El habitáculo del Fiat 500L es amplio. En las plazas posteriores hay mucho espacio para las piernas y para los pies, gracias a que el piso es casi plano y hay un hueco grande bajo los asientos delanteros. La altura libre al techo es suficiente para que quepa un adulto de talla alta con holgura. No sucede lo mismo cuando se instala el techo solar de cristal (opción que cuesta 700 euros) que impide que personas de alrededor de 1,80 metros puedan sentarse erguidas. La anchura entre puertas, sin ser muy grande, es de las mejores entre los monovolúmenes de su tamaño (mediciones interiores). Por este motivo, en las plazas posteriores pueden viajar tres adultos sin ir demasiado apretados y por lo tanto relativamente cómodos, sobre todo para desplazamientos cortos.
Los asientos posteriores tienen regulación longitudinal (11 centímetros) y el respaldo se puede reclinar (imagen). El del lado izquierdo se desplaza individualmente mientras que el central y el derecho van juntos —proporción 40/60—. La plaza central no es estrecha. Además, no está más alta que las otras dos (imagen) y el relleno de espuma que tiene no es duro. Hay modelos en los que la plaza del centro es más estrecha y dura, lo que hace que sea más incómoda que las laterales. El reposacabezas para esta plaza es opcional.
Incluso con los asientos traseros en su posición más adelantada, el espacio para las piernas es suficiente para un adulto, siempre que los asientos delanteros no vayan muy retrasados. Un inconveniente para las personas más altas pueden ser las molduras de plástico que cubren la parte posterior de los respaldos de los asientos delanteros (imagen), que resultan incómodas para las espinillas de los ocupantes traseros cuando estiran las piernas.
Los asientos delanteros nos han parecido cómodos, aunque la banqueta puede parecer corta para las personas más altas. Tienen un mullido más bien blando, pero con suficiente firmeza como para que el cuerpo no se hunda. A pesar de que no tienen unas formas muy marcadas en los laterales, sujetan bien en las curvas, al menos en una conducción normal. El apoyabrazos para el conductor es una opción que cuesta 110 euros (el acompañante no puede tenerlo).
Al margen de las mediciones, el interior del 500L da mucha sensación de espacio porque tiene mucha superficie acristalada y, debido a la forma de la carrocería, no hay partes del techo o de los laterales que queden cerca de la cabeza de los ocupantes.
El puesto de conducción es bueno tanto por la posición del asiento, relativamente alto respecto al piso —el del conductor es el único con regulación en altura— por lo que entrar o salir es muy sencillo, como por la sujeción que da y las posibilidades de configuración del volante. Todo queda a mano del conductor. El volante tiene doble regulación, en altura y profundidad, y hay un buen apoyo para el pie izquierdo. La impresión que hemos tenido varias personas de muy diferentes estaturas es que la postura al volante es satisfactoria. El único inconveniente es que los cinturones de seguridad no tienen regulación en altura, por lo que, según la estatura de la persona, éstos pueden quedar muy cerca del cuello (esto es más común en personas de baja estatura que de alta).
Materiales, mandos y equipamiento
El interior del 500L está realizado con materiales similares a otros modelos de Fiat. Son de una calidad normal. Únicamente desentona un poco el de la columna de la dirección, que parece peor que el resto. No hay plásticos blandos, más agradables al tacto que los duros. El de acabado brillante que recorre el salpicadero —se puede elegir en color blanco, gris, rojo y negro— hace que se note hasta la más mínima mota de polvo que se deposite sobre él, por lo que parece difícil lograr tener el coche limpio con facilidad. Esto sucede especialmente con los colores oscuros —negro y gris— y no tanto con los claros —blanco—.
Los ajustes entre piezas son buenos ya que no hay holguras entre ellas o plásticos que no encajen bien unos con otros. Sin ser de gran calidad, la sensación general es buena, similar a otros modelos de su tamaño y precio. Los mandos tienen buen tacto, salvo las palancas que hay en la columna de la dirección y los mandos del sistema de aire acondicionado, aparentemente un poco endebles. El 500L comparte mandos y botones con otros modelos de Fiat como el Punto. Es el caso de los mandos de los elevalunas eléctricos y los botones que hay en el volante o los que permiten regular los retrovisores.
En la consola hay una pantalla táctil de cinco pulgadas (imagen), de serie en todas las versiones. Forma parte del sistema multimedia «Uconnect» que permite manejar el equipo de sonido y el sistema manos libres Bluetooth para teléfonos móviles y acceder al dispositivo «Eco:Drive Live», que da consejos sobre la conducción para tratar de ahorrar carburante. Va asociado a una aplicación que se puede descargar en los teléfonos móviles inteligentes («smartphone»). Hay más información sobre el manejo y funcionamiento del sistema multimedia en la sección Manejo sistema multimedia.
