Citroën ha desarrollado el cambio «CMP» desde un principio para que fuera automática. Es decir, a diferencia de lo que ocurre con otras cajas de este tipo, no es una adaptación de una caja manual existente. De hecho, no está previsto que haya una caja manual con los elementos de esta nueva caja automática.
Una ventaja de hacerlo así es que los distintos elementos de la caja están mejor integrados: los motores eléctricos, el sistema hidráulico y la unidad de control electrónico. Otra, es que Citroën ha podido diseñar un mecanismo específico para el movimiento del cambio, en lugar de adaptar el que ya tiene una caja manual.
Según el criterio de km77.com, esta caja es automática porque puede cambiar de marcha automáticamente (clasificación de cajas de cambio), aunque su estructura y forma de funcionamiento sean las de una caja manual (embrague monodisco y pares de engranajes).
Es una caja de seis velocidades en tres ejes: uno primario, uno secundario para todas las marchas hacia delante y otro secundario (muy corto) para la marcha atrás.
Como una caja manual normal, tiene un par de engranajes de toma constante para cada velocidad y desplazables que seleccionan cada una de ellas. Hay otro eje, paralelo al primario y los secundarios, que sirve para las horquillas que mueven los desplazables.
Los dos movimientos para la selección de marcha (el equivalente al longitudinal y transversal de una palanca manual) los hace un eje («S-Cam») con movimiento giratorio y axial. Al girar selecciona la horquilla adecuada y, al moverse axialmente, engrana una marcha a la vez que desengrana la que estaba puesta.
El movimiento del dispositivo lo crea un motor eléctrico, conectado a las partes móviles mediante un circuito hidráulico. Según Citroën, de esta forma el sistema es más preciso y se elimina el condicionamiento que hay cuando el motor eléctrico actúa directamente sobre las partes móviles.
Hay una accionador independiente para el embrague, que es monodisco en seco (como el de un cambio manual). En principio, no está previsto que haya que sustituir el embrague. Citroën lo ha desarrollado con la idea de que va a tener la misma vida útil que el coche.
El proceso de cambio dura 1,2 s cuando funciona en modo automático y 0,8 s cuando funciona en modo manual; cuanto más rápido, menos suave. Si se selecciona el modo «Sport» con un botón junto a la palanca, este tiempo se reduce a la mitad en cada caso (0,6 y 0,4 s, respectivamente).
Esto es lo que tarda el mecanismo en cambiar de marcha, desde que el conductor o el control electrónico dan la señal para cambiar de marcha hasta que está efectivamente engranada. Es decir, no se trata de la rapidez de respuesta de la caja en distintas situaciones. En este sentido, hay una mejora sobresaliente con relación a la caja «Sensodrive» de Citroën, que a veces tarda demasiado en decidir una reducción.
Aunque es difícil decirlo sin una comparación directa, creemos que esta nueva caja de Citroën también responde algo más rápidamente a distintas solicitaciones que otras cajas de este tipo, como la de Alfa Romeo o la de Toyota.
Esta caja puede estar acoplada a motores que den hasta 270 Nm de par máximo. En principio, no habrá cajas automáticas de este tipo para motores que den mucho par (el seis cilindros Diesel, por ejemplo). No porque haya una dificultad técnica, sino porque Citroën entiende que para ese tipo de motores es preferible la suavidad que da una caja con convertidor de par hidráulico y engranajes planetarios.