La conducción del Dacia Logan está marcada por tres aspectos: unos motores con muy buen rendimiento, una sonoridad elevada y una suspensión relativamente blanda.
Tanto el motor de 75 CV como el de 90 CV mueven de manera eficaz al Logan, favorecidos por el peso contenido del coche, unos 1.050 kg. Tienen potencia suficiente para afrontar la mayoría de las necesidades del público al que este coche va orientado, siempre y cuando, la aguja del cuentavueltas supere las 3.000 rpm, por debajo, sobre todo debajo de 2.500 vueltas, ambos motores se muestran muy perezosos para ganar vueltas y velocidad. Se puede estirar, sin problemas, hasta más de 5.500 vueltas para conseguir la máxima aceleración.
No obstante, con ambos motores se puede llanear a velocidad muy superior a la permitida en España, y adelantar o incorporarse a vías rápidas con la suficiente solvencia. Por el contrario, al subir cuestas, se muestran, en mayor medida el motor 1,4 l, más torpes. Es aconsejable ganar velocidad antes de la mismas, para evitar perder mucha velocidad y tener que reducir marcha, algo a veces inevitable.
La diferencia entre el motor de 75 CV y el 90 CV solamente se nota en régimen alto; en bajo y medio régimen se nota muy poco. Es aconsejable el motor de 90 CV si se desea tener una reserva de potencia suficiente para afrontar situaciones en las que la potencia sea determinante.
La sonoridad es muy elevada, los responsables, en gran medida, son el ruido del motor y los ruidos aerodinámicos, pero también lo es una pobre insonorización del habitáculo. Por ejemplo, no hay paneles absorbentes de ruido en el vano motor, o que las puertas sólo tienen una junta de estanqueidad. También se observan vibraciones severas en la palanca de cambios al circular a velocidad superior a 90 km/h, no en el volante o en los pedales.
La suspensión del Dacia es tirando a blanda, está resuelta para que pueda ir por cualquier tipo de carretera con el mayor grado de comodidad posible. El coche va más alto de lo normal y la suspensión tiene un gran recorrido, para que se pueda conducir por caminos maltrechos sin mucho problema. En la práctica, la carrocería es continuamente agitada, tanto en zonas reviradas, como con firme irregular o cambios de rasante, incluso en llano a alta velocidad resulta molesta. Si a esta suspensión le unimos una dirección no muy precisa, resulta un coche no muy cómodo ni confiable para conducir por zonas reviradas. Más información sobre la suspensión.
La dirección asistida tiene muy poca asistencia, la suficiente en movimiento, pero poca para maniobrar en parado, resulta algo dura en maniobras lentas. También, he conducido unos pocos kilómetros la versión base, sin dirección asistida, en virajes pronunciados se muestra muy dura, imprecisa y lenta (tiene más de 4 vueltas de volante, algo lógico al no llevar asistencia, ya que la desmultiplicación aumenta) y las maniobras a mínima velocidad resultan inacabables, por lo que cuesta girar el volante en esa situación.
El manejo de la palanca de cambios es preciso, aunque tiene los recorridos largos, sobre todo al cambiar de cuarta a quinta. No me ha gustado el tacto de los pedales, el embrague tiene mucho recorrido y queda innecesariamente alto, mientras que el acelerador va duro y emite un ruido chirriante al moverlo.
No he observado ni escuchado ningún grillo o vibraciones durante los recorridos de presentación, diferentes a lo aquí contado.