Consumo
He obtenido consumos muy bajos al conducir con suavidad, a ritmo normal, por la ciudad de Madrid y algunas de sus autovías de circunvalación. En los trayectos exlcusivamente urbanos no es difícil ver consumos de unos 13,0 kWh/100 km. En trayectos en los que he combinado ciudad con autovías de circunvalación, el consumo típico ha sido de unos 15,0 kWh/100 km. Son datos muy buenos que permiten alcanzar cifras de autonomía próximas a la declarada por el fabricante (449 km).
Al circular a la velocidad máxima de las vías rápidas, el consumo se dispara, como es habitual en todos los eléctricos. Con este KONA hemos podido realizar nuestro recorrido habitual de consumo, de 144 km por una autovía de doble sentido que atraviesa un puerto de montaña, a 120 km/h de velocidad media real. Con una temperatura exterior de 16 ºC (el consumo de los eléctricos es más alto cuanto más frío hace), necesitó 19,8 kWh por cada 100 km. Nuestro Tesla Model 3 de prueba de larga duración (es un Tracción Integral Gran Autonomía de 351 CV) gastó 17,3 kWh/100 km con una temperatura exterior de 26 ºC. El Tesla es un vehículo más grande, pesado y aerodinámico que el KONA. El Mercedes-Benz EQC, que es más grande (ficha técnica comparativa), gastó 24,3 kWh/100 km con una temperatura exterior de 29 ºC. De los modelos mencionados (repito que no son directamente comparables por tamaño y potencia), el KONA es el que menos gasta en ciudad; el Tesla es el que menos gasta en carretera y el Mercedes-Benz siempre tiene un consumo claramente más elevado y sensible al uso que se dé al pedal del acelerador.
Conviene familiarizarse con el consumo real del coche en carretera porque con una cifra de en torno a 20,0 kWh/100 km, como la que obtuvimos, la autonomía real con una batería completa es de poco más de 300 km. En el cuadro de instrumentos, el KONA siempre muestra una cifra de autonomía restante estimada (en km). Pues bien, al final del recorrido de consumo (de 144 km, recordemos), el ordenador mostraba una autonomía 230 km inferior a la inicial. La distancia recortada a la autonomía fue un 60% superior a la distancia real recorrida.
Recarga
Para cargar una batería se precisa corriente continua (DC), pero los enchufes domésticos y algunos puestos de recarga (normalmente son de hasta 22 kW) suministran corriente alterna (AC). Es por esto que todos los coches eléctricos tienen un dispositivo incorporado, al que se suele denominar como cargador de a bordo, que convierte la corriente alterna en continua para dar energía a la batería. Hay distintos modelos de cargadores de a bordo que dan potencias de carga distintas. El que lleva el KONA Eléctrico funciona a un máximo de 7,2 kW (es una cifra más bien baja), por lo que esa es la potencia máxima a la que este coche puede cargar con corriente alterna. Un Tesla Model 3, por ejemplo, lleva un cargador de a bordo de 11 kW y un Renault ZOE, de 22 kW.
En los postes públicos de carga con corriente alterna es habitual tener que utilizar un cable propio de carga, que se conecta al poste con un extremo y a la toma de recarga del coche con el otro. Estos cables suelen ser suficientemente largos, de varios metros. Los postes de carga de corriente continua son instalaciones mucho más costosas, que suelen dar un mínimo de 50 kW de potencia (a partir de esta cifra se considera comúnmente que la carga es rápida). Estas instalaciones tienen sus propios cables incorporados, ya que tienen una sección mucho más gruesa, y suelen tener una longitud más reducida. El lugar donde está situada la toma de recarga del KONA (en la parte frontal, un poco desplazada a la izquierda) puede suponer un problema si no se puede enfrentar la toma de corriente con el cargador, como sucede en el caso mostrado en la foto.
Para ahorrar dinero y cuidar la batería, lo más recomendable para el propietario de un coche eléctrico es que realice las recargas cotidianas en el garaje de su domicilio o del trabajo, utilizando un enchufe doméstico (2,3 kW de potencia) o una instalación Wallbox, que provee de corriente alterna. Por cuestiones logísticas, yo he realizado la gran mayoría de las recargas en puestos de carga rápida de corriente continua y 50 kW de potencia. El KONA Eléctrico admite recargas con corriente continua de hasta 100 kW de potencia, pero los cargadores tan rápidos son extremadamente raros por el momento; la gran mayoría son de 50 kW. Alguien que compre este este coche para un uso habitual, normalmente utilizará cargadores rápidos para cubrir emergencias en el día a día y para realizar viajes largos por carretera.
