilidad trasera del 147 GTA es algo escasa. Hay el espacio justo para las piernas de pasajeros de talla media, escasa anchura y altura suficiente, pero no es recomendable intentar acomodar a cinco adultos en su interior ni a personas altas en la parte posterior. La forma del asiento trasero hace muy incómodo sentarse en la plaza central, que además carece de cinturón de seguridad de tres puntos, sólo puede llevar reposacabezas en opción y tiene un voluminoso túnel central que resta espacio para los pies.
Para los pasajeros laterales, la forma del asiento trasero sí me parece cómoda por inclinación y altura del respaldo, longitud de la banqueta y apoyo lumbar. El acceso a las plazas traseras es sencillo ya que los dos bacquet delanteros se desplazan hacia delante (banqueta y respaldo) y dejan un hueco total de unos 30 cm que facilita mucho el paso. En la parte central hay una práctica salida de aire orientable hacia las plazas traseras.
El maletero es más bien pequeño (280 litros) y poco aprovechable por sus formas, al tener las columnas de suspensión en los laterales. Es poco profundo (70 cm), de escasa anchura (91/118 cm) y no demasiada altura (46 cm). El cargador de 10 CD’s opcional situado en el maletero también resta mucho espacio útil. Tiene un plano de carga alto (75 cm) y bajo el piso se encuentra una rueda de repuesto de emergencia. Los asientos traseros se abaten por partes desiguales (60/40) y dejan un espacio de carga con fondo casi plano.