El Defender OCTA es un juguete para niños mayores, eso sí, de precio alto: cuesta, como mínimo, 207 450 euros (listado de precios). Tiene muchísima potencia y también tecnología que trata de hacer de él un todoterreno polivalente, rápido y a la vez eficaz fuera del asfalto, sobre todo a velocidades altas. El rival del OCTA está claro: el Mercedes-Benz G 63 de 585 CV. El G 63 cuesta unos 12 000 euros más, tiene menos potencia, sus prestaciones son un poco peores y gasta más (ficha comparativa).
El OCTA solo se vende con la carrocería Defender 110, la de cinco puertas y cinco plazas que mide 4,76 metros de longitud (más la rueda de repuesto, que va colgada del portón). Tiene un aspecto diferente, llamativo, principalmente por los pasos de rueda ensanchados que son necesarios para dar cabida a unos ejes con 68 mm más de anchura. Pero también por los paragolpes específicos —que además mejoran los ángulos de ataque y salida— y por la parrilla, que es distinta.
También tiene un motor «especial», una suspensión distinta y otras diferencias que comento más adelante. La distancia libre al suelo es mejor que la de cualquier otra versión de la gama (+28 mm) y la altura máxima de vadeo, también (un metro exacto, 100 mm más).
Mis sensaciones tras conducirlo en la presentación están influenciadas por el neumático que tenía el la unidad probada. Era un Goodyear Wrangler Duratrac RT de medidas 275/60 R20, un neumático especializado para uso off-road. Con este neumático, que tiene tacos, el Defender Octa no admite una conducción deportiva en el asfalto. A poco que se hace un apoyo con fuerza, el neumático no consigue mantener la adherencia y el control de estabilidad interviene limitando la potencia y/o frenando ruedas. Incluso en ocasiones no es necesario que pierda la adherencia: cuando la aceleración lateral supera un límite (que no es alto), interviene. Con esas ruedas, el OCTA es un coche de rectas.
Pero Land Rover ofrece dos alternativas a ese neumático. Una es un BFGoodrich de tipo Allterrain, en medidas 275/60 y montado en la misma llanta de 20"; el otro es un Michelin Primacy AllSeason de medidas 275/50 montado en una llanta más grande, de 22". Este último es el que hay que elegir si se va a usar el coche excusivamente en carretera. A cambio, se pierden las capacidades que tiene el otro (BFGoodrich) fuera del asfalto. Estas son muy grandes porque el OCTA tiene 28 mm más de altura libre al suelo, la sosfisticada electrónica habitual en los modelos de la marca y un motor que no encontrará un obstáculo en el que se eche en falta más par.
Este motor es uno de ocho cilindros en uve con 4,4 litros de cilindrada, sobrealimentado mediante dos turbocompresores y que incluye un sistema de hibridación ligera a 48 V (le corresponde el distintivo medioambiental ECO de la DGT). Desarrolla 635 CV y 750 Nm de par (800 Nm con la función Dynamic Launch activada) y permite al Defender acelerar de 0 a 100 km/h en 4,0 segundos y alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima (solo con los neumáticos Michelin; con los Goodyear es de 160 km/h). Este motor es de BMW, el que tiene por ejemplo el BMW X5 M Competition; listado de coches con este motor).
Supongo que es obvio que no tiene el más mínimo problema para hacer que el OCTA gane velocidad con celeridad. El sonido es bonito e incluso discreto comparado con el motor V8 Supercharged que tenían modelos anteriores de Land Rover (un motor espectacular en este sentido). Cuando he acelerado a fondo la potencia no me ha soprendido porque llega con cierta progresividad y, quizás, porque estoy ya acostumbrado a la entrega instanténea y contundente de los coches con motores eléctricos.
También puede conducir el Defender OCTA por caminos y en un pequeño circuito de tierra, disfrutando del barro que nos regaló un día lluvioso. En los caminos, la única dificultad fue no dejarse ganar por la poca adherencia que propocionaba el lodo, especialemente en bajadas con inclinación lateral, porque escalones de piedra y otros obstáculos no eran una dificultad. El circuito era el lugar destinado a prueba el modo OCTA. Al activarlo, la suspensión pierde firmeza a la par que sigue controlando los movimientos de carrocería, para propocionar la mayor capacidad de absorción posible. Pero como también estaba embarrada, no tuve ocasión de ir lo suficientemente rápido para apreciar su funcionamiento (a cambio me lo pasé como un niño jugando con los cambios de apoyo en las curvas).