Si se carga en el domicilio, la tarifa recomendada es la denominada PEAJE 2.0 DHS porque el precio del kWh es menor por la noche (0,072 €/kWh, según datos de Red Eléctrica de España). Así, una recarga completa costaría, teóricamente, 4,61 euros. El coste real sería ligeramente superior, ya que durante las recargas se producen pequeñas pérdidas de carga; con el KONA Eléctrico no hemos realizado una carga completa que nos permita ver cuánta energía haría falta realmente para cargar completamente la batería. Si tenemos acceso a otra unidad en el futuro, completaremos esta información. En cualquier caso, a falta de corregir ese dato, si suponemos una autonomía de 350 km por carga, el coste de hacer 100 km sería de 1,32 €.
Yo he utilizado dos de los pocos cargadores rápidos, de 50 kW, que hay dentro de la ciudad de Madrid. Uno pertenece a IBIL y el otro a la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT). El primero tiene un precio de 0,47 €/ kWh y el segundo, de 0,40 €/ kWh. Si tomamos como referencia el precio del cargador de IBIL, realizar 100 km (de nuevo suponiendo una autonomía de 350 km por carga y obviando las pérdidas de carga) costaría 8,59 €. Es el equivalente a lo que costaría recorrer la misma distancia con un coche de gasolina con un consumo ideal de 6,3 l/100 km (con un precio medio de la gasolina de 1,356 €/litro a fecha de publicación de este artículo).
Según el manual de usuario, el tiempo necesario para recargar la batería entre un 0 y un 80% utilizando un cargador de este tipo es de 75 minutos. En ambos cargadores, yo tardé muy poco más en hacer una operación similar (80 minutos entre el 4 y el 80% y 76 minutos entre el 8 y el 80%, respectivamente). Para realizar una recarga completa son necesarias unas dos horas.
La potencia máxima de carga que indicó el vehículo fue de 47 kW en ambos cargadores. El KONA Eléctrico muestra la potencia de carga en la zona derecha de la instrumentación. Según el manual de usuario, un cargador de 100 kW reduce de 75 a 54 minutos el tiempo necesario para realizar la misma operación. El motivo de que el tiempo no sea directamente proporcional a la potencia es que esta va reduciéndose a medida que la batería se va llenando de energía. Mantuvo la potencia máxima de carga (47 kW) en los cargadores mencionados hasta un 65% de batería, aproximadamente. Al 75% de carga, la potencia ya era habitualmente de casi la mitad (25 kW). En este vídeo mostramos la evolución de carga de la batería de nuestro Tesla Model 3 en un cargador de 120 kW de potencia donde se puede ver cómo evoluciona la potencia de carga durante el proceso. El KONA Eléctrico no muestra la cantidad de energía introducida en la batería una vez acabada la recarga; esto es algo que solo hacen los modelos de Tesla.
La toma de corriente es de tipo CCS (imagen). Está cubierta por una tapa que se abre pulsando sobre ella. La propia toma está rodeada por una banda de luz que se ilumina de distintas formas para mostrar el estado de la carga. Una luz blanca indica que el cable está correctamente conectado y la carga está a la espera de iniciarse. Una luz verde indica que la batería se está cargando. Una luz verde parpadeante indica que hay una carga programada para más adelante. Una luz roja parpadeante indica que hay un fallo en la carga. En un lateral de la toma de carga hay un pequeño indicador que muestra, aunque de forma muy básica (solo tiene tres niveles) el progreso de la carga (imagen).
El sistema multimedia del KONA Eléctrico tiene una serie de herramientas pensadas para hacer más fácil la gestión de los trayectos y las recargas (imagen). Una de ellas muestra con un círculo azul, sobre el mapa, el alcance del coche con la energía de que dispone en un momento dado en la batería. Esta herramienta es más vistosa que útil, pues calcula la distancia en línea recta desde la ubicación (es el radio del círculo azul); así, con la batería totalmente cargada, parece posible conducir a casi cualquier lugar de la península sin recargar, algo lejano a la realidad.
También se pueden buscar puntos de recarga cercanos, pero la manera de mostrarlos resulta un poco engorrosa porque no es fácil ver de un vistazo la información sobre cada punto de carga. Me parece preferible utilizar la aplicación de Electromaps, si se tiene acceso a ella, que el buscador de cargadores que trae el coche incorporado. En este sentido, he echado mucho de menos la simplicidad de nuestro Tesla Model 3 a la hora de mostrar los supercargadores cercanos y la estimación de la autonomía restante una vez alcanzado un punto de destino insertado en el navegador del coche.