El aspecto del habitáculo del Duster es sencillo. No hay materiales vistosos —salvo unas piezas pintadas en la consola (imagen) y en las puertas (imagen) de algunas versiones—, todos los plásticos son duros al tacto y hay zonas con la chapa a la vista —el portón (imagen) y parte del maletero (imagen). No hay mandos complejos. De hecho, hacía tiempo que no probaba un coche en el que el de regulación de la altura de los faros (imagen) fuese mecánico en vez de eléctrico.
Tampoco tiene elementos de equipamiento sofisticados, aunque no falta nada necesario para un uso normal salvo, quizás, un termómetro de temperatura exterior que sirva para saber, por ejemplo, si la carretera puede estar helada. Tampoco hay un plafón en el techo para iluminar las plazas traseras. Tiene algunos detalles buenos, como la luz para la guantera (imagen) o que el capó se mantenga abierto gracias a un amortiguador en vez de a una simple varilla (algo que no se encuentra en coches que cuestan más del doble).
Los ajustes son correctos pero hay detalles mejorables. Por ejemplo, el tapizado del maletero estaba descolgado en nuestra unidad o algunas piezas de plástico podrían estar mejor rematadas. En algunas zonas quedan a la vista los tornillos que sujetan algunas piezas (como la consola de entre los asientos).
La posición al volante es buena. Éste no tiene ajuste en profundidad (sí en altura) pero yo no lo he echado en falta, algo que con mi estatura sí suelo necesitar. Los asientos (imagen) son cómodos y el tapizado parece que transpira bien. En carreteras sinuosas no sujetan correctamente el tronco.
La ergonomía es un aspecto mejorable. Los mandos de los elevalunas traseros (opción que cuesta 99 €) están colocados al final de la consola (imagen). Si los manejan los pasajeros traseros, tienen que separar la espalda del asiento y agacharse. Si los intentan manejar los pasajeros delanteros, tienen que meter el brazo entre los asientos y buscarlos a tientas (si es que les llega el brazo). Los mandos del sistema de ventilación tampoco están en el mejor lugar posible (imagen). Su ubicación, en la parte inferior de la consola, obliga a separarse del asiento para alcanzarlos y desviar la vista mucho. Además, algunas indicaciones quedan ocultas por los propios mandos. Los mandos de los retrovisores van colocados por debajo de la palanca de freno (imagen).
El habitáculo es amplio para cuatro adultos. La altura disponible es grande en todas las plazas y hay espacio suficiente para que un pasajero de alrededor de 1,85 m quepa detrás de otro de la misma estatura. La anchura es pequeña e impide que tres pasajeros puedan viajar cómodamente en las plazas traseras (imagen). El cinturón de la plaza central sale del pilar trasero izquierdo (imagen).
Colocar una sillita infantil con anclajes Isofix es sencillo porque éstos quedan visibles y no hay que «luchar» para encajar la silla. El airbag frontal del acompañante se puede desconectar para colocar una sillita (imagen).
Un inconveniente con el que me he encontrado es la ausencia de lugares donde dejar cosas fuera de la vista. El único hueco así es la guantera. Se echa en falta un lugar donde poder dejar las gafas de sol, por ejemplo.
Es amplio y de distinto tamaño en función de si se trata de una versión de tracción delantera (475 litros) o total (443 litros). La diferencia se debe a que la suspensión trasera es diferente en un caso y en otro (más información), lo que obliga a cambiar la ubicación de la rueda de repuesto: en un caso por debajo de la carrocería y, en el otro, dentro del maletero, bajo el piso. Es posible aumentar la capacidad abatiendo los respaldos de los asiento traseros —están divididos en proporción 60/40—. Al hacerlo queda un pequeño escalón (imagen).
Para introducir la carga hay que levantarla 79 cm (imagen), que es mucho si es pesada. El maletero tiene formas regulares que facilitan aprovechar el espacio. En su interior se pueden llevar objetos de hasta 92 cm de alto, si se aprovecha toda la altura disponible (mediciones del maletero).
Los objetos que se transportan en el interior del maletero (que está iluminado) se pueden ocultar gracias a una cortinilla que, a diferencia de lo habitual, no se enrolla. En su lugar, hay varias muescas en los laterales para poder colocarla en tres posiciones —totalmente estirada, un tercio (imagen) o completamente recogida—.
En el suelo del maletero hay cuatro argollas para sujetar una red pero no hay ninguna en el techo para separar a los pasajeros de la carga. También se echan en falta elementos para facilitar la colocación de objetos, como algún gancho portabolsas o cintas elásticas. Para cerrar el maletero hay una pieza de plástico en el interior del portón (imagen) desde la que empujar hacia abajo. Así uno no se mancha las manos con la suciedad de la carrocería.