El modo OCTA está diseñado para ser utilizado al circular fuera de carretera a ritmos altos. Su activación ajusta de manera automática la suspensión, los controles de tracción y estabilidad, el sistema antibloqueo de frenos y la dirección. Además, el escape hace más ruido (abre unas válvulas que hay en los silensiosos posteriores), la iluminación ambiental del habitáculo selecciona el color rojo, la instrumentación da información sobre las fuerzas longitudinales y transversales y las levas del cambio se iluminan en sus extremos.
Adicionalmente al modo OCTA, hay diversos programas de conducción tanto para carretera (Comfort o Dynamic, por ejemplo), como para circular fuera de ella (mediante el mando Terrain Response se pueden seleccionar los Hierba/Gravilla/Nieve, Barro/Surcos, Arena y Roca).
¿Qué tiene distinto el Defender OCTA?
Adenás de las diferencias ya mencionadas, hay otros elementos que no son iguales que en otros Defender. El sistema de refrigeración del motor cuenta con un radiador más grande, un refrigerador del aceite mejorado y recubrimientos térmicos para zonas concretas: depósito de combustible, mamparo de separación entre el vano motor y el habitáculo y líneas de combustible.
La caja de cambios sigue siendo una automática de convertidor de par con ocho relaciones (fabricada por ZF), obviamente ajustada para adaptar su funcionamiento a este motor. Y lo mismo ha ocurrido con el sistema de tracción total, que incluye reductora y un diferencial posterior con una relación de transmisión distinta: 3,73:1 frente a 3,31:1 de otras versiones.
Los ejes de transmisión son más gruesos y las uniones del posterior han sido mejorados. Adicionalmente, brazos de suspensión, brazos de control y pivotes de los mismos han sido rediseñados y tienen geometrías distintas (se mantiene la altura del centro de balanceo), y el software de control de los elementos eléctricos de la suspensión ha sido personalizado.
Los discos de freno son los más grandes montados en un Defender: delante de 400 mm con pinzas fijas de seis pistones fabricadas por Brembo. Detrás, unos un poco más pequeños, de 365 mm, con pinzas flotantes monobloque. Las pastillas empleadas son igualmente distintas en cuanto a su composición, algo que, según Defender, permite más «mordida» y mejor resistencia a un uso intenso.
La dirección es más rápida (tiene una desmultiplicación menor) y el OCTA, que gira igual que el resto de Defender, necesita 2,4 vueltas de volante para mover las ruedas de un extremo al otro frente a las 2,7 de los demás.
La clave está en la suspensión
Uno de los elementos más distintivos del OCTA es la suspensión, a la que Defender denomina «6D Dynamics». Los muellles son de tipo neumático, con ajuste variable de altura, y los amortiguadores están controlados electronicamente. Además están interconectados entre sí mediante un circuito hidráulico. Este sistema permite eliminar las barras estabilizadoras, con lo que el OCTA es el único Defender sin ellas.
Con esta suspensión, Defender limita al máximo los movimientos de balanceo y cabeceo de la carrocería cuando la conducción es de tipo deportivo, mejora el confort de marcha cuando se practica una conducción sosegada y da el mayor recorrido porsible a las ruedas cuando se circula por zonas complicadas. Cada uno de los mencionados amortiguadores tiene un depósito de fluido hidráulico y admite ajuste independiente tanto para la compresión como para el rebote.
Hay dos colores nuevos para la carrocería (Faroe Green y Petra Copper), que también están disponibles en color mate (un vinilado que cuesta 5077 euros) y unos nuevos asientos llamados «Performance» con reposacabezas integrados, más sujeción lateral para el cuerpo y un acabado sin costuras. Adicionalmente, el volante tiene un botón específico (imagen) que activa el modo OCTA.
Durante el primer año desde su lanzamiento, el Defender 110 OCTA estará disponible con una versión llamada Edition One. Incluye la pintura exterior Faroe Green, tapizados interiores en poliuretano Ultrafabrics de color Khaki y Ebony, detalles de fibra de carbono laminada y llantas de aleación forjadas de 20 pulgadas.