El consumo homologado del BYD Han es de 18,5 kWh/100 km, más bajo que el de un Mercedes-AMG EQE 43 y un Porsche Taycan, ambos con 476 CV. Solo gastan menos el Tesla Model S motor dual, el Mercedes-Benz EQS 580 y el BMW i5 M60 (listado de berlinas eléctricas de más de 4,85 metros que tienen más de 450 CV). La autonomía homologada es de 521 km (el Han tiene una batería de 85,4 kWh de capacidad útil).
No nos ha sido posible medir el consumo del BYD Han como hacemos con otros coches eléctricos. El motivo es que el ordenador de viaje no permite hacer cálculos a voluntad, solo da el dato del consumo desde que el coche empezó a rodar (actualmente marca 22,0 kWh/100 km tras 7000 kilómetros) y el consumo en los últimos cincuenta kilómetros.
A pesar de ello hemos hecho nuestro recorrido de consumo habitual por autovía para obtener un dato que al menos sea aproximado. Para ello hemos utilizado como referencia el porcentaje de batería al principio y al final y hemos hecho una recarga entre esos dos valores, concretamente del 17 al 60 %.
Según la información del cargador (de carga ultrarrápida), se traspasaron 41 kWh, lo que supone una media de 28 kWh/100 en la prueba de consumo. A esa cantidad hay que restar las pérdidas durante la recarga, que hemos estimado de alrededor de un 11%. El resultado es un consumo de 25 kWh/100 km, una cifra elevada. Como la referencia ha sido el porcentaje de la batería, ese dato (60 %) podría ser realmente menor (o mayor) porque no sabemos si empezó a 60,4% de capacidad o al 59,5; ni si acabó al 17,4% o al 16,6%. En función del porcentaje exacto, podría haber casi 2 kWh de diferencia.
Tras varias pruebas por autovía, la autonomía en ese entorno ha sido de entre 300 y 350 kilómetros, respetando el límite de velocidad y conduciendo con suavidad. Esas distancias corresponden a consumos que están alrededor de los 23-26 kWh/100 km, unos valores elevados. En ciudad he obtenido unos resultados mucho mejores, con cifras por debajo de 18 kWh/100 km que permiten recorrer más de 450 kilómetros entre recargas.
Recarga
La batería del Han se recarga conectando la toma que hay en el lateral trasero derecho a un suministro eléctrico. Cuando es de corriente alterna, se hace a un ritmo máximo de 11 kW. Si es un cargador de corriente continua la potencia es de hasta 120 kW. Esta última cifra queda corta frente a la competencia, capaz de hacerlo a potencias de 170, 250 o 270 kW.
La velocidad de recarga no es constante, como ocurre en cualquier otro coche eléctrico. En comportamiento habitual durante las cargas que he hecho ha sido mantenerse a máxima potencia (entre 112 y 124 kW) hasta el 40%, para posteriormente recargar a unos 70kW desde ese punto hasta el 80% y de ahí bajar a 40 kW, potencia que mantiene casi hasta el final.
Junto a la toma de carga hay un testigo luminoso para indicar el estado de la conexión (en espera, cargando, cargado o error), pero tiene el inconveniente que de día, si hay mucha luz, resulta complicado verlo.
Con la información que muestra el cuadro de instrumentos (imagen) también ocurre algo parecido: es un acierto que la información se muestre de manera clara, a buen tamaño y permanentemente (salvo si se cierra el coche), pero se echa en falta que proporcione la autonomía de la que se va disponiendo (lo que se muestra es la potencia de recarga, el porcentaje de batería y la hora estimada de finalización). A diferencia de otros coches eléctricos, desde el sistema multimedia no es posible configurar el límite máximo de la recarga.
El sistema eléctrico de carga es bidireccional. Mediante un adaptador —que viene con el coche; imagen— es posible conectar hasta cuatro aparatos y alimentarlos desde la batería del Han.