Audi Q5 Sportback (2021) - Prueba | Impresiones de conducción

07/11/2022 |Fernando Ríos (@RiversChains)

Dinámicamente, el Q5 Sportback nos ha gustado mucho, si bien hay que tener en cuenta que la unidad que probamos durante más tiempo llevaba instaladas dos opciones muy costosas: la suspensión neumática adaptativa (2235 € en la versión 45 TFSI) y las llantas de 20 pulgadas con neumáticos 255/45 (2340 €).

Con esta configuración, el Q5 Sportback es un coche muy cómodo, pero sobre todo destaca para bien por la fabulosa calidad de rodadura. A pesar de que se trata de un modelo veterano en el mercado (en realidad lo es el Q5 convencional, pero este es estructuralmente idéntico), ninguno de sus rivales consigue igualarlo en este sentido. Es un coche que se siente muy bien asentado sobre el asfalto, que filtra de manera soberbia la mayoría de imperfecciones y, en definitiva, de mucha calidad. Además también tiene un excelente aislamiento acústico, por lo que se trata de un vehículo especialmente adecuado para cubrir largas distancias en un ambiente muy relajado y agradable.

Los muelles neumáticos de la suspensión opcional varían la altura de la carrocería en un rango de 60 mm. En carretera la bajan 15 mm para mejorar la aerodinámica y a baja velocidad la pueden subir 45 mm para circular por superficies irregulares (también se puede hacer «a mano» desde el sistema multimedia, con ciertas limitaciones). Con ella, los movimientos de la carrocería no son demasiado amplios al tomar curvas a gran velocidad, incluso en su ajuste menos firme, pero sí hacen que el coche se sienta un poco más aislado del estado del asfalto (que puede que sea uno de sus objetivos) y pierda precisión con respecto a la suspensión de serie (no la hemos probado en el Q5 Sportback, pero sí en el Q5 convencional). No se trata, por tanto, de un SUV con tacto deportivo; para eso hay mejores opciones, como el Alfa Romeo Stelvio o el Porsche Macan.

Dinámicamente también sobresale por una serie cualidades que son habituales en casi todos los modelos de Audi, sobre todo en los que tienen tracción total: la facilidad para rodar rápido por todo tipo de vías (incluso si el conductor no es especialmente hábil al volante), la elevadísima sensación de seguridad que transmite siempre y la nobleza de sus reacciones una vez supera los límites de adherencia. Buena muestra de ello son los resultados que obtuvimos en nuestras pruebas de esquiva y eslalon en circuito, que fueron fabulosos (video en nuestro canal de YouTube).

Hasta la fecha hemos conducido dos Q5 Sportback, uno con el motor de gasolina de 265 caballos (45 TFSI quattro-ultra) y otro, más brevemente, con el Diesel de 204 caballos (40 TDI quattro-ultra). El de gasolina no nos ha parecido claramente preferible al Diesel por suavidad de funcionamiento, ya que ambos son muy buenos a este respecto. Aunque el de gasolina da unas prestaciones mejores (ficha comparativa), hemos tenido la sensación de que el Diesel tiene más fuerza a bajo régimen y responde con más inmediatez al acelerador, de manera que esa diferencia en prestaciones reales, que la hay, no se percibe demasiado en una conducción normal y cotidiana.

La versión con motor de gasolina, que es la única de la que tenemos mediciones propias, necesita un mínimo de 4,4 segundos para acelerar entre 80 y 120 km/h, un dato que supone poder circular con mucha solvencia incluso con el coche cargado. Es claramente más rápido en esta medición que el Q5 convencional con el motor Diesel de 204 CV (6,2 s) y exactamente igual que un Alfa Romeo Stelvio con el motor de gasolina de 280 CV. Eso sí, es un motor «anodino», en el sentido de que no sube muy rápido de vueltas, tiene una entrega de potencia tremendamente lineal (parece más bien un motor atmosférico con mucha cilindrada, en lugar de uno turboalimentado) y su sonido no es en absoluto sugerente.

El consumo de carburante puede llegar a ser bajo si uno se lo propone (hemos llegado a ver cifras de poco más de 6,0 l/100 km), pero para ello es necesario conducir con mucha suavidad y anticipación y por vías con poco tráfico. En condiciones menos favorables, lo habitual es ver cifras de entre 9,0 y 10,0 l/100 km en un uso mixto, que no es poco, pero gracias a un depósito de 70 litros, la autonomía no es escasa. En nuestro recorrido de consumo comparativo, cuyas características explicamos con detalle aquí, gastó 8,2 l/100 km. El Alfa Romeo Stelvio de 280 CV consumió un litro más en el mismo recorrido, mientras que el Q5 convencional con el motor Diesel de 204 CV, se conformó con 6,7 l/100 km.

Esta versión lleva asociado un sistema de hibridación ligera que le concede el distintivo medioambiental ECO de la DGT, pero que además mejora el agrado de uso en algunas situaciones concretas. Por ejemplo, el motor de combustión se puede llegar a apagar cuando se circula entre 55 y 160 km/h y no se pisa el pedal del acelerador (por ejemplo, en una baja de autopista), volviendo a ponerse en marcha mediante una pequeña máquina eléctrica de manera casi imperceptible cuando se vuelve a pisar un pedal. También tiene un funcionamiento más agradable el sistema de encendido y apagado del motor, que actúa cuando el coche aún está en marcha (calculo que entre 10 y 15 km/h) y con una rapidez y suavidad encomiables.

Todos los Q5 Sportback (salvo la versión deportiva SQ5) tienen una caja de cambios automática de doble embrague con siete relaciones. Es una transmisión que, en general, funciona bien, pero que tiene una serie de características a las que hay que acostumbrarse. La principal es que tiene una tendencia muy exagerada a engranar marchas largas, limitando la capacidad de aceleración del motor y, por ende, reduciendo el agrado de uso del coche (en modo Sport mejora un poco, pero no por completo). Por otra parte, no siempre es fácil maniobrar con dulzura a baja velocidad; cuesta que el coche avance de manera fluida y precisa, incluso tratando con mucho mimo el pedal del acelerador. En lo que no admite tacha es en la velocidad a la que sube y baja marchas, que es superior a la media.

El sistema de frenos de este Q5 Sportback tiene un rendimiento correcto. Hemos medido 52,8 metros para detener el coche partiendo de 120 km/h, que es un dato normal. El tacto del pedal es bueno y la resistencia al uso intenso y continuo también.