Hemos probado un Land Rover Discovery 2017 con el acabado First Edition, que incluye muchos elementos de equipamiento que en otros Discovery son opcionales y que ya no está disponible (el nivel más equipado, ahora, es el inmediatamente inferior, denominado HSE Luxury). Esta unidad nos ha dejado la impresión propia de un vehículo de lujo, tanto por el aspecto visual como por el tacto de los distintos materiales, con algunos detalles que podrían ser mejores.
Los plásticos que recubren la zona alta del salpicadero y de las puertas tienen un aspecto bueno, no así los que están en la parte baja de la consola central, cerca de las rodillas tanto de las plazas delanteras (donde hay un gancho para sujetar bolsos; imagen) como traseras (imagen), que son de plástico duro y con un encaje un tanto tosco para lo que es habitual en coches de este coste. Hay muchas zonas (al menos con este nivel de equipamiento) recubiertas de cuero, al igual que los asientos de nuestra unidad, que tenía la opción de «cuero Oxford». Su aspecto es bueno, aunque no llega a desprender la gran impresión cualitativa de la piel que recubre los asientos del Volvo XC90, por ejemplo (imagen).
La suspensión neumática —permite variar la altura de la carrocería para que el acceso y salida del habitáculo sea más sencillo— puede ser un elemento conveniente para personas que no sean altas, si bien la altura mínima de la banqueta al suelo es de 80 cm, una distancia considerable y tres centímetros menor que en un Toyota Land Cruiser 2016 (83 cm).
La posición de conducción es elevada. Los distintos mandos físicos al alcance del conductor están bien organizados y su número no resulta excesivo. La pantalla central de 10 pulgadas (imagen) responde al tacto bien, pero no es de las mejores, da imágenes de buena calidad y aglutina muchas funciones. El principal problema del sistema multimedia, a mi modo de ver, es que su procesador no siempre es rápido y a veces se demora, entreteniendo en exceso al conductor. Además, hace falta apuntar con exactitud adonde se quiere pulsar para hacer cualquier selección.
Justo delante del asiento del acompañante hay dos guanteras. La que está en la parte superior se abre de arriba hacia abajo (imagen), está iluminada y su tapa tiene un muelle que impide que se quede abierta. No le encontramos mucho sentido a que tenga ese tipo de cierre, ya que no aporta nada y a veces incomoda. La otra guantera está por debajo (en la posición tradicional). Tiene espacio suficiente para la documentación y un par de chalecos reflectantes (imagen).
Hay muchos huecos, todos de tamaño generoso, repartidos por el habitáculo del Discovery. Entre los asientos delanteros hay un cajón cubierto por un portabebidas deslizable (imagen), un pequeño receptáculo para dejar teléfonos móviles o un par de carteras (imagen) y una guantera refrigerada bajo el apoyabrazos, suficientemente profunda para meter una botella de litro y medio (imagen).
La moldura del climatizador es una tapadera abatible que esconde un cajón con luz, al que se accede pulsando un botón que, al menos en nuestro coche de pruebas, no siempre funcionaba (imagen). Los bolsillos de las puertas también son grandes (imagen de una puerta delantera y de una trasera), aunque no tienen el fondo acolchado con plástico o fieltro que amortigüe los ruidos. Tras los asientos delanteros, hay dos bolsillos adicionales donde caben, por ejemplo, unas revistas (imagen).
Las puertas que dan acceso a la segunda y tercera fila de asientos son muy grandes. Por ello, para abrirlas, hay que hacer un movimiento amplio con el hombro y el brazo. A pesar de su tamaño, el hueco que liberan para acceder no es especialmente grande, ni regular. De hecho, al entrar es normal rozar con la pieza de la carrocería que está alrededor del paso de rueda.
El banco posterior está dividido en dos piezas. La que está más cerca del lateral izquierdo tiene dos plazas y, la otra, una. Esta banqueta se puede mover 16 centímetros en sentido longitudinal; los respaldos son regulables en inclinación y se pueden abatir por completo. En la versión a la que nos hemos subido, tanto los asientos de la segunda como los de la tercera fila se abatían eléctricamente, mediante unos mandos eléctricos ubicados en el maletero (imagen), en los laterales de las plazas posteriores (imagen), en la pantalla del equipo multimedia o desde una aplicación para dispositivos móviles. Esta función aporta mucha comodidad, aunque el movimiento de los asientos es algo lento.
El acceso a la tercera fila de asientos es malo porque el hueco que queda entre el asiento y la carrocería es muy pequeño (imagen). El exiguo acceso contrasta con la cantidad de sitio disponible. Un pasajero de 1,80 metros se sienta erguido sin tocar con la cabeza en el techo (la altura en estas plazas es grande, incluso con techo solar) y sin que las rodillas rocen los asientos inmediatamente anteriores. Creemos que hay margen para que se siente una persona de estatura ligeramente mayor (Land Rover dice que de hasta 1,90 m de estatura), a condición de adelantar un poco los asientos de la segunda fila para que las rodillas no toquen con los respaldos.
El espacio en esa tercera fila de asientos es mayor que en un Audi Q7 o un Volvo XC 90. Land Rover lo ha conseguido restando mucho espacio al maletero, pues con las 7 plazas en posición de servicio, tiene una profundidad de únicamente 26 centímetros. La profundidad del maletero del Q7 con siete plazas es 55 centímetros y de 58 en el Audi Q7.
La anchura entre hombros, que es 151 centímetros, es un dato muy bueno entre los todoterrenos de gran tamaño. El asiento central de esta segunda fila no es tan ancho como los otros dos pero resulta cómodo. La banqueta de esta segunda fila de asientos va relativamente cerca del piso; a causa de ello, las rodillas pueden ir ligeramente por encima de la cadera. Eso también ocurre, aunque en mayor medida, en las plazas de la tercera fila.
Si se abaten los asientos de la segunda y tercera fila queda una superficie plana de carga que tiene 190 centímetros (hasta el borde de los respaldos), que se queda en 125 centímetros si únicamente se abaten los asientos de la tercera fila. Con las siete plazas en posición de servicio, quedan los 26 centímetros mencionados anteriormente. Bajo esta superficie, dado que la mayoría está ocupado por los asientos de la tercera fila, hay una trampilla bajo la cual se pueden depositar objetos pequeños, como los triángulos de emergencia (imagen).
El volumen de carga que se obtiene al abatir los respaldos de la tercera fila (es decir, con el coche configurado para cinco pasajeros) es de un máximo de 1231 litros y llega a 2500 litros si también se abaten los de la segunda (utilizando la altura disponible hasta el techo). Con las siete plazas en posición de servicio, el volumen de maletero es 258 litros.
En el interior del Discovery se pueden acomodar cuatro sillas infantiles ancladas con Isofix con facilidad. La altura de carrocería puede ser beneficiosa de cara a que no hay que agacharse, o un incordio para personas de baja estatura. En la segunda fila queda un espacio en medio para que un niño que no necesite un sistema de retención especial pueda viajar. En la tercera fila, caben dos sillas más con sus correspondientes ISOFIX (imagen).