En el Dolphin Surf se va sentado alto con respecto al piso del coche. Eso hace que la postura al volante sea más parecida a la de un SUV que a la de un turismo convencional, es decir, se va sentado con las piernas más flexionadas. En los niveles Boost y Comfort, los dos asientos delanteros disponen de serie reglajes eléctricos para ajustar la distancia, la altura (solo el del conductor) y la inclinación del respaldo (con el nivel de equipamiento Active, las regulaciones son manuales y no hay ajuste de altura). El apoyo de la zona lumbar es fijo. En cualquier caso, son unos asientos confortables, que proporcionan una correcta sujeción y soporte del cuerpo. Los reposacabezas están integrados con el respaldo y no se pueden mover. Ninguno de los probadores ha echado en falta la regulación en altura (el más alto medía 1,86 metros)
Detrás del volante —ajustable en profundidad y altura— hay una pantalla de 7 pulgadas en la que se ve la instrumentación. Esta muestra abundante información que leerás de un vistazo rápido una vez te acostumbres a cómo está repartida por el panel. La resolución de los gráficos y la visibilidad de los datos en diferentes condiciones de iluminación son correctas. He echado en falta la posibilidad de personalizar el diseño. Este es fijo, no existe un menú con diferentes plantillas para cambiar mínimamente los colores y el aspecto. Lo único con lo que se puede jugar es con la información de la zona central.
La pantalla central de 10,1 pulgadas dispone de una característica que es tradición en BYD, esta es, la posibilidad de ponerla en posición horizontal (imagen) o vertical (imagen). La navegación por los menús es sencilla a coche parado, pero distractiva mientras se conduce, sobre todo cuando no se conoce dónde está lo que se busca. Hay mucho menú, submenú y texto pequeño. Afortunadamente la respuesta del panel táctil es precisa y rápida y los gráficos son de buena calidad. Las cámaras perimetrales tienen una resolución excelente, de las mejores del segmento. El sistema multimedia es compatible con Android Auto y Apple CarPlay inalámbricos (cuando se utilizan estos protocolos, la pantalla ha de estar en posición horizontal).
Debajo de la pantalla hay una fila de botones (imagen). El primero empezando por la izquierda es el selector del cambio. Queda cerca de la mano, se acciona con facilidad y resulta cómodo tenerlo ahí. Más abajo están las salidas de aire y, si seguimos bajando, encontramos un hueco portaobjetos con una toma de 12 voltios y dos puertos USB (de tipo A y C; imagen). Entre los asientos delanteros se halla la superficie para la carga por inducción de teléfonos móviles (imagen) y un reposabrazos fijo.
El Dolphin Surf tiene aire acondicionado, no climatizador. No se puede elegir una temperatura concreta para que el coche la mantenga, sino que se ha de regular a mano la mezcla de aire frío y calor. Además, es engañoso, porque viendo el menú desde donde se regula (imagen), parece que tuviera dos zonas, pero en realidad solo hay una: cuando movemos el deslizante de un lado, el del otro lado se mueve coordinadamente.
La calidad al tacto de los materiales que componen el salpicadero, los asientos y las diferentes partes del habitáculo es buena para el segmento en el que compite el Dolphin Surf. La mayor parte son plásticos duros, no hay materiales lujosos, pero tienen en general un tratamiento superficial que los hacen agradables a la vista y el tacto. Los ajustes de las piezas son firmes y sorprende lo firmemente anclada que está la pantalla central al salpicadero. En movimiento, no se aprecian ruidos.
El BYD Dolphin Surf es un vehículo de cuatro plazas. En la fila posterior hay un buen espacio para las piernas y una altura suficiente para que personas de hasta 1,80 metros de estatura se puedan sentar con la espalda y el cuello estirados. El maletero tiene un volumen de 308 litros y un doble fondo con espacio de sobra para meter los cables de recarga (imagen).
Comparemos estas cuestiones —espacio en fila trasera y maletero— con sus alternativas de cuatro y cinco plazas: con respecto a los más pequeños del segmento —el Dacia Spring, el Hyundai Inster y el Leapmotor T03; todos son cuatro plazas—, el BYD tiene una carrocería más larga, ancha y alta (ficha comparativa). Por amplitud para los pasajeros, vence con claridad al Spring y al T03, pero pierde sin paliativos frente al Inster, tanto por hueco para las piernas como para la cabeza. La anchura también es un poco mayor en el Hyundai, pero es suficiente para que dos adultos viajen sin aprietos (mediciones propias del interior).
El maletero del BYD —recordemos, 308 litros— es el más grande de los tres... pero no siempre. Si en el Inster se corre la banqueta posterior hacia delante (una función que solo dispone el Inster y ningún otro vehículo del segmento), sucede que su maletero pasa de 280 litros a 351, es decir, 43 litros más que el BYD. Claro, pero entonces el espacio para las piernas que queda en el Inster será mucho más pequeño ¿no? Evidentemente, sí. Con las plazas posteriores adelantadas al máximo, hemos medido 60 cm, 10 menos que en el BYD (pero uno más que en el Dacia Spring y dos menos que en el Leapmotor T03).
Enfrentemos ahora el Dolphin Surf con alternativas de cinco plazas, como el Fiat Grande Panda y el Renault 5 E-TECH. Por longitud de carrocería el BYD está en un término medio, por anchura es el menor y por altura, el mayor (ficha comparativa). Por dentro, y siempre según nuestras mediciones, es el que claramente más espacio ofrece para las piernas, mientras que en distancia hasta el techo se situa a medio camino entre el peor (Renault 5) y el mejor (Fiat Grande Panda). La anchura entre puertas es la más pequeña de los tres, pero siendo la fila posterior solo para dos pasajeros, este dato no es relevante para esta comparativa.
En lo que respecta a volumen de maletero, el vencedor, con 361 litros de capacidad, es el Grande Panda. El Renault 5 tiene 277 litros, 31 menos que el Dolphin Surf.
No hay grandes lujos para los pasajeros de la fila posterior. No hay salidas de ventilación en el centro (cierto es que tampoco las hay en ninguna de las alternativas citadas hasta el momento), no hay iluminación en el techo (eso sí que está presente en, por ejemplo, el Hyundai Inster y el Renault 5) y no hay tomas USB (algo de lo que sí dispone, por ejemplo, el Fiat Grande Panda, además por duplicado). Lo que sí hay son asideros en el techo (en el Grande Panda no) y unas bolsas en los respaldos de los asientos delanteros (imagen).