Datos y situación del GLP
El GLP (también llamado «Autogas» en algunas estaciones de servicio) es una mezcla de butano y de propano. Se encuentra en yacimientos naturales (junto al petróleo y gas natural) y se obtiene como producto al refinar el petróleo para la obtención de la gasolina. Tiene la particularidad que su estado es líquido bajo una presión relativamente baja. El poder calorífico por kilo de GLP es muy parecido al de la gasolina, sin embargo, su densidad es mucho menor (aproximadamente 0,5 frente a 0,8 kg/l de la gasolina). Por ese motivo, el consumo en litros de un motor que funciona con GLP es mayor que el mismo con gasolina.
Actualmente, el precio del litro de GLP es muy inferior al de la gasolina porque está gravado por un impuesto mucho más bajo (en España es de aproximadamente 57 euros por tonelada y en el conjunto de Europa 125 euros por tonelada; en ambos casos son impuestos muchos más bajos que los que afectan a la gasolina o al gasóleo). En principio, ese acuerdo parece que se mantendrá vigente hasta 2018. Sin embargo, y al menos en España, no hay ninguna normativa específica al respecto que anticipe la evolución del precio del GLP en los próximos años.
En este vídeo, un responsable de la empresa iRCONGAS, responde a unas preguntas de km77.com sobre el GLP: qué es, ventajas, coste de instalación, mantenimiento, diferencias entre la alimentación con gas licuado del petróleo en un motor de inyección directa e indirecta, otras peculiaridades, así como su opinión sobre el precio que tendrá el GLP durante los próximos años.
Cómo se reposta GLP
Repostar GLP no tiene ninguna dificultad especial. Sí presenta diferencias importantes porque se realiza a través de conductos a presión. Por ese motivo, la unión entre el boquerel (imagen) y la toma de gas, que suele ir junto a de gasolina (imagen), tiene que ser estanca.
Por regla general, para unir el boquerel a la boca del depósito es necesario utilizar un adaptador. Este adaptador no está, de momento, unificado en Europa. El que se ya utiliza en España (imagen) es el que próximamente deberán implantar el resto de los países europeos.
Una vez que se ha enganchado el boquerel al adaptador, para que haya paso de gas es necesario pulsar un botón situado en la propia estructura del surtidor durante todo el tiempo que el llenado (es decir, no hay un gatillo en la propia pistola, como ocurre en el caso de los surtidores de gasolina o gasóleo).
Cuando finalizada la operación se desconecta la manguera puede haber una pequeña dilatación repentina del gas que se queda dentro del adaptador, debido a que deja de estar sometido a presión. El ruido que produce esta pequeña expansión depende de la cantidad de gas que quepa en el adaptador. Junto con el ruido, el gas resultante puede manchar lo que hay su alrededor, hasta que se evapora. Luego queda un cierto olor a gas.
Hay diferentes tipos de adaptadores. El Fiat Punto que hemos probado tenía uno largo que sobresalía algo del contorno de la carrocería (imagen). Si el hueco donde van las dos tomas de carburante es suficientemente grande como para que encaje por completo el boquerel del surtidor, es posible acoplar un adaptador más corto (que no sobresale nada) e incluso montar una toma de gas especial que no hace necesario el uso de adaptadores (imagen de una toma de este tipo montada por la empresa iRCONGAS). La ventaja de este último sistema es que, como tiene una válvula de retorno, no deja escapar gas cuando se desconecta la manguera.
La presión media del GLP en el depósito es de unos 7 bar. Si éste está vacío, el GLP puede comenzar a entrar en estado gaseoso, pero al llegar aproximadamente a la presión de unos 7 bar, se transforma en líquido. El GLP aumenta su volumen en función de la temperatura (0,25% por grado), por tanto, el depósito está previsto para que se llene al 80%, para que siempre haya un margen por dilatación.
Qué coches pueden tener una instalación para consumir GLP
En la actualidad, básicamente todos los coches de gasolina que cumplan la normativa Euro 3 pueden tener un sistema de alimentación de GLP. Eso no significa que todos los fabricantes o instaladores tengan oferta de equipos de gas para todos esos modelos.
Normalmente, la instalación de un sistema de alimentación con GLP anula la garantía del motor que ofrece el fabricante. Por regla general, los instaladores ofrecen un seguro (bien dentro del precio de la operación o por separado) que cubre el posible deterioro de algunas piezas sometidas a mucha temperatura (como asientos de las válvulas o las propias válvulas).
Hay diversos tipos de instalaciones de GLP. La mayor parte inyectan el carburante en estado gaseoso al motor, pero también los hay que lo hacen en estado líquido. En este gráfico aparecen las piezas que componen un sistema de gas que inyecta en estado gaseoso en un motor de inyección indirecta. En función del tipo de instalación y del tipo de motor, no siempre las piezas a añadir y sustituir son las mismas; por ejemplo, en un motor de inyección directa en el que la inyección del carburante se haga en estado líquido, no es necesario cambiar los inyectores (según nos ha dicho el instalador BuNet).
Ayudas
La cuantía de estas subvenciones a particulares dependen de si el coche viene de fábrica con el kit de transformación o se adapta uno cuando ya está usado. Algunas comunidades también ofrecen descuentos en autopistas de peaje o en el impuesto de circulación.
Por ejemplo, en Madrid, además de la ayuda establecida para un coche nuevo que puede funcionar con GLP ( de hasta 1200 euros), hay un 75% de descuento en el impuesto de matriculación. En Cataluña hay una reducción en un 30% en el precio de los peajes de lunes a viernes. También hay ayudas para empresas y otros organismos (por ejemplo, taxis), que son más o menos cuantiosas en función de cada caso.
Para que un coche que consuma GLP sea objeto de las ayudas económicas, debe expulsar hasta una determinada cantidad de gramos de dióxido de carbono por kilómetro (los valores son variables y los establece cada comunidad, pero está sobre unos 150 gramos de media). Es decir, estas ayudas afectan sobre todo a coches de consumo relativamente bajo.
Aunque el coche venga de fábrica con la adaptación para que pueda consumir GLP, el comprador es quien debe realizar todos los trámites para conseguir las ayudas. No hemos comprobado por nosotros mismos los pasos que son necesarios (la opinión de los instaladores con los que hemos consultado es que se trata de un proceso laborioso).
Más información sobre la situación actual de los punto de distribución
Actualmente la red de estaciones de servicio que sirven GLP es muy reducido. Eso significa que para sacar el máximo provecho a un coche que puede funcionar con GLP es indispensable moverse habitualmente por zonas con suficiente suministro (por ejemplo, en las ciudades más importantes de España). En el caso de que se vayan a realizar largos desplazamientos, es necesario planificar bien las paradas. Actualmente, no todas las provincias de España tiene estaciones de servicio donde sirvan GLP. La actual red de distrubución de GLP es de aproximadamente 100 puntos.
El mayor distribuidor en la actualidad de GLP es, con gran diferencia, Repsol, que tiene previsto aumentar en los próximos años la infraestructura (400 puntos en 2015). Cepsa tiene previsto añadir 50 puntos hasta 2015 y también Primagas (en colaboración con AVIA y otros distribuidores independientes). En el caso particular de Repsol, tiene puntos de GLP especialmente dedicados a gas (que por ejemplo hace años estaban destinados exclusivamente a los taxis) y otros donde también se sirve junto con la gasolina y gasóleo.