El 500L puede tener, como otros modelos de Fiat, un navegador TomTom portátil en la parte alta del salpicadero. Incluye la aplicación de Twitter para enviar mensajes directamente desde el navegador y aplicaciones de Trip Advisor y Expedia para consultar restaurantes y hoteles, entre otras opciones de ocio. Para tener acceso a estas funciones es necesario tener un teléfono con acceso a internet.
Hay una toma aux-in y USB muy a mano, debajo de los mandos del sistema de climatización y delante de la palanca de cambios (imagen). En la unidad de prueba, la iluminación de estas tomas daba fallos, ya que había veces que no funcionaba.
La palanca del freno de estacionamiento no es alargada sino ancha y corta (imagen). Ocupa menos de espacio que una convencional y es cómoda de utilizar.
Maletero y huecos para objetos
El 500L tiene una capacidad de maletero de 343 litros. Es un volumen menor que muchas de sus alternativas, como un Škoda Roomster, un Hyundai ix20, un Opel Meriva o un Citroën C3 Picasso. Un Ford B-MAX tiene algo menos de maletero (listado comparativo). Esos 343 litros son con los asientos traseros retrasados. En su posición más adelantada permiten que haya 400 litros disponibles. Comparado con un MINI Countryman, el 500L tiene una capacidad muy similar (ficha comparativa) —con los asientos posteriores adelantados, el Fiat tiene 50 litros más que el MINI—.
El maletero del 500L tiene una bandeja («Cargo Magic Space») que se puede colocar en tres niveles de altura (altura 1, altura 2 y altura 3). También sirve para conformar una superficie de carga plana cuando se abaten los respaldos de las plazas posteriores, en una proporción 60/40 —sin ella queda un escalón de 14 ó 26 centímetros, en función de la posición de la bandeja—. Con los asientos traseros reclinados, el volumen de carga disponible llega a 1310 litros (imagen).
Todo el conjunto de los asientos traseros se puede abatir por completo contra el respaldo de los asientos delanteros, función que Fiat denomina «Fold&Tumble» (imagen). Un muelle bajo la banqueta facilita la operación. No es tan sencillo lograr que recuperen su posición original ya que pesan mucho. También se puede tumbar hacia delante el respaldo del asiento del acompañante del conductor para poder transportar objetos muy largos —queda una superficie de carga de 2,40 metros desde el salpicadero hasta el portón—. En este vídeo se pueden ver todas las posibilidades de configuración del interior.
El maletero es muy cómodo de llenar porque el borde de carga está muy cerca del suelo y el portón deja un acceso de grandes dimensiones (mediciones del maletero). Tiene formas regulares que facilitan la colocación de los objetos a transportar. Además, tiene cuatro argollas para poder sujetar una red y así fijar la carga. También tiene dos ganchos para bolsas en los laterales y un pequeño cajón de forma alargada pegado a los respaldos (imagen). Además, hay una toma de 12V, un plafón de iluminación y dos huecos y al lado dos espacios con red para dejar pequeños objetos (imagen).
Bajo el piso del maletero hay un equipo de reparación de pinchazos (imagen). Opcionalmente, por menos de 200 €, se puede adquirir una rueda de emergencia, de menor tamaño que las otras cuatro. El portón es fácil de cerrar y hay un tirador en el lado derecho que facilita la operación.
En el habitáculo hay muchos huecos para dejar objetos. Así, hay dos guanteras, ambas sin cerradura, la de arriba más pequeña —sin iluminación, pero con ventilación— y la de abajo más grande —con iluminación, pero sin ventilación— (imagen). Entre medias hay una repisa con una base de goma adherente y en la parte interna de las puertas hay unos bolsillos de gran tamaño. Frente al cambio de marchas hay un hueco para dejar una cartera, un móvil y unas llaves (imagen) y detrás de la palanca del freno de estacionamiento hay un hueco circular en el que se puede meter una botella de agua de 1 litro sin que ésta se caiga durante la conducción. En la parte baja del tablero central hay un pequeño hueco de escasa utilidad, no por tamaño, sino porque no hay nada que impida que lo que se ponga en él salga despedido a los pocos metros de iniciar la marcha (imagen).
Los ocupantes de las plazas traseras tienen a su disposición unos huecos de grandes dimensiones en las puertas. Los asientos delanteros tienen dos pequeños espacios en los respaldos donde dejar cosas (imagen). Éstos se pueden sustituir por unas mesitas plegables.