El BMW X5 ha sido equipado con numerosos sistemas electrónicos que incrementan la seguridad activa, al tiempo que mejoran su eficacia en campo y carretera. Todas las versiones equiparán de serie el control de estabilidad (denominado DSC en BMW), un sistema electrónico que integra a su vez otros sistemas de control que describimos a continuación.
DSC. Es el control de estabilidad y actúa conjuntamente con el ABS. Cuando pierden adherencia, frena las ruedas de forma selectiva para que el vehículo vuelva a recuperar la trayectoria que indica el volante. El DSC ha sido tarado para permitir al conductor practicar una conducción «deportiva», de forma que deja que el coche llegue a deslizar levemente antes de entrar en acción. El DSC engloba el resto de los sistemas electrónicos de control del BMW X5.
ABS. El antibloqueo de frenos ha sido modificado en el X5 para mejorar la frenada sobre superficies deslizantes. Al realizar una frenada fuerte sobre arena, barro o nieve el ABS deja que las ruedas delanteras se bloqueen a menos de 20 km/h. De esta forma la rueda se «clava» en el suelo si es suficientemente blando y se forma delante una cuña de barro o nieve que permite frenar antes.
ASC-X. Se trata del control de tracción utilizado en otros modelos de BMW (ASC-T), que actúa sobre el motor en caso de pérdida de tracción. La X indica que se trata de la variante de tracción a las cuatro ruedas.
ADB-X. Es un Freno Automático del Diferencial que hace las funciones de diferencial autoblocante. Cuando el sistema detecta que alguna rueda está patinando se encarga de frenarla, transmitiendo así el par motriz a las ruedas que tienen agarre. El ADB puede frenar las cuatro ruedas de forma independiente en función de la tracción que necesite cada una de ellas. A diferencia del ASC-X, el ADB-X sirve para impulsar al coche en condiciones de baja adherencia, no para impedir una pérdida de trayectoria.
CBC. Este control de frenada en curva ayuda a mantener la trayectoria cuando frenamos en medio de un apoyo sin haber perdido la adherencia de los neumáticos, reduciendo ligeramente la presión de frenada de la rueda interior trasera (las otras tres son las que están más apoyadas sobre el asfalto).
DBC. El control dinámico de frenada aumenta automáticamente la presión de frenada cuando el conductor pisa el pedal del freno con violencia aplicando la máxima presión de frenada posible en cada una de las ruedas en función de las condiciones de adherencia. Gracias al DBC se aprovecha mejor la capacidad de frenada del vehículo y se reducen las distancias de parada cuando el conductor no pisa el pedal adecuadamente.
HDC. El «control de descenso en pendientes» Se encarga de retener automáticamente al coche en una bajada pronunciada. Frena paulatinamente las ruedas, de forma que ralentiza la velocidad del coche de una manera constante entre 5 y 10 km/h.