El precio por metro cuadrado del Mondeo está casi al nivel de los coreanos o los americanos, pero con un grado de calidad europeo. Además, el Mondeo saca partido de su tamaño. Delante no hay problemas para que se acomode una persona alta, y es difícil rozar con la mano en la pierna del acompañante al meter quinta (a no ser que vaya muy adelantado). Lo único que falla es que resulta fácil golpearse las piernas con la parte inferior de la columna de dirección al entrar y al salir del coche.
Detrás hay 77 cm de espacio para las piernas según nuestras mediciones; más que en cualquier otro coche comparable y que en algunos aún mayores. También tiene mucha altura libre y sólo falla en anchura, aunque entre el mejor y el peor por anchura atrás no hay mucho más de cinco centímetros de diferencia. Hay otros factores que lo hacen recomendable para quien use a menudo las plazas traseras: el acceso es fácil por cómo abren las puertas, los cinturones son muy grandes (es más fácil colocar una silla de niño) y la ventilación atrás es eficaz. No lo he probado con mucho sol, pero por la inclinación de la luna trasera no parece que sea caluroso.
La imagen interior es buena en general, pero no es un coche que sorprenda por su calidad. La versión Ghia tiene varios elementos con aspecto metálico que son de plástico. Hay algunas piezas, como la que cubre la parte central del volante o el borde de las bolsas rígidas en las puertas, que no están del todo bien terminadas. Otras son un poco toscas, como la zona central entre los asientos, donde está el cenicero. La tapicería de nuestro coche de prueba, que era clara, tenía una sorprendente capacidad para retener pelusa. Hay algún otro detalle poco funcional: falta un asa para cerrar el maletero; el mando para poner a cero el ordenador, que obliga a rodear el volante con el brazo o meterlo por dentro (algo muy poco aconsejable al conducir); y el ajuste lumbar del asiento, muy difícil de cambiar. Como las cerraduras no han cambiado, cualquier llave de un Ford puede cerrar las puertas de este Mondeo, como las de cualquier otro Ford (aunque no las abre).
Entre los buenos detalles está el reparto de los huecos, con uno muy práctico para el mando del garaje que también lleva un soporte para una tarjeta o el ticket del peaje. La instrumentación es la que tienen los coches normalmente, con un ordenador de viaje de serie en esta versión que indica autonomía, velocidad media, consumo medio e instantáneo.
Ford ha colocado los mandos de la ventilación por encima de los del equipo de sonido, algo poco frecuente pero muy deseable. Sobre todo si, como en este caso, el equipo de sonido se puede manejar con un mando junto al volante. El funcionamiento del climatizador automático es satisfactorio, no hay que preocuparse de mucho más que de elegir la temperatura.
Sobre el asiento vuelve a haber discrepancias en km77. Hay a quien le ha gustado, pero hay quien un resalte que tiene a mitad de la espalda le ha parecido molesto. Cuando el apoyo lumbar está al máximo o cerca, el resalte no se nota. El asiento tiene ajuste de altura en las dos versiones. Aunque queda un poco alto para quienes prefieren ir muy abajo, no hay problemas para ver la instrumentación ni el volante queda demasiado bajo.